El carril de la muerte
La carretera comarcal 607 ha vuelto a ocupar titulares negros en la prensa diaria de estos ¨²ltimo d¨ªas al haberse producido la muerte de dos nuevos ciclistas, que, sumados a los otros accidentes, hacen que se hable ya del "carril de la muerte", refiri¨¦ndonos al de bicicletas en la mencionada v¨ªa desde Madrid a Colmenar.Esta iniciativa en s¨ª misma podr¨ªa ser muy loable al intentar reservar un espacio para un tr¨¢fico cada vez m¨¢s numeroso y que, por otra parte, tantos beneficios aporta a los aficionados. Pero se ha vuelto en contra por la insensibilidad y ligereza de quien haya podido decidir que una simple pintura de color rojo sobre el arc¨¦n podr¨ªa permitir la pr¨¢ctica de este deporte con la seguridad necesaria frente al incesante tr¨¢fico rodado habitual de esta carretera. Lo mismo ocurre con el carril de Colmenar a Soto del Real.
?No hubiera sido preferible esperar un tiempo prudencial hasta que nuestras carreteras est¨¦n de verdad preparadas para aprobar un carril-bici absolutamente independiente y configurado con todo tipo de seguridades para los ciclistas, en vez de tomar una medida a todas luces demag¨®gica e irresponsable por parte de la autoridad de nuestra Comunidad?No se puede construir una casa empezando por el tejado.
Por si esto fuera poco, ahora se est¨¢n instalando las farolas de iluminaci¨®n en el tramo de Tres Cantos a Colmenar Viejo, lo cual es, sin duda, de primera necesidad; pero lo inaudito es el hecho de la colocaci¨®n de una valla met¨¢lica, o quitamiedos, justo delante de estas farolas, lo que impide al ciclista que pueda verse en apuros abandonar el carril-bici y escapar de un eventual peligro, convirti¨¦ndose as¨ª en una aut¨¦ntica trampa sin salida, ya que, por un lado, se encuentra con el despiadado tr¨¢fico automovil¨ªstico, y, por el otro, con una valla met¨¢lica que, lo que es a¨²n peor, no guarda las m¨ªnimas medidas de seguridad para impedir que sus remates puedan actuar como cuchillos en caso de accidente.
No se pretende con esta cr¨ªtica m¨¢s que se d¨¦ soluci¨®n a un error. Desgraciadamente, se ha podido comprobar que las medidas tomadas a la ligera tienen graves consecuencias para aquellos que confiamos en quien puede tomar mejores decisiones que uno mismo; pero tambi¨¦n confiamos en que ese alguien sea capaz de reconocerlo cuando las cosas han salido mal y tenga la valent¨ªa de rectificar a tiempo.- Madrid.
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