Banesto no consuma sus escapadas

El Banesto ha cambiado de estrategia, pero se le nota la falta de experiencia. Ya no tiene un l¨ªder para luchar por la general y se ha metido a guerrillero. Por segundo d¨ªa consecutivo, logr¨® meter a un hombre en la escapada buena, al portugu¨¦s Orlando Rodrigues en el caso de ayer, y por segundo d¨ªa fall¨® en el acto final. A eso se le llama falta de costumbre. Banesto quiere, pero no puede. Le falta h¨¢bito para estos menesteres secundarios; son demasiados a?os con traje y corbata como para ponerse ahora unos vaqueros y ligar una victoria. La intenci¨®n es buena, pero cazar una etapa en el Tour no es asunto f¨¢cil.La escapada de Rodrigues y sus cinco acompa?antes dio como resultado el triunfo del australiano O"Grady, que ya disfrut¨® hace unos d¨ªas del maillot amarillo. Rodrigues entr¨® tercero, pero se le adjudic¨® la segunda plaza por descalificaci¨®n de Calcaterra, que maniobr¨® antirreglamentariamente en el sprint. ?Es O"Grady mejor corredor que Orlando Rodrigues, educado en la servidumbre a Indur¨¢in primero y a Olano despu¨¦s? Digamos que tiene otras costumbres: preparar el sprint de Moncassin o cazar etapas. Y eso le hace m¨¢s h¨¢bil para negociar asuntos como el de ayer.

El Tour se ha situado ya en la ¨®rbita de los Alpes, el escal¨®n decisivo en la resoluci¨®n de la carrera. La llegada a Grenoble se tramit¨® con rutina: una vez consolidada una escapada de seis corredores, escapada que empez¨® a fraguarse en el kil¨®metro 50, hecho el recuento pertinente y visto que no eran peligrosos, el Telekom dio el visto bueno y procedi¨® a tomarse la jornada con tranquilidad. Tanto que los escapados llegaron a disfrutar de hasta 12 minutos de diferencia. Nadie inquiet¨® al equipo alem¨¢n porque son muchos quienes desean mantener sus posiciones a la vista de las pr¨®ximas etapas. Pantani, desde luego, porque el de ayer no es su territorio; pero Jalabert, tambi¨¦n, aunque algunos esperasen alg¨²n movimiento de su parte dado que el recorrido de ayer se adecuaba a sus condiciones. Jalabert tiene ante s¨ª la asignatura pendiente de atravesar sin da?o la tercera semana de carrera: no es cuesti¨®n de derrochar esfuerzos antes de tiempo.

En esas condiciones, todo queda pendiente para jornadas como la de hoy. La monta?a siempre pone a cada uno en su sitio y las dudas que persisten sobre la fortaleza del Telekom quedar¨¢n aclaradas.

Hay quien dice que el Telekom es el mismo de hace un a?o, salvo el dan¨¦s Riis, empe?ado en alargar su carrera. Pero son m¨¢s quienes apuntan a que la diferencia es Ullrich, que no parece ni tan plet¨®rico ni tan seguro de s¨ª mismo. Ayer mismo, le preguntaron al l¨ªder si no podr¨ªa quedarse solo ante un ataque largo de Pantani y el alem¨¢n respondi¨® que cuenta con cuatro corredores para defenderse en la monta?a. Tambi¨¦n quisieron saber si le preocupaba que el pelot¨®n dejara toda la responsabilidad al Telekom con el desgaste que eso supone para sus compa?eros y contest¨® que as¨ª es la ley de la carrera cuando uno lleva el maillot amarillo.

Ullrich contest¨® ayer a todo sin inmutarse, salvo cuando le dijeron si estaba preparado para defenderse de Pantani. Entonces, se levant¨® y dijo: "Ma?ana lo ver¨¢n".

No le gusta o¨ªr el nombre de Marco Pantani, el hombre necesario para levantar el esp¨ªritu de esta carrera. As¨ª est¨¢ el Tour por estas fechas, necesitado de que el Pirata se ponga en movimiento.