Los abogados, entre la masificaci¨®n y la especialidad
Los 15.039 abogados colegiados de Barcelona ya pueden anunciarse. La mayor¨ªa piensan que eso cambiar¨¢ muy poco su profesi¨®n; un buen grupo opina que beneficiar¨¢ a los grandes despachos -que son los que disponen de m¨¢s dinero-, y el decano, Jaume Alonso-Cuevillas, cree que el reglamento beneficia a todos. El nuevo C¨®digo Penal y la realidad social han abierto m¨¢s la horquilla de los delitos y eso permite nuevas expectativas a los letrados; pero, en los ¨²ltimos a?os, gestores, notarios, economistas y otros profesionales han entrado en clara competencia con la abogac¨ªa. Ante este panorama, unos optan por asociarse con compa?eros para crear un despacho m¨¢s competitivo, otros suman esfuerzos con la te¨®rica competencia profesional para captar clientes y los hay que optan por mantener una especializaci¨®n. Amigo de causas perdidas ?se es el caso de Mateu Segu¨ª, de 53 a?os, que lleva m¨¢s de media vida ejerciendo. La culpa la tiene una pel¨ªcula que vio cuando estaba en el instituto, aunque no recuerda ni el nombre. "Se llamaba La silla, ?o quiz¨¢ no?", explica con el escepticismo que le caracteriza. Cuando se le sugiere que se le podr¨ªa definir como especializado en causas perdidas, lo acepta con agrado y sonr¨ªe. "Es verdad que me llegan clientes en contra del sistema, pero no son marginados, sino gente que est¨¢ al margen, cosa que yo creo que es muy saludable". Como Jos¨¦ Miguel Iglesia Aranda -el unabomber catal¨¢n que colocaba artefactos de fabricaci¨®n casera en el Inem-, ex militantes de Terra Lliure, los primeros insumisos que hubo en Espa?a y los acusados del incendio del Scala. "No hay ning¨²n delito gratuito. Todo responde a la mezcla de los genes personales con los sociales", dice. Segu¨ª opina que la justicia s¨®lo existe con min¨²sculas y que la ¨²nica forma de que la gente deje de desconfiar en ella es que los tribunales recojan el sentido de la calle. Del mismo modo opina que no es bueno que muchos abogados ejerzan pensando s¨®lo "en el triunfo social". Seg¨²n ¨¦l, "cuando dos abogados se ven casi siempre hablan de derecho, pero se olvida que el derecho nace de la convivencia". Rafael N¨²?ez Due?as comparte esa idea de Segu¨ª sobre la justicia, pero su an¨¢lisis tiene un sello marxista. "El derecho no es m¨¢s que la correlaci¨®n de una sociedad de clases en un momento concreto", asegura. Desde hace a?os est¨¢ especializado en derecho sanitario en el ¨¢mbito de responsabilidad por negligencias m¨¦dicas, y ya ha ganado algunas batallas al lograr indemnizaciones millonarias. As¨ª ocurri¨® con una condena por la cual un m¨¦dico tuvo que pagar 25 millones de pesetas de indemnizaci¨®n por no informar a una paciente menor de 35 a?os de la posibilidad de someterse a una prueba de detecci¨®n del s¨ªndrome de Down. O con otra condena de 45 millones por un parto en el que, a causa de una negligencia m¨¦dica, naci¨® un ni?o con par¨¢lisis cerebral. "Aqu¨ª se cree que esa condena es muy alta, pero en Estados Unidos, por ejemplo, por un caso id¨¦ntico ha habido condenas de 5.000 millones", dice N¨²?ez. Con todo, reconoce que su trabajo tiene una dificultad a?adida, porque no es f¨¢cil sentar a un m¨¦dico en el banquillo, y mucho menos lograr una condena. "Cualquier sector social con un status recibe un trato en los juzgados que no es el mismo que el que pueda recibir un colectivo de descamisados, sin perjuicio de la voluntad del juez de impartir justicia", dice. N¨²?ez asegura que, al margen de esa especializaci¨®n, le gusta "recibir aire fresco" en su profesi¨®n. Por eso asesora desde hace muchos a?os a Comisiones Obreras del Baix Llobregat, el sindicato en el que milita desde la transici¨®n. Un trabajo que, seg¨²n dice, tambi¨¦n le gratifica. La continuidad de la empresa La Seda tiene mucho que ver con la querella que ¨¦l redact¨® contra la multinacional Azko por atentado contra la seguridad del empleo. La funci¨®n social N¨²?ez, como Segu¨ª, defiende la funci¨®n social de la abogac¨ªa, y por eso ambos siguen ofreciendo sus servicios en el llamado turno de oficio. Tambi¨¦n es el caso de Josep Maria Bernat, que empez¨® a ejercer a los 25 a?os como abogado laboralista. Ahora ya nada es lo mismo y ¨¦l todav¨ªa sigue defendiendo a trabajadores, pero tambi¨¦n asesora a empresas. Estos tres letrados han pasado ya los 10 a?os de ejercicio que la mayor¨ªa de los abogados necesitan para tener una clientela fija. Eso lo saben muy bien David Rodr¨ªguez Vidal, de 31 a?os, y Mar¨ªa Teresa Forcada, de 28. A diferencia de lo que suelen hacer la mayor¨ªa de los licenciados, ellos decidieron arriesgarse y montaron el bufete Forcada & Rodr¨ªguez, una aventura que hasta ahora no les ha ido mal. Ella lleva cuatro a?os ejerciendo y ¨¦l dos, y est¨¢n especializados en derecho civil y mercantil. Empezaron cobrando morosos y a¨²n siguen haci¨¦ndolo, pero ya les ha llamado alg¨²n que otro cliente de importancia. Su condici¨®n de pareja les ha facilitado mucho las cosas y hace m¨¢s explicable que no haya fines de semana ni vacaciones. Ella se dedica al trato con los clientes y ¨¦l a defenderlos en los tribunales. El principal problema, seg¨²n Forcada, es la masificaci¨®n de la profesi¨®n. "Est¨¢ claro que los 15.000 abogados no podemos vivir de la toga", coincide tambi¨¦n Alonso Cuevillas. Adem¨¢s de decano, este letrado de 36 a?os es uno de los pocos especialistas en derecho procesal de Espa?a y eso le permite tener una selecta clientela. "El procesalista es como el cirujano del derecho, al que a veces recurren los especialistas en otras ramas". Cuevillas opina que el futuro de la profesi¨®n pasa por la diversificaci¨®n de funciones, por que el abogado no se limite a pleitear en los tribunales y recupere los trabajos de mediaci¨®n o de gesti¨®n econ¨®mica. Con todo, el decano es optimista y cree que "el mercado lo acabar¨¢ regulando todo". ?l pertenece a uno de los 268 despachos colectivos que tiene registrados el Colegio de Abogados de Barcelona, aunque estas uniones son a veces pasajeras por causas muy diversas. En el caso del decano, porque se asoci¨® con otro despacho y con un grupo de economistas para crear la Societat Professional d"Advocats i Economistes, en la que trabajan 17 profesionales. En defensa de las mujeres Otros, como Mar¨ªa Jos¨¦ Varela, prefieren ejercer por libre y tener s¨®lo un par de colaboradores en su despacho. Ella asegura que ya estudi¨® Derecho pensando que se especializar¨ªa en la defensa de las mujeres, tanto por la v¨ªa civil (separaciones, divorcios) como la penal (agresiones sexuales o contra su integridad). Y en eso lleva ya 18 a?os, como abogada particular de la Asociaci¨®n de Mujeres Agredidas Sexualmente, que ella fund¨®. Varela asegura que su especialidad la gratifica profesionalmente, pero que tambi¨¦n le crea muchos problemas, empezando por su seguridad. "No es f¨¢cil estar una y otra vez frente a un acusado de violaci¨®n o de asesinato", dice. Por eso recuerda que escasean las compa?eras que quieran asumir esas cuestiones y reclama un mayor compromiso social. Dentro de un a?o es muy probable que su hija se sume a su despacho, por el que tambi¨¦n ha pasado alg¨²n cliente masculino, y m¨¢s de un caso singular, como cuando defendi¨® al primer homosexual de Espa?a que present¨® una reclamaci¨®n judicial. Quien sabe mucho de separaciones es, sin duda, el letrado Francesc Muniz Menero, de 56 a?os y colegiado desde hace 31, que sigue en el turno de oficio porque cree que es "un deber profesional". Los tiempos han cambiado mucho y ahora ya le llegan casos de parejas de hecho. Por suerte para ¨¦l, no ha vuelto a entrarle ning¨²n caso tan dif¨ªcil como el de un cliente que lleva 25 a?os pleiteando con su ex mujer. "Cuesta creerlo, pero es verdad que existe gente capaz de mantener el odio tanto tiempo", aunque en este caso la mala es ella.
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