Blair descarta el peligro de recesi¨®n econ¨®mica y de divisi¨®n en su Gobierno
Bajo cielos nublados y fr¨ªos, t¨ªpicos del verano ingl¨¦s, Tony Blair eligi¨® ayer el rosedal de su residencia de Downing Street para trazar un balance de sus primeros 15 meses en el cargo de primer ministro. Como era de esperar, se otorg¨® buenas notas. Pero su aparici¨®n ante las c¨¢maras de televisi¨®n antes de emprender vacaciones en la campi?a italiana fue un ejercicio cuidadosamente planeado para tratar de eliminar los temores de una recesi¨®n en el Reino Unido.
Contenido en un vistoso folleto de 112 p¨¢ginas, el informe de Blair fue distribuido en una atm¨®sfera distendida y con todo el sello del estilo de la Casa Blanca. La oficina del primer ministro la describi¨® como un acto digno de las reuniones de accionistas. El propio lenguaje del primer ministro record¨® los discursos de los altos ejecutivos de empresas.Rodeado de su Gabinete, Blair inici¨® la sesi¨®n con una exhortaci¨®n a sus ministros a no perder perspectiva ni serenidad frente a la ralentizaci¨®n de la econom¨ªa, un factor que ya ha est¨¢ causando preocupaci¨®n por una recesi¨®n y nuevas cotas de desempleo.
A fin de despejar toda duda acerca de la integridad del criterio oficial, Blair declar¨® su pleno apoyo al canciller del Exchequer (ministro de Finanzas), Gordon Brown. Fue un gesto claramente destinado a anular rumores sobre una supuesta magnificaci¨®n de las diferencias en la c¨²pula del gobierno laborista.
Pol¨ªtica econ¨®mica
A pesar de los s¨ªntomas de creciente desconfianza que parten de la comunidad empresarial, el Gobierno no piensa cambiar de pol¨ªtica econ¨®mica, dijo Blair. "A esta altura del ciclo econ¨®mico siempre surgen incertidumbres, particularmente cuando una de las m¨¢s grandes econom¨ªas, la del Jap¨®n, permanece en recesi¨®n" dijo.Gracias a la cuidadosa pero firme acci¨®n durante el ¨²ltimo a?o, dijo, el Gobierno est¨¢ conduciendo a la econom¨ªa hacia una sostenida tasa de crecimiento dentro de un ritmo ralentizador que describi¨® como "necesario y deliberado".
Esa ralentizaci¨®n, subray¨®, forma parte de una estrategia a largo plazo y que es beneficiosa. "El desaf¨ªo que nos espera este a?o venidero es manejar esa ralentizaci¨®n sin permitir que provoque una abrupta par¨¢lisis, como el anterior gobierno lo hizo, no una sino dos veces", declar¨® Blair.
La inquietud se acentu¨® esta semana despu¨¦s de que la Confederaci¨®n de la Industria Brit¨¢nica revelara el peor registro de la confianza empresarial desde 1991, el a?o en que el Reino Unido estaba atenazado por la recesi¨®n.
Tanto el predecesor de Brown, el conservador Kenneth Clarke, as¨ª como parlamentarios de la vieja guardia del laborismo, han pronosticado que el elevado tipo de inter¨¦s determinado por el Banco Central as¨ª como la fortaleza de la libra esterlina est¨¢n poniendo a la econom¨ªa brit¨¢nica en rumbo hacia una recesi¨®n.
Blair, que respondi¨® mas tarde a preguntas de telespectadores de todo el pa¨ªs, muchos de ellos asombrados por el innovativo m¨¦todo de comunicaci¨®n con su l¨ªder, dijo que no cre¨ªa en semejante eventualidad. "La decisi¨®n sobre las tasas de inter¨¦s corresponde al Banco Central, pero ¨¦ste debe asegurarse de que la inflaci¨®n se mantenga en los niveles previstos", dijo.
La reacci¨®n del campo opositor al mensaje de ayer fue implacable. Los conservadores, indignados por la comparecencia de Blair ante las c¨¢maras de televisi¨®n, acusaron al primer ministro de menospreciar al Parlamento y de preferir "la presentaci¨®n antes que discutir la sustancia".
Incluso los liberaldem¨®cratas, t¨¦cnicamente aliados de los laboristas, vieron el informe de Blair, que incluye un detalle del avance de las 177 promesas electorales, como un innecesario ejercicio de autofelicitaci¨®n.
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