El parque de los t¨ªteres
Tiririlandia 98 ofrece todos los fines de semana en el Retiro un colorido espect¨¢culo para los ni?os
"Mam¨¢, no me dejan ver". La voz, dulce, delicada, brota de un peque?o que espera, ansioso, que comience la funci¨®n. Se llama Gabriel, tiene cinco a?os y es uno de los habituales asistentes a Titirilandia 98, un espect¨¢culo lleno de risas, diversi¨®n y colorido que este a?o llega a su quinta versi¨®n.Van llegando poco a poco. Con pantalones largos, cortos, con vestidos de colores llamativos, con globos en las manos, y ojos de inocencia. Algunos, los m¨¢s peque?os, se entretienen con un chupa-chups, y otros, inclusive, con un tetero. Son las siete de la tarde, falta media hora para que empiece la obra y en la grada del teatro permanente de t¨ªteres del parque del Retiro ya no cabe un alma.
No importa el calor, el agobiante sol, ni la espera. Los peque?os, acompa?ados por sus padres o por sus abuelos, s¨®lo quieren ver a los t¨ªteres de hoy.
Atr¨¢s, en un rinc¨®n del escenario, Fern¨¢n y Anal¨ªa, dos titiriteros argentinos, se preparan para comenzar. "Atenci¨®n, atenci¨®n, se?oras y se?ores, dentro de un momento comienza la funci¨®n...".
"A Luc¨ªa estas cosas la vuelven loca. M¨ªrela c¨®mo sonr¨ªe, tiene tres a?os y le encantan los t¨ªteres", dice Juana, refiri¨¦ndose a su nieta.
No es la primera vez que presencia una funci¨®n. Cada fin de semana, desde que se dio inicio a la temporada de t¨ªteres, en el pasado mes de julio, Juana y su esposo, Bernardino, han tra¨ªdo a Luc¨ªa por lo menos dos veces al teatro de t¨ªteres.
"Yo creo que es una buena alternativa para los ni?os en esta ¨¦poca. A ellos les gusta mucho, y como es por la tarde est¨¢ m¨¢s fresquito y lo disfrutan m¨¢s", comenta el padre de Sergio, otro peque?o espectador.
Mientras tanto, un universo de aventuras ha comenzado en el escenario. Con su voz, Anal¨ªa ha dado vida a Federico, un p¨¢jaro de plumas rojas y pico amarillo que habla con acento argentino. Los ni?os aplauden sin parar. "Mira, mam¨¢, mira que bonito es Federico", dice una peque?a que no puede ocultar su emoci¨®n.
Mar Gasco, una de las organizadoras de Titirilandia 98, tampoco puede ocultar su emoci¨®n cuando habla del espect¨¢culo. "El festival se hace en el marco de los Veranos de la Villa, y en el 96 y 97 ocupamos el primer lugar en asistencia. M¨¢s de 50.000 personas pasaron por el teatro permanente o por la Casa de Vacas para ver t¨ªteres", dice.
Este a?o, como en los anteriores, la respuesta ha sido favorable. En cada funci¨®n, Mar calcula que asisten algo m¨¢s de 500 personas a las dos obras que se presentan el s¨¢bado y el domingo. Una, a las siete de la tarde, y la otra, a la diez y media de la noche. Las dos, con entrada libre. Las obras tienen, en la mayor¨ªa de los casos, un perfil did¨¢ctico e instructivo, pero tambi¨¦n se presentan cl¨¢sicos como Caperucita Roja o Al¨ª Bab¨¢ y los 40 ladrones.
En esta ocasi¨®n, adem¨¢s de contar con compa?¨ªas de teatro de Madrid y otras regiones de Espa?a, Titirilandia 98 tiene entre sus invitados, aparte de Esfera Teatro, de Argentina, a Papilu, de Eslovenia. Esta compa?¨ªa trae un espect¨¢culo titulado Collage, una obra basada en m¨²sica y gestos en la que el principal material de trabajo es el papel.
A Titirilandia no acuden s¨®lo los ni?os en su af¨¢n por presenciar las m¨¢gicas aventuras de los personajes que cobran vida en el teatro de t¨ªteres. Los adultos, algunos con la excusa de llevar a sus hijos a pasar un buen rato, tambi¨¦n se dejan seducir. "En la funci¨®n de las diez y media vienen familias enteras a ver a los t¨ªteres. En ese horario algunas de las obras tambi¨¦n est¨¢n dirigidas al p¨²blico adulto, as¨ª que esto resulta un buen plan para el verano", comenta Mar.
El p¨²blico m¨¢s dif¨ªcil
En el escenario, Federico, el p¨¢jaro de plumas rojas y pico amarillo, intenta sembrar una semilla y deshacerse de un gusano azul. De la semilla surge una hermosa flor a la que los ni?os animan con sus aplausos.La funci¨®n termina en medio de risas y exclamaciones de alegr¨ªa. Casi todos han permanecido inm¨®viles, absortos ante la presencia de Federico y el gusano, lo cual es un triunfo m¨¢s para Fern¨¢n y Anal¨ªa.
"Es que los ni?os son el p¨²blico m¨¢s dif¨ªcil. Ellos son muy sinceros y cuando algo no les gusta sencillamente se levantan y se van. El que se hayan quedado puede ser que les ha gustado", explica Fern¨¢n.
Mientras desmontan el escenario algunos peques se acercan para saludar a los creadores del personaje de Federico. "?Y cu¨¢ndo es la otra funci¨®n?", preguntan con insistencia, como queriendo volver a presenciar las aventuras de un mu?eco rojo al que una mano y una voz dan un soplo de vida.
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