Alcoh¨®licos rehabilitados exigen al Gobierno un plan nacional y que Sanidad asuma el tratamiento

?Hasta cu¨¢ndo vamos a estar pidiendo un plan espec¨ªfico nacional sobre alcoholismo? Es una de las preguntas que, a modo de conclusi¨®n, se formul¨® ayer en la clausura del XXVII Congreso Nacional de Alcoh¨®licos Rehabilitados (FARE), celebrado en Barcelona este fin de semana y que reuni¨® a 600 personas.Francisco Vila, presidente de FARE, explic¨® que la reivindicaci¨®n de un plan espec¨ªfico para la prevenci¨®n del alcoholismo no consigue hacer mella en el Gobierno, "y eso que el actual delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, lo prometi¨® hace tres a?os, cuando el Partido Popular todav¨ªa no gobernaba".

Vila se queja de que el problema del alcoholismo se encuentre englobado en el Plan Nacional sobre Drogas, enmarcado en el Ministerio del Interior. "Ocurre que no somos traficantes de nada", remach¨®.

Vila insisti¨® en la urgencia de un plan espec¨ªfico como la ¨²nica forma de luchar contra un problema que afecta a 400.000 personas que est¨¢n enganchadas al alcohol en Espa?a. A t¨ªtulo de ejemplo, el presidente de FARE explic¨® que el a?o pasado el coste de los problemas derivados del consumo del alcohol fue de 811.000 millones de pesetas y que el 18% de esa cantidad fue de coste sanitario directo. Afirm¨® que el consumo del alcohol causa el 50% de los accidentes de tr¨¢fico, el 80% de los malos tratos a mujeres, el 70% de las separaciones y el 25% del absentismo laboral. "Por eso insistiremos lo que haga falta en un plan espec¨ªfico, porque el problema del alcoholismo hay que tratarlo desde el ¨¢mbito de la sanidad y de la educaci¨®n, y sobre todo hay que unificar criterios", subray¨® Vila, que critic¨® la doble moral de la sociedad al condenar las drogas ilegales y permanecer "impasible" con el alcoholismo.

Otra de las reclamaciones formuladas en el congreso de la FARE es que el alcoholismo sea tratado como una enfermedad y que como tal sea tratada por la Seguridad Social. En este sentido, la FARE, que agrupa a 30.000 alcoh¨®licos rehabilitados pero con un ¨¢mbito de influencia que se extiende a 250.000 personas, se queja de la escasa ayuda de la Administraci¨®n y, en concreto, del recorte de subvenciones que han sufrido este a?o.