EL PROBLEMA DEL ACEITE El d¨ªa despu¨¦s
El espectacular incremento de la producci¨®n de aceite de oliva en Espa?a ha sido el n¨²cleo de la batalla a la que hemos asistido durante las dos ¨²ltimas campa?as en torno a la modificaci¨®n de la OCM. El descenso de los precios de mercado y el aumento de la cuota correspondiente a nuestro pa¨ªs, si se atendiera exclusivamente a criterios basados en la producci¨®n real, encendi¨® todas las se?ales de alarma de nuestros socios y a la vez competidores europeos. La mayor veteran¨ªa en Bruselas de italianos y griegos y su incuestionable habilidad negociadora ha permitido que ambos se blinden con holgadas cuotas nacionales frente a ambos peligros: aumento excesivo de la producci¨®n y reducci¨®n del precio del mercado. Finalmente se han hecho algunas concesiones a Espa?a a la cual se le ha asignado un montante de 169.000 millones de pesetas que incluye la cuota correspondiente a la aceituna de mesa. ?sta es la realidad del d¨ªa despu¨¦s con independencia de las valoraciones de todo tipo que ya se est¨¢n produciendo. El reto en estos momentos es un reparto justo y equitativo de la anterior cifra, cuyo primer objetivo no es otro que garantizar la renta de todos los olivareros, tal como se?ala la OCM. Al ser inferior la cantidad nacional garantizada (que se eleva a 760.027 toneladas) a la producci¨®n real de nuestro pa¨ªs, de las que adem¨¢s hay que detraer la cuota correspondiente a la aceituna de mesa (se estima un equivalente a 30.000 toneladas de aceite), la cantidad a percibir por el oleicultor por kilogramo de aceite producido se situar¨ªa entre 150 y 155 pesetas por kilo, si se aplicasen los mismos criterios que en a?os anteriores, es decir, la ayuda pura a la producci¨®n. ?C¨®mo afectar¨ªa esta reducci¨®n a la renta de los olivareros? En un informe presentado al Ministerio de Agricultura en julio de 1997, se estimaba entre 429 y 477 pesetas por kilo de aceite el umbral de rentabilidad del olivar con una producci¨®n inferior a 1.500 kilos de aceituna por hect¨¢rea. Seg¨²n el mismo informe, este olivar supone aproximadamente el 74% de la superficie y el 60% de los jornales. Si se estima un precio medio de mercado de 250-270 pesetas por kilo de aceite para la actual campa?a, el precio final percibido por el olivarero se situar¨ªa entre 405 y 425 pesetas por kilo, cantidad inferior al referido umbral de rentabilidad de la mayor parte del olivar espa?ol. Contrariamente, este umbral de rentabilidad no alcanza 314 pesetas por kilo de aceite cuando se supera una productividad de 2.700 kilos de aceituna por hect¨¢rea, pudiendo ser inferior a 200 pesetas por kilo de aceite en el mejor olivar de riego. En estos casos el beneficio por kilo de aceite oscilar¨ªa entre 91 y 225 pesetas por kilo. Ha sido precisamente la expectativa de beneficios extraordinarios en el marco de la pasada OCM lo que ha desencadenado el aumento de nuevas plantaciones y puestas en riego. Esta nueva olivicultura debe aspirar a ser la base de la producci¨®n del siglo XXI en el marco de una econom¨ªa de mercado. En ning¨²n caso, unos beneficios extraordinarios para este olivar deben suponer el problema para la supervivencia del olivar marginal que representa, como se ha se?alado, la mayor parte del patrimonio de la mayor¨ªa de nuestros olivareros. Por ello parece imprescindible que se utilicen inmediatamente los foros establecidos por el sector y la Administraci¨®n en el pasado proceso negociador. El empleo de mecanismos de modulaci¨®n en esta nueva negociaci¨®n, que tengan en cuenta las diferencias de renta territorial, de productividad y de tama?o de explotaci¨®n, puede impedir que se produzcan guerras interterritoriales y dentro del sector que, en otro caso, parecen inevitables. Aunque la cantidad conseguida no alcance la que nos hubiera correspondido en base a nuestra producci¨®n real, un reparto equitativo de la misma puede garantizar el futuro del conjunto del sector.
Luis Rallo Romero es catedr¨¢tico de Olivicultura de Etsiam de C¨®rdoba.
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