?A qu¨¦ se refiere?

En el diario del 4 de agosto, el se?or Andi¨®n, cazador, doctor en Sociolog¨ªa y profesor de la Complutense, afirma que s¨®lo un cazador puede juzgar la caza porque s¨®lo ¨¦l tiene todos los conocimientos para juzgar la realidad, desconociendo algo tan elemental como que precisamente la posici¨®n gremial resta objetividad y credibilidad, que el acercamiento desdibuja la perspectiva y que la viga en ojo propio es dif¨ªcil de detectar. Algo m¨¢s fuerte e inconveniente en un se?or a quien se le supone la ponderaci¨®n que el ejercicio de la docencia exige, es que nos achaque a los que no compartimos sus aficiones cineg¨¦ticas, cito textualmente, "el repertorio de elementalidades baratas en un intento maniqueo y torticero de opinar desde la ignorancia vertiendo pretenciosas y sentimentaloides falsedades e inexactitudes, desde el desconocimiento m¨¢s infantil y atrevido". ?A qu¨¦ opiniones se refiere? ?Qui¨¦n se las ha vertido, d¨®nde y en qu¨¦ t¨¦rminos? ?O es que est¨¢ generalizando, cosa de la que ¨¦l mismo abomina en su inefable art¨ªculo, atacando antes de que le ataquen, como toda conciencia intranquila e insegura? "El cazador caza desde siempre", dice. De acuerdo. Siempre, o casi siempre, tuvimos que comer o ser comidos, pero las circunstancias entre la prehistoria, la Edad Media, el siglo pasado, los a?os treinta y el siglo XXI que ya tocamos difieren notablemente en la forma de atender a nuestras necesidades vitales, y hoy no necesitamos ineludiblemente ni defender nuestras vidas de las alima?as ni alimentarnos de la caza, que hoy, en 1998, se practica casi exclusivamente en los llamados pa¨ªses civilizados, como deporte o actividad l¨²dica, pero no como necesidad. No, yo no la necesito para vivir ni para divertirme, y me da mucha pena, seguramente sentimentaloide, ver matar gratuitamente a un animal que no me atac¨® ni me molest¨®, que la extinci¨®n de las especies, seguramente inevitable por la presi¨®n demogr¨¢fica, no tiene por qu¨¦ agravarse, que los animales todos sufren, aman, disfrutan de la vida, sienten dolor y terror, que si yo fuera evolucionista podr¨ªa pensar perfectamente que son antepasados m¨ªos sin evolucionar, que toda la enorme belleza de un animal desaparece dram¨¢ticamente cuando se le abate, siempre desde la comodidad, seguridad y tremenda eficacia de las armas modernas. A?ade este se?or una perla del irrespeto: "Hoy por hoy, ninguna mente madura entendida es capaz de ser anticaza en serio". Posiblemente yo no tenga la madurez mental exigida por el se?or Andi¨®n para comprender sus inexplicadas tesis, pero debo decirle, en serio, que no comparto el placer de la caza, porque amo a las personas, a los animales y a la vida, y porque huyo de cualquier manifestaci¨®n de violencia aunque sea festiva o deportiva.- . .