JUAN A. REIG: E OBISPO DE SEGORBE-CASTELL?N "Le ped¨ª a San Pascual que el Villarreal subiera a primera"
LUC?A GADEANo ha sido un curso nada f¨¢cil para el obispo de Segorbe-Castell¨®n. Juan Antonio Reig (Cocentaina 1947) acab¨® el primer trimestre y lleg¨® a las Navidades con la sorpresa de su nombramiento como miembro del Consell Valenci¨¤ de Cultura (CVC) para recomponer el entuerto de la lengua. La sorpresa se torn¨® decepci¨®n en el segundo trimestre en que las suspicacias y algunos an¨®nimos llevaron a Reig a apearse del CVC. Como buen aficionado el ascenso del Villareal le supuso una alegr¨ªa y un par¨¦ntesis a los problemas diarios ya que en el tercer trimestre la pol¨¦mica vino de la di¨®cesis vecina de Tortosa. Lleg¨® el fin de curso con un viaje, el primero que Reig realizaba como obispo a Roma. Ya de vacaciones descansa, mientras el obispado se lo permita, en su Cocentaina natal. Pregunta. Un obispo da la imagen de hombre serio. ?Podr¨ªa romper este mito? Respuesta. S¨ª, por qu¨¦ no. Quitados los actos a realizar mi vida es muy normal. Puede ser una apariencia por lo que uno imagina que es un obispo. P. ?Pero est¨¢ sometido a un protocolo? R. Cuando un obispo o un sacerdote entran en una iglesia y todo el mundo se pone en pie no lo hacen por educaci¨®n sino porque van a recibir al representante de Jesucristo. A un obispo le dan a besar la cruz, se le ofrece el agua bautismal para rociar a los fieles como sucesor del ap¨®stol. Es todo sacramental y se ha de entender en esa clave, no es simplemente protocolo. P. Es persona y tambi¨¦n descansa. R. S¨ª, pero sin desconectar de mis funciones y de mi vocaci¨®n religiosa. Empec¨¦ las vacaciones a principio de agosto y he tenido que regresar dos veces a Castell¨®n. Si no pasa nada descansar¨¦ en Cocentaina hasta el 15. No me gusta estar lejos de la di¨®cesis. En cualquier momento surge algo y hace falta mi presencia. P. El mes pasado tuvo su primera visita ad lumina a Roma. ?C¨®mo le fue? R. Esta es la visita que realizamos los obispos cada cinco a?os a Roma para ver los sepulcros de los ap¨®stoles y las cuatro Bas¨ªlicas. Tuvimos una sesi¨®n con el Papa y una entrevista personal para comentar problemas y presentar nuestra adhesi¨®n a la figura del Papa. Yo llevo ya dos a?os y medio de obispo y fue una experiencia absolutamente extraordinaria. Estar delante del sucesor de San Pedro y vivir momentos de comuni¨®n me llen¨® de gozo. Lo considero una persona muy significativa y me siento identificado con ¨¦l. P. Hace unas semanas un portavoz de la di¨®cesis vecina de Tortosa plante¨® variar los l¨ªmites de la provincia de Castell¨®n, esto afectar¨ªa a 30 parroquias. ?Habl¨® con el Papa sobre este asunto? R. No. Yo no veo eso como un problema. Los l¨ªmites territoriales de las di¨®cesis ha ido adecu¨¢ndose en la historia y las de Segorbe-Castell¨®n est¨¢n unidas desde 1960. Podemos decir que hace poco que se rectificaron los l¨ªmites. En cualquier caso, estas decisiones se toman a petici¨®n de las poblaciones o por motivos de adscripci¨®n territorial y son discutidos por una comisi¨®n de l¨ªmites que tiene sede en la Conferencia Episcopal de Madrid. P. ?Ha llegado el caso all¨ª? R. De momento no hay nada planteado. Simplemente hay una aspiraci¨®n de algunos pueblos del norte de Castell¨®n que piensan que ser¨ªa m¨¢s l¨®gico una adecuaci¨®n provincial y de la di¨®cesis. P. ?Y usted qu¨¦ piensa? R. Pastoralmente las dos di¨®cesis est¨¢n bien regidas, pero no nos cerrar¨ªamos a la rectificaci¨®n. Hay que dejar libertad a las personas para que se expresen. La di¨®cesis de Tortosa es relativamente peque?a y prescindir de territorios la disminuir¨ªa o har¨ªa que se uniera a Tarragona. P. A ra¨ªz de esta pol¨¦mica un pol¨ªtico, Santiago Vernia, Presidente de UV, lleg¨® a denunciar que un retablo de Bel y una pila bautismal de Pe?¨ªscola se hallan en un supuesto almac¨¦n del Museo de Tortosa. ?Quiere contestarle? R. La iglesia ha sido buena custodia del patrimonio en sus posibilidades. La concatedral de Castell¨®n fue derruida por una decisi¨®n municipal, se ha reconstruido y el a?o que viene vamos a inaugurarla. Es decir, la Iglesia siempre tiene un cuidado especial¨ªsimo por no perder lo que es de todos. Si el patrimonio esta regido por un obispo o por otro, tenga por seguro que estar¨¢ bien cuidado. Ahora, para restaurar determinados bienes la Iglesia necesita colaboraci¨®n de organismos auton¨®micos y provinciales y ah¨ª pueden venir problemas y suspicacias pol¨ªticas. P. ?A qu¨¦ se refiere? R. Unas personas dudaban que yo pudiera promover la liturgia en valenciano. Hubo una campa?a ininterrumpida con datos falsos de los que se hicieron eco los pol¨ªticos que me escogieron para el CVC. Fue una campa?a absurda y no acepto que no se respeten las reglas del juego. Si hay una duda sobre mi persona, se me pueden pedir explicaciones. No creo que sea oportuno publicar que yo suprim¨ª las misas en valenciano en Castell¨®n, como entonces sali¨® en prensa. Eso no es cierto, en la vida las he suprimido. Nunca ha habido tantos sermones de un obispo en valenciano. P. ?C¨®mo vivi¨® esos momentos? R. Con mucha serenidad. Pongo mi coraz¨®n en lo que hago y me entrego a lo que tiene trascendencia dentro de mi misi¨®n como obispo. Pero en cuestiones temporales y cuando veo que se entra en estos sistemas... Quiero ser el obispo de todos, hubiera luchado por la unanimidad por el bien de todos los valencianos. El dictamen (del CVC) tiene car¨¢cter pol¨ªtico. P. Parece desilusionado. R. A m¨ª no me cuesta rectificar si hay algo que no he hecho bien. Soy responsable de lo que hago, pero de los inventos de los dem¨¢s no. A veces es complicado. Cuando entr¨¦ en la di¨®cesis de Castell¨®n empec¨¦ a recibir an¨®nimos y amenazas basadas en que yo era el primer obispo que en tiempo proven¨ªa de la di¨®cesis de Valencia. Lo tom¨¦ con tranquilidad y vi que hab¨ªa un problema ling¨¹¨ªstico asociado a intereses que no conozco. P. ?A¨²n recibe esos an¨®nimos? R. No. Desaparecieron al d¨ªa siguiente que dej¨¦ el CVC y no he vuelto al recibir m¨¢s. Es curioso. P. Cara a la luz p¨²blica parece que el conflicto se ha solucionado. R. Y yo me alegrar¨ªa de que as¨ª fuera. Probablemente, si hubiera habido antes un proceso pedag¨®gico de introducci¨®n amable de la lengua no habr¨ªamos llegado a la crispaci¨®n. La lengua tiene aspectos seg¨²n la hable uno de La Safor, el Maestrat, L" Horta..., hay que mirarla con amabilidad y cari?o y no hacer cuesti¨®n metaf¨ªsica. Lo que podr¨ªa ser riqueza lo convertimos en empobrecimiento. P. Hablemos de la iglesia. El cine, las novelas, la televisi¨®n en ocasiones han descrito las altas instancias eclesi¨¢sticas como algo en lo que caben conspiraciones, mafias... Para usted todo esto ser¨¢ ciencia ficci¨®n. R. Hay quien se esfuerza en mirar la Iglesia desde claves que no corresponden. La Iglesia tiene un empe?o y es seguir la misi¨®n confiada por Jesucristo de predicar el Evangelio, ofrecer los medios de salvaci¨®n que son los sacramentos y organizar las comunidades cristianas. Servir dentro de las debilidades de la propia persona y de las deficiencias epocales. Hay algo importante, que la Iglesia va a inaugurar su tercer milenio y no creo que haya otra instituci¨®n bimilenaria que haya promovido tantas obras ben¨¦ficas. P. Para esto hace falta financiaci¨®n. Hay sacerdotes que en sus sermones aconsejan a los fieles que en sus declaraciones de renta colaboren en el sostenimiento de la Iglesia. ?Eso est¨¢ bien? R. Est¨¢ muy bien. Ah¨ª creo que hace falta en Espa?a, dentro de la maduraci¨®n democr¨¢tica, una aceptaci¨®n pac¨ªfica de la confesionalidad del Estado y el Estado laico. En Espa?a mayoritariamente vivimos la religi¨®n cat¨®lica. Iglesia y Estado servimos al mismo ciudadano y ser¨ªa impensable que no hubiera una colaboraci¨®n para servir al ciudadano. Lo otro responde a esquemas pasados de beligerancia Iglesia-Estado. El no cat¨®lico tiene libertad de no dar la asignaci¨®n tributaria, pero son los menos. P. La modernidad ha secularizado ciertas festividades cat¨®licas como la Semana Santa o la Navidad. ?Podr¨ªa hablarse de decadencia? R. En este momento no ser¨ªa precisamente de decadencia. Desde los a?os 60 hasta ahora se est¨¢ dando un contexto un proceso totalmente a la inversa. Es cierto que estamos en un contexto de una sociedad m¨¢s descristianizada o secularizada. Hay quien llamar¨¢ a la Semana Santa, semana de primavera o de las vacaciones de Andorra. Pero en las procesiones y celebraciones de la Iglesia estamos en un momento de crecida, la gente incluso acude m¨¢s. Al tiempo, hay un proceso de secularizaci¨®n que lleva a vivir estos acontecimientos a ciertas personas m¨¢s como un proceso vacacional. P. Esto puede acabar por enfriar la fe ?no cree? R. La tarea de la Iglesia estar¨¢ en imbuir de esp¨ªritu religioso las acciones eclesiales y sus manifestaciones externas. Esta cultura, que ha creado un vac¨ªo del sentido de Dios, hiela el coraz¨®n de las personas y provoca la aparici¨®n de supersticiones, temores ante el futuro, los videntes, futur¨®logos... que son muy peligrosos por que llevan a la superstici¨®n y las sectas. P. ?Que es lo que a su juicio ha propiciado esta situaci¨®n? R. Desde los medios de comunicaci¨®n, no se ha dado una visi¨®n serena que responda a la realidad de la Iglesia cat¨®lica y se ha creado un caldo de cultivo para que aparezcan estos mundo de superstici¨®n. Es una avalancha puede hacer mucho da?o a los j¨®venes. P. El f¨²tbol tambi¨¦n despierta pasiones y creo que usted es forofo. R. Esta afici¨®n me la pas¨® mi padre. Dentro de lo bueno que puede dar el deporte no me cuesta sumarme a estos acontecimientos. Yo le ped¨ª a San Pascual en compa?¨ªa de todo el pueblo, que el Villareal subiera a primera. La gente cuando anima al equipo no grita Villareal sino San Pascual. P. Y usted ?practica alg¨²n deporte? R. Algo de nataci¨®n, marcha, frontenis... P. ?Tiene alg¨²n otro hobby? R. La lectura. Me gusta continuamente situarme en el mundo cultural. Siempre estoy con un libro en la mano o rezando. P. ?Me recomienda alguno? R. Por supuesto. Uno sobre el pensamiento de Romano Guardini, un poco de dif¨ªcil lectura, y El Coraz¨®n de Dietrich Von Hildebrand. LA TERRAZA
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