Nudista: Esc¨¢ndalos de nieve
La retah¨ªla de dise?adores invitan al nudismo institucionalizado. Los hay militantes y simpatizantes. Desnudo estoy igual que este papel, escribe Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald en un hermoso poema. Demasiado prosaica fue la experiencia de J.C.B., de 35 a?os, y J.M.C., de 45, dos pac¨ªficos veraneantes que practicaban el nudismo en la playa malague?a de Guadalmar en el sexto d¨ªa de gozosa proclamaci¨®n de la ausencia de trapos. Los due?os de esas iniciales fueron agredidos por tres familias de carpetovet¨®nicos que armados de sombrillas y sillas de playa y siguiendo las instrucciones del Ripalda y el Mein Kampf les declararon la guerra santa. El 29 de julio, Izquierda Unida hab¨ªa declarado esa playa para¨ªso terrenal, pero los agresores quisieron escenificar el episodio del pecado original. Simples copistas. Hay copiosa bibliograf¨ªa del nudismo y sus entretelas. El griego Tiresias, al que encarn¨® Paco Pi?ero en Las Bacantes de Eur¨ªpides seg¨²n T¨¢vora, se qued¨® ciego por haber visto y deseado a Atenea cuando se ba?aba. Ella se compadeci¨® del hel¨¦nico voyeur y le regal¨® el lenguaje prof¨¦tico de los p¨¢jaros con el que augur¨® la primera p¨¢gina de sucesos de la historia, la muerte del padre de Edipo a manos de ¨¦ste. El padre Feij¨®o llama a los pechos femeninos "esc¨¢ndalos de nieve" y el Ojo Fosforescente de S¨¢bato descubre en la pampa mineral un volc¨¢n de carne. Los nudistas no llevan nada y el que nada no se ahoga. Una variante del nihilista seg¨²n el Diccionario del diablo de Ambrose Bierce. "Ruso que niega la existencia de todo, menos de Tolstoi. El jefe de esta escuela es Tolstoi". A las playas nudistas hay que llegar con ojos de Monsieur Hulot. En Almer¨ªa destacan la de Vera, que cuenta con un hotel naturista para evitar acosos carpetovet¨®nicos, y la de Cabo de Gata, en la que no se pudo ba?ar Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo cuando se top¨® con un cabo de la Guardia Civil al que inmortaliza en sus Anotaciones recortadorias de prisi¨®n y confinamiento en la primavera de 1969. El cabo del miedo le dej¨® un mensaje: "Libre es usted dentro de este / t¨¦rmino municipal: / puede trepar por aquel / camino vecinal, / llegarse a Huebros, la fuente / y el nido de cal, / o bajar a Cabo Gata / y volver a pernoctar".
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