La liberaci¨®n del ex general golpista Oviedo desata la crisis en el nuevo Gobierno paraguayo
La puesta en libertad del general golpista Lino C¨¦sar Oviedo, condenado a 10 a?os de prisi¨®n, ha provocado la primera crisis de Gobierno en Paraguay, apenas cuatro d¨ªas despu¨¦s de que Ra¨²l Cubas Grau fuera investido presidente de la Rep¨²blica, en presencia de los m¨¢ximos mandatarios de los pa¨ªses del Mercosur. El capit¨¢n retirado Carlos Cubas, hermano del presidente, present¨® ayer la dimisi¨®n irrevocable como ministro de Industria y Comercio "por dignidad personal y no compartir la decisi¨®n" del jefe del Ejecutivo, criticada con fuerza en el seno de su partido.
El Partido Colorado, al que pertenecen el presidente y Oviedo, exhibi¨® la grave divisi¨®n interna que genera la figura del ex general al declarar en un comunicado oficial que "el pa¨ªs est¨¢ al borde de la anarqu¨ªa", que la decisi¨®n presidencial "es un quiebro del Estado de derecho" y que el nuevo Gobierno "es una dictadura personal". Los militares mantienen un silencio expectante, a la espera de los cambios que el presidente pueda introducir en la c¨²pula de las Fuerzas Armadas, claramente antioviedistas tras las purgas del ¨²ltimo presidente, Juan Carlos Wasmosy. Hasta la llegada de Cubas al poder, los uniformados dejaron claro, con movimientos de tanques incluidos, que no tolerar¨ªan una revisi¨®n de la sentencia.
A pocos ha sorprendido la liberaci¨®n de Oviedo. En todo caso, llama la atenci¨®n la celeridad con que el presidente Cubas ha cumplido su promesa. Su principal consigna durante la campa?a electoral fue "Libere a Oviedo, vote a Cubas", mientras sus seguidores nunca dejaron de corear la frase "Cubas al Gobierno, Oviedo al poder".
La primera ya es una realidad desde la tarde del martes, cuando el ministro de Justicia y Trabajo, ?ngel Campos, anunci¨® el decreto del presidente por el que se conmuta la pena de 10 a?os de c¨¢rcel, impuesta por un tribunal militar extraordinario al general Oviedo por la intentona golpista del 22 de abril de 1996. Seg¨²n el decreto, la pena de 10 a?os fue conmutada por una de tres meses, por lo que al haber pasado m¨¢s de ocho meses en prisi¨®n, Oviedo qued¨® inmediatamente en libertad "y con plena capacidad en sus derechos civiles y pol¨ªticos", seg¨²n el texto le¨ªdo por el ministro de Justicia.
El ex general sali¨® de la Primera Divisi¨®n de Infanter¨ªa, en la capital paraguaya, donde estaba recluido desde el 10 de diciembre pasado. La noticia corri¨® como la p¨®lvora y un buen n¨²mero de seguidores oviedistas desafi¨® la lluvia y recorri¨® las calles con banderas coloradas para festejar la liberaci¨®n de su l¨ªder. Pero no todo fue fiesta. En las cercan¨ªas de la sede del Partido Liberal y del Congreso se produjeron enfrentamientos entre seguidores y adversarios del general liberado.
La oposici¨®n y un sector del Partido Colorado se apresuraron a exigir un juicio pol¨ªtico al presidente de la Rep¨²blica por considerar que su decisi¨®n es ilegal y vulnera la Constituci¨®n. El vicepresidente de la Rep¨²blica, Luis Arga?a, enemigo de Oviedo, declar¨®: "Es una sorpresa para toda la ciudadan¨ªa y para m¨ª". Arga?a no fue ni consultado ni informado de antemano por Cubas de la liberaci¨®n de Oviedo, lo que pone de relieve el abismo que separa a las dos m¨¢ximas autoridades de la Rep¨²blica.
Clanes internos
Nada nuevo ni sorprendente en Paraguay, donde el oficialista Partido Colorado se ha caracterizado por la divisi¨®n entre los clanes internos en los 50 a?os que ocupa el poder. En realidad, la f¨®rmula Cubas-Arga?a que venci¨® en los comicios presidenciales del 10 de mayo, fue una componenda electoral de los colorados, al no poder presentarse el general Oviedo, despojado de sus derechos pol¨ªticos cuando todas las encuestas le daban como ganador. Cubas fue el candidato de ¨²ltima hora, designado para suceder a Wasmosy, que hoy est¨¢ en el punto de mira del nuevo presidente. Acusado de corrupci¨®n y de vaciar las arcas del Estado, Wasmosy tiene todos los puntos para hacer frente a un juicio pol¨ªtico, que ya ha sido pedido por un abogado particular, Enrique Radice, bas¨¢ndose en las palabras de Cubas, que ha dicho que su antecesor le dej¨®, antes de abandonar el poder, "una inconsistencia entre cifras presupuestas y contabilizadas".
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