Pasos amables
El Ballet Nacional de Cuba ofreci¨® anteanoche en el teatro Alb¨¦niz de Madrid su segundo programa de esta temporada, bajo el nombre de Gran Gala de Estrellas; tal denominaci¨®n resulta desproporcionada y de un egocentrismo poco respetuoso, al tiempo que no se ajusta a la realidad del programa. A pesar, fue una bonita funci¨®n de ballet cl¨¢sico que comenz¨® con el Grand pas de quatre, que las cubanas bailan como nadie; enfundadas en bell¨ªsimos tut¨²s antiguos, fue una lecci¨®n de estilo y madurez con especial menci¨®n para Marta Garc¨ªa y Galina ?lvarez, que parece haber venido desde el Caribe para darnos su mejor temporada.La funci¨®n continu¨® con dos coreograf¨ªas de Alberto M¨¦ndez, sin duda el mejor core¨®grafo que ha dado Cuba en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Su obra Paso a tres fue bailada con iron¨ªa y gracia por V¨ªctor Gil¨ª y unas no tan brillantes Vien Vald¨¦s y Anissa Curbelo. Le sigui¨® una de esas obras que nunca desaparecer¨¢n del buen repertorio: Suite generis, donde M¨¦ndez resulta un fant¨¢stico inventor de movimientos, y all¨ª vimos a Jorge Vega (¨²nico superviviente de la distribuci¨®n original de 1988) dando vida a un personaje lleno de pasi¨®n y sugerencias, sin olvidar mencionar a un intenso Octavio Mart¨ªn.
La segunda parte del concierto se abri¨® con In the night, una de las obras maestras de Robbins, donde Mar¨ªa Elena Llorente mostr¨® lo que queda de su seguridad de anta?o, que a¨²n corona con elevada concentraci¨®n. Tambi¨¦n Marta Garc¨ªa conserva su intensidad y esa especie de risue?a distancia de la que ha hecho estilo personal y donde hay mucho de fulgor interior.
Cerr¨® la velada una recreaci¨®n ecl¨¦ctica en lo coreogr¨¢fico de un fragmento de La Bayadera, con trajes inspirados en la letra y el color de la producci¨®n de la ?pera de Par¨ªs, donde Osmay Molina como el pr¨ªncipe Solor mostr¨® mejor aplomo y exactitud que en noches precedentes.
Fue una agradable noche que reivindica la amabilidad e incluso generosidad de los danzantes cubanos, tanto para el p¨²blico como para el patrimonio que interpretan.
Babelia
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