Sanidad s¨®lo logra que se use la tarjeta m¨¦dica en el 10% de las visitas

Las primeras tarjetas que identifican a los usuarios de la sanidad p¨²blica catalana han caducado a los tres a?os de vida sin que la gran mayor¨ªa de los ciudadanos entienda su utilidad. El Servicio Catal¨¢n de la Salud (SCS) ha registrado 5.099.000 tarjetas identificativas para que los usuarios de la red sanitaria las utilicen en lugar de la vieja cartilla de la Seguridad Social. Pero sin ¨¦xito: s¨®lo el 10% de los dos millones de visitas que programan cada mes los ambulatorios se tramita a trav¨¦s de la tarjeta sanitaria. Sanidad se gastar¨¢ ahora 306 millones de pesetas en reeditar las tarjetas caducadas.

Muchos ciudadanos ya empiezan a recibir por correo la nueva tarjeta sanitaria, con la novedad de que ¨¦sta tiene una vigencia de cinco a?os. El fracaso de la nueva tarjeta no es imputable exclusivamente a los usuarios. En muchos centros de asistencia primaria ni siquiera tienen el aparato lector de los datos contenidos en su banda magn¨¦tica. En la entrada principal del Centro de Asistencia Primaria (CAP) de la calle de Manso, en el barrio barcelon¨¦s del Eixample, decenas de cartillas de la Seguridad Social se apilan a primera hora de la tarde tras la ventanilla del mostrador. "Aqu¨ª casi nadie trae otro tipo de documentaci¨®n", comenta el administrativo de admisiones. Adem¨¢s del gasto que ha supuesto la puesta en marcha de la campa?a, Sanidad se gastar¨¢ ahora otros 306 millones de pesetas en renovar las tarjetas magn¨¦ticas de identificaci¨®n personal, que se est¨¢n enviando a sus titulares seg¨²n van caducando. Los usuarios, sin embargo, se resisten a abandonar la antigua cartilla, que no tiene fecha de caducidad. "Yo hace un a?o que recib¨ª la tarjeta de la Generalitat y nunca la he hecho servir", comenta una pensionista en el ambulatorio de la calle de Sant Elies. Antoni Gratac¨®s, director del ¨¢rea t¨¦cnica del Servicio Catal¨¢n de la Salud, reconoce su poco uso, "aunque vamos progresando". Asegura que la tarjeta se cre¨® para individualizar al usuario de la sanidad y gestionar mejor los recursos en funci¨®n del consumo que hacen los ciudadanos en cada centro asistencial. Gratac¨®s explica que la cartilla de la Seguridad Social dificulta esta tarea porque est¨¢ extendida a nombre del cotizante, pero puede tener varios beneficiarios, como los hijos o el c¨®nyuge, si no trabajan. Control por ordenador Pero al final, para la introducci¨®n de los datos de cualquier paciente es tan ¨²til la tarjeta magn¨¦tica del SCS como la cartilla de la Seguridad Social. Incluso, si no es su primera visita, al paciente le basta con dar su nombre y apellidos para identificarse o bien facilitar su n¨²mero de historia cl¨ªnica. Lo que realmente permite el control inform¨¢tico del consumo sanitario de los pacientes es el programa de gesti¨®n de datos que utiliza la red de ordenadores que hay en los ambulatorios, que trabajan bajo el llamado Sistema de Informaci¨®n y Atenci¨®n Primaria (SIAP). La banda magn¨¦tica de la tarjeta sanitaria permite una mayor comodidad a la hora de introducir la informaci¨®n del paciente en el ordenador, tanto su nombre como su n¨²mero de afiliaci¨®n a la Seguridad Social y otros datos. Sin embargo, existen numerosos ambulatorios, como los barceloneses de Sant Gervasi, Sant Elies, Lesseps o Val¨¨ncia, en los que ni siquiera se puede llegar a utilizar la tarjeta, ya que carecen del aparato lector de la banda magn¨¦tica. PASA A LA P?GINA 3