CBS afirma que el presidente ha firmado ya su dimisi¨®n

La cadena estadounidense CBS interrumpi¨® ayer su programaci¨®n para anunciar que Yeltsin ha firmado ya, sin fecha, su carta de dimisi¨®n. ?sta entrar¨ªa en vigor en el momento en que Chernomirdin fuera confirmado como primer ministro. Esto no es m¨¢s que "rumores absolutamente infundados", asegur¨® ayer Sergu¨¦i Yastrzhembski, portavoz del Kremlin. "No hay planes de dimisi¨®n ni los puede haber. Les pedimos que se calmen y que centren su atenci¨®n en los problemas reales", dijo. Sin embargo, el cerco en torno a Yeltsin se estrecha cada d¨ªa m¨¢s: a las voces de los comunistas y del conjunto de la Duma Estatal, que piden su dimisi¨®n voluntaria, se sumaron ayer las del sindicato de los mineros del carb¨®n, mientras en la prensa segu¨ªan apareciendo art¨ªculos en los que se afirma que Yeltsin ya no dirige el pa¨ªs y que sus d¨ªas est¨¢n contados. Pareciera que la ¨¦lite pol¨ªtica rusa, al menos los que van a la caza de Yeltsin, no comprenden lo que est¨¢ sucediendo en el pa¨ªs. Piensan, como aquellos golpistas de 1991, que cambiando a personajes pueden parar un proceso que es imparable.El reciente cambio de Sergu¨¦i Kiriyenko por V¨ªktor Chernomirdin es una repetici¨®n de este pensar voluntarista. Cre¨ªan que la vuelta de este viejo zorro bastaba para detener la dim¨¢nica de una profunda crisis financiera. Y ahora hay pol¨ªticos de peso que de nuevo caen presa de este espejismo y que se imaginan que si Yeltsin se va del Kremlin la estabilidad regresar¨¢ por arte de magia. Pero la crisis seguir¨¢. Lo m¨¢s grave es que el problema no reside en Yeltsin. Si fuera ¨¦l quien tom¨® la decisi¨®n de reemplazar a Kiriyenko cuando todav¨ªa se esperaban fuertes coletazos por las medidas de emergencia introducidas, ser¨ªa lo de menos. Pero seg¨²n afirman desde liberales hasta comunistas, la fatal decisi¨®n no la tom¨® ese anciano de salud d¨¦bil, sino vigorosos pol¨ªticos al parecer en su sano juicio: Bor¨ªs Berezovski, Tatiana Diachenko y otros amiguetes de la hija de Yeltsin. Y en esto les ayud¨® el mismo Chernomirdin.