Las mujeres representan el 60% de los parados y soportan el 80% de los contratos basura
Las mujeres representan en la Comunidad Valenciana un tercio de la poblaci¨®n activa, pero son m¨¢s de la mitad del total de parados, seg¨²n un estudio del economista Vicente Castell¨® elaborado con datos de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA). De cada 100 parados valencianos, 60 son mujeres frente a las 53 del a?o 1995. El hombre acapara la tasa de actividad y la mujer, la de paro en la Comunidad Valenciana. La precariedad se ceba tambi¨¦n en la poblaci¨®n femenina ocupada, que lidera los contratos a tiempo parcial y los temporales. El paro se feminiza.
La creaci¨®n de empleo no beneficia a todos por igual. Las diferencias entre hombres y mujeres, lejos de difuminarse, persisten a pesar del favorable entorno econ¨®mico. El economista y ex director general del Inem Vicente Castell¨® concluye, tras un an¨¢lisis de la EPA desde 1995 al primer semestre de este a?o, que la tasa de actividad de las mujeres en la Comunidad Valenciana ha descendido un punto hasta situarse en el 38,5%, mientras la tasa estatal ha crecido un punto hasta colocarse en el 50,8%. El hombre acapara la tasa de actividad y la mujer, la de paro. As¨ª la tasa de actividad en la Comunidad es del 64,25% para los varones y del 38,57% para las mujeres. Las cifras se invierten al analizar la tasa de paro. En este caso, el paro afecta al 25,9% de mujeres frente al 11,4% de hombres. En el primer semestre de 1998 el paro descendi¨® en s¨®lo 500 mujeres frente a los 19.000 que baj¨® entre los varones. De los casi 70.000 demandantes del primer empleo que se registraron a lo largo de 1997, el 70,6% fueron mujeres. En 1996 este porcentaje era del 66% y del 62% en 1995. Seg¨²n Castell¨®, "estas desigualdades se deben, entre otras cuestiones, a que la llegada de las mujeres al mercado de trabajo ha sido m¨¢s r¨¢pida que el equilibrio social entre los dos sexos". La incorporaci¨®n de la mujer al mercado de trabajo se explica por los avances sociales, su mejor formaci¨®n y la expansi¨®n del sector de los servicios, donde la mujer parece tener m¨¢s f¨¢cil el acceso al empleo -se estima que el 78% del empleo total en este sector est¨¢ ocupado por mujeres-. "A pesar de que la poblaci¨®n activa femenina ha crecido y est¨¢ mejor formada, estos factores no siempre han acortado las diferencias laborales entre hombres y mujeres", reflexiona Castell¨®. "Por el contrario", a?ade, "la mayor actividad femenina se traduce en m¨¢s desigualdades". En opini¨®n de Castell¨®, el paro muestra una clara tendencia a feminizarse: a medida que el desempleo disminuye, aumenta el porcentaje de mujeres en paro. En cifras de 1998, de cada 100 parados, 60 son mujeres. En la Uni¨®n Europea la proporci¨®n desciende hasta el 46%, pese a que su tasa de actividad es mayor que la espa?ola o la valenciana. Las mujeres son adem¨¢s mayor¨ªa en la lista de parados de larga y muy larga duraci¨®n (m¨¢s de dos a?os). Al igual que los j¨®venes, las mujeres son las que m¨¢s soportan las nuevas f¨®rmulas de contrataci¨®n. Por ejemplo, el 80% de las personas ocupadas a tiempo parcial son mujeres. Muchos explicar¨ªan estas cifras en el papel social que continua jugando la mujer. Sus obligaciones dom¨¦sticas o como educadora no le permiten a muchas de ellas trabajar todo el d¨ªa fuera. Las cifras desmontan tambi¨¦n este mito. Cerca del 40% de las mujeres que trabajan a tiempo parcial desear¨ªan hacerlo a tiempo completo. A esto habr¨ªa que a?adir la devaluaci¨®n salarial que registran las ocupaciones en las que las mujeres sustituyen al hombre como mano de obra. La temporalidad agrava m¨¢s todav¨ªa la precariedad laboral de las mujeres, aunque en este aspecto las diferencias entre hombres y mujeres apenas representan el 2%, es decir, les afectan casi por igual. En cualquier caso, la poblaci¨®n activa femenina est¨¢n doblemente perjudicadas, dado que adem¨¢s de acaparar el empleo a tiempo parcial, ¨¦ste es temporal. El economista, en un intento por explicar el origen de estas desigualdades, se plantea que ¨¦stas pueden deberse a la falta de formaci¨®n, cuesti¨®n desmentida de inmediato por las cifra de escolarizaci¨®n de la mujer. La tasa de matriculaci¨®n de este colectivo en ense?anza primaria, secundaria y superior representa el 90% para las mujeres frene al 84% para los hombres. El Consejo Econ¨®mico y Social (CES) espa?ol ha matizado estas cifras al asegurar que no se ha conseguido una equiparaci¨®n del contenido de estudios entre los hombres y mujeres. Las mujeres se matriculan en mayor proporci¨®n en las carreras de humanidades, ciencias jur¨ªdicas y sociales (un 63% de mujeres frente al 44% de los hombres), las m¨¢s saturadas en t¨¦rminos de ocupaci¨®n. Por el contrario, la dedicaci¨®n de la mujer a las carreras t¨¦cnicas, con mejor salida profesional, es todav¨ªa baja y, al parecer, un coto reservado a los hombres (13% de mujeres frente al 43% de los hombres). "Las mujeres no deben funcionar como un ej¨¦rcito de reserva con el fin de amortiguar los efectos de los ajustes econ¨®micos", concluye Castell¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.