Chernomirdin promete a los rusos que no perder¨¢n sus ahorros y que apoyar¨¢ a la banca
El peor enemigo de Rusia es hoy el p¨¢nico, capaz de convertir en a?icos cualquier receta econ¨®mica para superar la crisis. La poblaci¨®n teme que, por segunda vez desde que se desintegr¨® la Uni¨®n Sovi¨¦tica, hace siete a?os, sus ahorros se desvanezcan en el aire. Consciente de ello, el primer ministro en funciones, V¨ªktor Chernomirdin, prometi¨® ayer que los dep¨®sitos bancarios estar¨¢n a salvo y que se acudir¨¢ al rescate de las entidades en peligro de quiebra. La garant¨ªa no ha impedido que los rusos intenten a toda costa recuperar su dinero para convertirlo (si pueden) en d¨®lares y guardarlo en el ¨²nico banco que nunca les ha defraudado: el que est¨¢ debajo del colch¨®n."Tomando en consideraci¨®n la preocupaci¨®n de los inversores privados", asegur¨® ayer Chernomirdin, el Gobierno est¨¢ preparando medidas que garantizar¨¢n la seguridad de los dep¨®sitos. Por lo pronto, el segundo banco del pa¨ªs, el SBS-Agro, ha sido colocado bajo administraci¨®n temporal del Banco Central y parece destinado a ser nacionalizado. Una inyecci¨®n de 15.000 millones de pesetas en las ¨²ltimas semanas result¨® insuficiente para poner en orden las cuentas de la entidad, que en este mes hab¨ªa acumulado una deuda a sus clientes de 130 millones de rublos (unos 3.000 millones de pesetas al cambio anterior a la devaluaci¨®n). Las operaciones han sido suspendidas durante dos semanas, mientras se efect¨²a una auditor¨ªa.
Rescate financiero
El primer ministro, que record¨® que el SBS-Agro tiene decenas de miles de depositantes y ha jugado un papel vital en la concesi¨®n de cr¨¦ditos a la agricultura, se mostr¨® tajante: "Hemos decidido echarle una mano y ayudarle a cumplir sus compromisos con los ahorradores". A?adi¨® que se acudir¨¢, si es necesario, al rescate de otras entidades que pasen por dificultades similares, con el objetivo de "impedir que la poblaci¨®n sea v¨ªctima de la crisis".El problema es que, a estas alturas, las palabras no sirven por s¨ª solas para devolver la confianza, y que la ca¨ªda libre del rublo amenaza al sistema bancario en su conjunto, hasta el extremo de que s¨®lo un pu?ado de entidades est¨¢ en buena posici¨®n para sobrevivir a las turbulencias financieras. Por muchas promesas que haga, el Gobierno no tiene capacidad para salvar a todos los bancos en apuros ni para garantizar la devoluci¨®n de todos los dep¨®sitos privados. Para ello, tendr¨ªa que poner a funcionar a todo tren la m¨¢quina de fabricar billetes, un recurso que disparar¨ªa hasta extremos suicidas el peligro de regreso de la hiperinflaci¨®n.
En cualquier caso, los rusos siguen intentando recuperar a toda costa sus ahorros, que cada d¨ªa que pasa son ro¨ªdos un poco m¨¢s por una subida de precios que resulta inevitable ante el hecho de que m¨¢s del 50% de los productos que se consumen en Rusia procede del extranjero. En esa situaci¨®n, s¨®lo las divisas fuertes, con el d¨®lar a la cabeza, est¨¢n en condiciones de servir de refugio y evitar el empobrecimiento. En los tres ¨²ltimos a?os, la poblaci¨®n recuper¨® en buena medida la confianza en los bancos y en el rublo, pero eso no evit¨® que siguiera comprando divisas fuertes. A ello dedic¨®, por ejemplo, en los siete primeros meses de este a?o, m¨¢s del 15% de sus ingresos.
Chernomirdin asegur¨® tambi¨¦n ayer que no hay planes para limitar la convertibilidad del rublo ni para cerrar las oficinas de cambio, componente inevitable del paisaje urbano de toda Rusia. El primer ministro reconoci¨® que, de no ser as¨ª, el regreso del mercado negro ser¨ªa inevitable. En realidad, ya ha vuelto, aunque a peque?a escala y sin el componente de clandestinidad de los tiempos sovi¨¦ticos, cuando era considerado un delito tan grave como discrecionalmente tolerado. Chernomirdin prometi¨®, por otra parte, que su Gobierno luchar¨¢ en¨¦rgicamente contra la evasi¨®n ilegal de divisas.
Rusia no puede salir por s¨ª sola de este hoyo. El jefe de Gobierno en funciones lo sabe perfectamente, y por eso pidi¨® ayuda el pasado mi¨¦rcoles en Crimea a Michel Camdessus, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). A ¨²ltima hora de la noche del viernes, Camdessus aclar¨® que este hospital para econom¨ªas enfermas s¨®lo est¨¢ dispuesto a echar mano otra vez de la chequera si las autoridades rusas se comprometen con una v¨ªa reformista en flagrante contradicci¨®n con las condiciones que la oposici¨®n comunista y nacionalista plantea para ratificar a Chernomirdin.
El pasado julio, el FMI acord¨® un paquete de ayudas que, junto a las de Jap¨®n y el Banco Mundial, supon¨ªan el desembolso de 3,5 billones de pesetas de aqu¨ª a finales de 1999. El estallido brutal de la crisis ha revelado que esa cantidad era insuficiente, pero, aun as¨ª, la entrega de cada uno de los tramos, como el previsto para el 15 de septiembre, de m¨¢s de 600.000 millones de pesetas, ser¨¢ ocasi¨®n para que el Fondo vuelva a examinar a Rusia. Camdessus ha dejado claro que debe evitarse toda tentaci¨®n de vuelta al control estatal de la econom¨ªa, que traer¨ªa consigo hiperinflaci¨®n y disturbios sociales y conducir¨ªa al pa¨ªs al desastre. S¨®lo as¨ª, los d¨®lares del FMI seguir¨¢n fluyendo, incluso m¨¢s all¨¢ de los cr¨¦ditos ya aprobados. El director gerente del FMI descart¨®, en su intervenci¨®n del viernes, que se vayan a producir devaluaciones en Latinoam¨¦rica.
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