El profesional, el recuperado y la sombra de Lewisnky
Aunque Bill Clinton est¨¦ pasando su momento m¨¢s cr¨ªtico desde que lleg¨® a la Casa Blanca, sigue siendo un profesional con muchas tablas y buena parte de su capacidad de seducci¨®n intacta. En su visita por la ma?ana a una escuela p¨²blica moscovita se atrevi¨® incluso a hacer sus pinitos en ruso con "Gracias"y "Hola" (muy f¨¢cil) y "Feliz nuevo a?o escolar" (bastante m¨¢s complicado). Incluso lanz¨® un mensaje de aliento: "El pueblo ruso siempre ha reaccionado en tiempos de crisis con coraje y determinaci¨®n".Cuando lleg¨® a la universidad estatal de Relaciones Internacional, para pronunciar su mensaje de mayor contenido de toda la visita, ya hab¨ªa recibido un ins¨®lito regalo: una bandera norteamericana de los tiempos de la guerra de la independencia. En la universidad, donde hizo esperar un buen rato a la audiencia, incluyendo a Yevgueni Primakov y Madeleine Albright, recibi¨® de un estudiante una gorra y una camiseta del centro, de esas que ponen I y un coraz¨®n. Clinton la mostr¨® para regocijo general, y hubo un momento, mientras hablaba de c¨®mo salvar Rusia, en que casi se le cay¨® la gorra de la mano.
Al final de su intervenci¨®n, recibida con aplausos m¨¢s de cortes¨ªa que de entusiasmo, baj¨® del estrado y se dedic¨®, durante un buen rato, a repartir apretones de manos, sin descomponer su media sonrisa, mientras sonaba de fondo una melanc¨®lica balada.
Pagar los impuestos
Por su parte, Yeltsin present¨® durante su visita a otra escuela un mejor aspecto de lo habitual.Ya fuera por la ayuda de los f¨¢rmacos o de sus reservas f¨ªsicas y mentales, el presidente ruso, de quien se dice que ya no puede trabajar m¨¢s de tres horas seguidas, cubri¨® bien el expediente y dijo a sus j¨®venes oyentes: "Yo so?aba con escribir versos, pero me di cuenta de que no estoy dotado para la poes¨ªa". Y envi¨® un mensaje a sus padres: "Si no pagan impuestos, privar¨¢n a sus hijos de una educaci¨®n gratuita y destruir¨¢n su futuro".Entre tanto, Hillary Clinton, acompa?ada de la esposa de Yeltsin, Na¨ªna, visitaba una f¨¢brica textil, y un periodista norteamericano se permiti¨® aludir, aunque sin citarlo, al esc¨¢ndalo que tiene como protagonistas a su marido y M¨®nica Lewinski. "?C¨®mo se siente despu¨¦s de lo ocurrido?" Y la primera dama contest¨®: "Muy bien, gracias".
Los Clinton se hospedan en el hotel Marriot, al m¨®dico costo para el contribuyente norteamericano de 210.000 pesetas diarias. En un a?o abierto han pasado all¨ª desde Carlos Menem a Roger Moore o Al Gore. En su ¨²ltima visita, el presidente se hosped¨® en el Radisson-Slavianka, pero eso fue antes de que, en noviembre de 1996, uno de los socios de esta empresa mixta con los rusos, Paul Tatum, terminara sus d¨ªas con 11 balas en la espalda en las escaleras de una estaci¨®n de metro. Un crimen de claro tinte mafioso y a¨²n sin aclarar.
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