Catacaldos ocasionales
Cumbre de catadores de vino aficionados en El ?lamo (4.000 habitantes). Veinticuatro devotos de los caldos madrile?os pusieron sus conocimientos a prueba ayer en la plaza del pueblo. Examin¨® la cooperativa local Nuestra Se?ora de la Soledad, que, para recrear el ambiente colegial, improvis¨® un aula al aire libre, con sillas de tijera y mesas de terraza de bar. Los alumnos se enfrentaron primero a un cuestionario en el que hubo de todo: vistazos furtivos al ejercicio del compa?ero, manos alzadas que ped¨ªan socorro ante las dudas y alg¨²n soplo desde la grada.Una de las dos mujeres participantes, Francisca Calero, de 40 a?os, se luci¨® en el te¨®rico. Con timidez, rest¨® importancia a su logro: "He le¨ªdo mucho sobre vinos de Madrid, pero es la primera vez que me presento a un concurso de cata". Su ¨²nico contacto con los caldos, confes¨®, proviene de la bodega de su abuelo, que desapareci¨® antes de que ella pudiese empezar a probar.
La parte m¨¢s esperada de la VIII Cata Regional de Vinos fue la pr¨¢ctica, por dif¨ªcil. Con un plato de panecillos sin sal y una botella de agua, de aderezo entre trago y trago, los aspirantes se las ingeniaron para reconocer los cuatro vinos ocultos. Cada catador segu¨ªa su ritual: los ceremoniosos miraban una y otra vez las copas -para ver la transparencia, brillantez y el color- hasta decidirse a dar un sorbo; entretanto, los compulsivos se trasegaban los caldos sin miramientos. El m¨¢s certero fue Jos¨¦ Mar¨ªa Alonso, de 41 a?os, empleado de la Caja Rural (patrocinadora de la cita junto al consejo regulador y al Ayuntamiento de la localidad), que gan¨® el certamen en la que hac¨ªa su segunda participaci¨®n. "Lo complicado ha sido distinguir los dos tintos", apunt¨® satisfecho. Menos contento, pese a su segundo puesto, se mostraba ?ngel Cazorla, de 57 a?os. Con un curr¨ªculum rebosante de galardones y una agenda abarrotada de pr¨®ximas convocatorias, lament¨®: "Por un cuarto de punto me han quitado el primer puesto". El bronce fue para Anselmo Sanz, un camarero de Fuenlabrada que ciment¨® su culto al vino en un cursillo que hace meses se ofreci¨® en la Casa de Campo.
Otros catadores ocasionales se tomaron el concurso como una simple diversi¨®n, y al final hubo premios a mansalva: jarrones, barriles y botelleros para los 10 primeros, y para el resto, una camiseta, un par de copas y una gorra publicitaria que se calzaron los menos pudorosos para dar colorido a las fotos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.