Pedro L¨¢zaro, herido menos grave

Un tremendo volteret¨®n sufri¨® Pedro L¨¢zaro, del que result¨® herido menos grave. El novillo, tras lanzarlo al aire, le peg¨® la cornada. Unos instantes angustiosos tuvo al torero enganchado por el pit¨®n. Porque no era astifino que si no...Y lo grande es que, incorporado el torero, no dio la sensaci¨®n de que estuviera herido. "De buena se ha librado", respir¨® la afici¨®n. Quiz¨¢ ni ¨¦l se percat¨® de que llevaba cornada. Y sigui¨® toreando. Y le concedieron una oreja. Y dio la vuelta al ruedo con todas las devoluciones de prendas, reverencias y restantes ringorrangos propios del caso. Y continu¨® en el redondel. Pero desapareci¨®. Lidiaban al quinto novillo cuando el p¨²blico se apercibi¨® de su ausencia. Le curaron en la enfermer¨ªa una herida de 8 cent¨ªmetros en el muslo izquierdo, que no deb¨ªa interesar partes anat¨®micas importantes y de all¨ª pas¨® a su domicilio. La cogida mencionada no fue el ¨²nico sobresalto que padeci¨® Pedro L¨¢zaro durante su faena. El novillo ten¨ªa casta y le desbordaba. El novillo ten¨ªa casta y no pod¨ªa con ¨¦l. Una vez le arroll¨® el novillo, y ya iba a cornearlo en el suelo cuando Pedro L¨¢zaro libr¨® los derrotes rodando r¨¢pido por la arena. Las peripecias vividas le valieron a Pedro L¨¢zaro esa oreja que una parte del p¨²blico pidi¨® y el presidente se apresur¨® a conceder.

Muchos toreros, incluso de alternativa, seguramente habr¨ªan tenido problemas con ese novillo, no por su bronquedad -que era noble- sino por su casta. El toro de casta es lo ¨²ltimo que quisieran encontrar delante los toreros pegapases. El toro de casta requiere oficio, recursos lidiadores, valent¨ªa para aplicarlos. De esto ¨²timo andaba sobrado Pedro L¨¢zaro, seg¨²n se pudo comprobar, mas no pod¨ªa tener de lo otro dada su biso?ez. Hab¨ªa debutado con picadores hace apenas tres d¨ªas. En la misma situaci¨®n estaba, pr¨¢cticamente, Iv¨¢n Vicente, que debutaba precisamente en la funci¨®n colmenare?a, y pudo apreciarse que abriga buen corte torero y ejecuta con ortodoxia las suertes. Naturalmente si las pod¨ªa interpretar porque en cuanto los novillos ofrec¨ªan alguna dificultad se le ven¨ªa el mundo encima. No pasa nada: todo es cuesti¨®n de tiempo; ya coger¨¢ experiencia.

La experiencia se le notaba a Jes¨²s Mill¨¢n tanto en su estilo torero como en sus muchas tablas. M¨¢s tablas que Borr¨¢s -se suele decir-. Brind¨® el primer novillo a sus dos colegas, y le hizo una faenita de poco fuste que le vali¨® una oreja escasamente pedida. A un amigo brind¨® el cuarto, que acab¨® reserv¨®n y s¨®lo pudo porfiarle los pases con valerosa insistencia. Brind¨® al p¨²blico el sexto y a ¨¦ste le hizo una faena estupenda, bien ligada en los derechazos, extraordinaria en los naturales; una faena de torero enterado y artista a la que s¨®lo le falt¨® reducir el n¨²mero de los derechazos e insistir en los naturales, pues los que lleg¨® a ejecutar fueron los mejores que se hayan visto en toda la feria.

Ese novillo de maravillosa embestida le habr¨ªa correspondido a Pedro L¨¢zaro. Se ve que no era su tarde: no s¨®lo se llev¨® la cornada sino que perdi¨® una oportunidad de oro para alzarse con el triunfo.

Abell¨¢n, herido grave

Miguel Abell¨¢n sufri¨® una cornada grave en la corrida celebrada ayer en Palencia, informa Efe. La herida, en el muslo izquierdo, tiene una trayectoria de 10 cent¨ªmetros y otra de 15, que contusiona la arteria y la vena femoral.Con media entrada se lidiaron cuatro toros de Santiago Domecq -uno, sobrero- y dos sobreros de Oliveira. Ortega Cano, bronca; aviso y bronca. Luguillano, oreja en los dos. Abell¨¢n, silencio y oreja.