La crisis de Zedillo
EL PRESIDENTE mexicano, Ernesto Zedillo, se ha dirigido al pa¨ªs en el discurso del estado de la naci¨®n para seguir pidiendo sacrificios, paciencia y fe, materiales que empiezan a escasear en el pa¨ªs. Las recetas de austeridad y rigor fiscal est¨¢n dando resultado, asegura, y son la ¨²nica f¨®rmula para salir del pantano, ahora que la crisis asi¨¢tica le ha costado, por propia confesi¨®n, unas p¨¦rdidas de 3.500 millones de d¨®lares s¨®lo en ingresos petrol¨ªferos y el peso ha ca¨ªdo de algo m¨¢s de 8 a 10 por d¨®lar.La oposici¨®n considera que as¨ª como la grav¨ªsima crisis de 1994 proced¨ªa del mandato de su antecesor, Salinas de Gortari, ¨¦sta es la crisis de Zedillo. Una crisis que no es s¨®lo econ¨®mica, con previsiones oficiales a la baja de crecimiento de un 4% para este a?o y el pr¨®ximo, sino que se profundiza con un pavoroso aumento de la inseguridad ciudadana. Y si en lo econ¨®mico el presidente afirma que hay que practicar m¨¢s de lo mismo con el empobrecimiento de una ciudadan¨ªa a la que s¨®lo se le dice como consuelo que se va a endurecer la persecuci¨®n del delito fiscal, en el terreno de la seguridad las palabras de Zedillo suenan m¨¢s a ret¨®rica conocida. Todo ello est¨¢ bien, pero ocurre que en vez de dos aspectos independientes de la crisis nos hallamos ante un Jano de dos caras. El depauperamiento de la naci¨®n lleva al aumento exponencial de la delincuencia. Y las palabras de Zedillo reverberan a demasiado poco y, quiz¨¢, ya un poco tarde. La democratizaci¨®n de la vida pol¨ªtica mexicana, que impulsa el presidente, implica una reconstrucci¨®n del Estado, empezando por una renovaci¨®n de personal en la Administraci¨®n p¨²blica y las fuerzas de seguridad, lo que es todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de hacer en tiempos de crisis econ¨®mica.
M¨¦xico no es Rusia porque hay una estructura de clases medias, pero para que la reconstrucci¨®n de la econom¨ªa sea posible es necesario que el poder haga un barrido de sus vastos s¨®tanos de corrupci¨®n. Zedillo, como todos los anteriores presidentes, lo ha prometido ya varias veces. Sin resultados tangibles.
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