Retrato
E. CERD?N TATO Gracias a una c¨¢mara y a la ley de la casualidad, ya se puede contemplar la f¨®rmula del a?orado centro que con tanto cinismo como desatino ha escenificado el presidente Aznar. En esta ocasi¨®n s¨ª es cierto que una imagen vale m¨¢s que mil imposturas en busca del voto perdido. La instant¨¢nea de la agencia EFE publicada en estas p¨¢ginas el ¨²ltimo viernes, nos ofrece una informaci¨®n de calidad. Una instant¨¢nea con referentes de pintura flamenca: dos mercaderes en pa?os de Gante trapichean en el interior de un despacho de abarrotes. Uno de ellos est¨¢ sentado a la derecha del espectador, en actitud persuasiva; el otro, de aspecto m¨¢s joven, lo observa, con los dedos de ambas manos entrelazados y una mirada de arrobo, desde el ¨¢ngulo izquierdo o, m¨¢s exactamente y para no levantar suspicacias, siniestro. No disponemos, por supuesto, del di¨¢logo original: sedas tejidas con oro, brocados, ormes¨ª, ferias, lucro, comisiones, y sabe qui¨¦n qu¨¦ m¨¢s. La urgencia period¨ªstica lo ha puesto al d¨ªa sin pamplinas: fondos presupuestarios para el Parque Central, AVE, ciclo h¨ªdrico, infraestructuras de la Estaci¨®n del Norte de Valencia. Ignoramos el presunto nombre de ambos adinerados comerciantes, pero en la versi¨®n fotogr¨¢fica se les identifica, sin ninguna duda, como Francisco ?lvarez Cascos y Eduardo Zaplana, dos rostros apasionantes para el arte de Jan van Eyck. Y qu¨¦ rostros, en verdad. Lo m¨¢s revelador de esta composici¨®n pl¨¢stica o gr¨¢fica es el hecho de que, justo en el centro de la misma, sobre una mesa, descansa un candelabro o una moderna l¨¢mpara, que en cualquiera de las versiones no alumbra nada. Los semi¨®logos la glosan como un signo de vac¨ªo, de oscuridad insondable, de escenograf¨ªa efectista e in¨²til. En un vel¨®n con el p¨¢bilo carbonizado o en una bombilla con los filamentos fundidos, el presidente Aznar se desga?ita ordenando: Fiat lux. Pero sus pat¨¦ticas ¨®rdenes no lograr¨¢n que los tratantes y cambistas de la farsa cambien de postura: ellos est¨¢n donde est¨¢n por el textil, por la tela. Y Aznar no tiene quien lo centre y se centre. Son lo que han sido siempre y lo que seguir¨¢n siendo. Por lo menos algo de gallard¨ªa: que no renuncien a su viejo gui?ol de cachiporras.
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