La mala suerte de Richi
Ricardo Moya, Richi para los amigos, asesinado la pasada madrugada en la V¨ªa Carpetana de Carabanchel Bajo, era un hombre sin suerte. Muri¨® ayer a los 36 a?os, cuando empezaba a recuperarse de los ¨²ltimos reveses que le hab¨ªa dado la vida.Naci¨® un 28 de agosto en Linares (Ja¨¦n). Sus padres, hermanos y hermanas emigraron a Legan¨¦s. Su juventud hab¨ªa sido agitada pero alegre, seg¨²n sus amigos. "Era un chico vivo, revoltoso, pero que nunca se hab¨ªa metido en l¨ªos muy gordos", relat¨® ayer un primo suyo en el Instituto Anat¨®mico Forense. La peor ¨¦poca de su vida lleg¨® en los ochenta. Durante varios a?os qued¨® atrapado por las drogas. Afortunadamente consigui¨® superar su adicci¨®n gracias al apoyo de su familia y sus hermanos. Ahora, seg¨²n sus amigos, fumaba hach¨ªs y, de vez en cuando, alg¨²n chino (cigarrillo de hero¨ªna).
Hace seis a?os su matrimonio, sin descendencia, se acab¨® por la enfermedad mortal de su esposa. Entonces viv¨ªa en Legan¨¦s.
Dos a?os despu¨¦s conoci¨® a Mercedes, tambi¨¦n viuda. Y enferma. Mercedes es una de las muchas espa?olas afectadas por la intoxicaci¨®n de consumir aceite de colza.
Ricardo y Mercedes sobreviv¨ªan con la pensi¨®n de la mujer. Y con los trabajos espor¨¢dicos que Ricardo consegu¨ªa en el barrio.
"Nunca ten¨ªan problemas porque Ricardo se buscaba la vida y entre unas cosas y otras se sacaba sus pesetillas", coment¨® ayer uno de sus amigos. La pareja viv¨ªa en el n¨²mero 21 de la calle de Carlos Domingo. El piso era propiedad de Mercedes.
Ambos sol¨ªan pasear cada tarde por el parque con un perrito. "Se les ve¨ªa una pareja feliz y apa?ada. Nunca les faltaba de nada", asegur¨® ayer una de las amigas de Mercedes.
En los ¨²ltimos meses, Mercedes hab¨ªa empeorado. "A veces se encontraba mal, pero Ricardo tiraba de ella y la ayudaba en todo lo que pod¨ªa".
El pasado 28 de agosto, Ricardo reuni¨® a todos sus amigos para celebrar su cumplea?os entre los bancos del cerro de Almod¨®var, en Carabanchel Bajo. Ese d¨ªa Ricardo sonre¨ªa. Entre litronas de cerveza coment¨® a sus colegas su esperanza en que la vida le tratara. "Tranquilo, que te voy a buscar un trabajo guay", le dijo uno de sus ¨ªntimos. Ma?ana ten¨ªa que incorporarse a un nuevo empleo que, por desgracia, no ocupar¨¢.
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