Sobre el comienzo del tercer milenio

En su art¨ªculo Cero en aritm¨¦tica, el por otros escritos admirable Rafael S¨¢nchez Ferlosio arremete sin piedad -y sin saber d¨®nde se mete- contra el pobre Stephen Jay Gould, adoptando maneras de maestrillo para poner en su sitio a los que, faltos de la "instrucci¨®n" que a ¨¦l parece sobrarle, "pierden el norte" ante "una cuesti¨®n tan rigurosamente indiscutible como la del "A?o 0". Gould, autor de obras impagables y poseedor de una fina inteligencia que ni por un momento merece los torpes sarcasmos de que le hace v¨ªctima Ferlosio, ha escrito en efecto un ensayito (Milenio: gu¨ªa racionalista para una cuenta atr¨¢s arbitraria pero precisa. Cr¨ªtica. Barcelona, 1998), que nuestro escritor a todas luces no ha le¨ªdo y que, de haberlo hecho, le habr¨ªa vacunado para siempre contra el pseudoproblema al que ha dedicado tan pomposa pieza.Vaya por delante lo m¨¢s elemental: la "lumbrera moderna" (l¨¦ase el gran Gould) no ignora que Dionisio el Exiguo no podr¨ªa haber usado el "0", como se lee a rengl¨®n seguido de la frase de Milenio que Ferlosio cita de segunda mano: "Pero no deber¨ªamos ser demasiado duros con el pobre Dionisio; su molest¨ªsimo error (a toro pasado) no pod¨ªa evitarse . Las matem¨¢ticas occidentales no hab¨ªan todav¨ªa llegado a una noci¨®n del cero que valiera como hito que marcase la gran divisoria de Dionisio" (p. 101). Pero lo esencial es que Gould no pretende salir valedor de ¨¦sta o aquella soluci¨®n, sino -y me asombra que Ferlosio se confunda en esto- mostrar que se trata de una disputa nominal con distintas soluciones dependiendo de la convenci¨®n que se adopte. Leamos: "Dedico esta secci¨®n a explicar por qu¨¦ este segundo aspecto no puede resolverse, situaci¨®n que debiera considerarse esclarecedora y no deprimente. Porque, del mismo modo que Tennyson nos ens¨¦?¨® a preferir el amor perdido al amor no experimentado, es mejor no saber y saber por qu¨¦ no podemos saber, que no tener ning¨²n indicio acerca de por qu¨¦ demonios tanta gente est¨¢ tan agitada sobre si la gran divisoria est¨¢ en el a?o 1999 o en el 2000. Al menos cuando el lector comprenda las afirmaciones conflictivas, leg¨ªtimas e irresolubles de ambos bandos podr¨¢ celebrar con ecuanimidad ambas alternativas... o ninguna de ellas (con una justeza informada) si su car¨¢cter es desabrido o est¨¢ muy pagado de s¨ª mismo"(p. 98).- .