El felino Jalabert se viste de amarillo
El ciclista franc¨¦s se aprovecha de las bonificaciones para tomar el liderato
Laurent Jalabert ya tiene el tim¨®n de la Vuelta. Era de prever. Lleg¨® a la ronda espa?ola dispuesto a probar desde el primer kil¨®metro a sus m¨¢s directos rivales. La estrategia empleada era nueva: sumar los m¨¢ximos segundos de las bonificaciones en las metas volantes y en las llegadas que la prueba otorga durante la primera semana. Lo hizo en C¨®rdoba. Y en C¨¢diz. Repiti¨® ayer, en la etapa con llegada a Estepona, y se visti¨® de l¨ªder. Jalabert se bast¨® para arra?ar cinco segundos en las metas volantes y arrebatar el jersey amarillo a Marcus Zberg.S¨®lo dos segundos de ventaja sobre el suizo -sum¨® uno ayer de bonificaci¨®n- le otorgan llevar el premio de la preciada vestimenta. Suficientes. Jalabert ya tiene, en tres jornadas, la carrera que quer¨ªa. ?l de l¨ªder y, ahora, que se espabilen los dem¨¢s. Ni siquiera sac¨® a relucir sus antiguas dotes de sprinter. En Estepona, a¨²n yendo Jalabert situado en el grupo de cabeza, no arriesg¨® y dej¨® que el est¨®n Jann Kirsippu, del Casino, se llevara el premio de la jornada. El parte global de batalla fue parecido a la preparaci¨®n de un felino cuando se prepara para cazar la presa. Salida disparada, a toda velocidad, sin descanso hasta alcanzar el objetivo. El grupo sali¨® disparado, de la mano de Virenque y Blanco. Curioso, dos escaladores. Puesta la quinta velocidad, el pelot¨®n no se arrug¨®. El promedio horario era vertiginoso: primeros 96 kil¨®metros en dos horas. A toda pastilla. Vicario, del Estepona, pedaleaba en solitario. Llegaba a la localidad que copatrocina a su equipo e intent¨® lo imposible.
Ninguna preocupaci¨®n en el gran grupo. Jalabert da el primer zarpazo y arranca un segundo en la meta volante de Algeciras. El viento aparece. Estaba previsto. Es la zona de Tarifa. El viento de popa resulta un aliado para los corredores. La tensi¨®n aumenta por el fuerte ritmo impuesto. Hay miedo a los temibles abanicos.
?stos aparecen pasada la L¨ªnea de la Concepci¨®n. La ONCE da la orden y Zarrabeitia provoca un abanico y el corte est¨¢ hecho. Los favoritos, atentos, se meten en el grupo. Est¨¢n Jalabert, como no, Clavero, Dufaux, Frattini, Escart¨ªn, Olano, Plaza, Galdeano, Hvastija, Dierckxens y Aerts. Z¨¹lle no est¨¢. El suizo no pierde los nervios y ordena a sus hombres reagruparse y tirar con fuerza. La caza se acaba a falta de 11 kil¨®metros. Han sido 28 de autov¨ªa. Consecuencia de estos altos vuelos, Paolo Lanfranchi (Mapei) dice adi¨®s a la Vuelta por una espectacular ca¨ªda. No tiene fortuna el equipo italiano que se queda sin sus m¨¢ximos exponentes tras el abandono de Vandenbroucke, el primer d¨ªa, y la ausencia de Tonkov. Camenzind, el sustituto del ruso, atac¨®. No pudo, exhausto, con los ¨²ltimos cien metros. S¨ª pudo, Kirsipuu. El est¨®n consigui¨® as¨ª su primera victoria en una gran ronda. Y Jalabert, el liderato.
No acab¨® aqu¨ª la actuaci¨®n de Jalabert. El campe¨®n franc¨¦s se enfrent¨® a los ¨¢rbitros de la UCI en la posterior conferencia de prensa. Los jueces de la Vuelta se personaron en la sala de prensa con la intenci¨®n de que Jalabert se retractase de sus declaraciones a un diario deportivo espanol en que tildaba a la UCI de "dictadura". No s¨®lo no lo desminti¨®, sino que se reafirm¨® delante de los jueces de su declaraci¨®n. "La UCI es una dictadura", dijo. "Siempre te dicen lo que tienes que hacer. Estoy harto".
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