La polic¨ªa asegura que el empresario musical pag¨® a los sicarios para asesinar a todos sus competidores
Manuel D¨ªaz, el comisario de la Brigada de Polic¨ªa Judicial de Barcelona, a?adi¨® ayer nuevos datos sobre el truculento caso Miquel Deg¨¤, el empresario acusado de pagar a cuatro matones mexicanos para que asesinaran a Ricard Campoy, ex socio suyo en Max Music, discogr¨¢fica creada por ellos en 1983. Seg¨²n la versi¨®n de la polic¨ªa, el objetivo de los sicarios, adem¨¢s de matar a Campoy, era eliminar al padre y a la hermana de ¨¦ste y a dos directivos de la Vale Music, sociedad creada por Campoy el a?o pasado para competir con Max Music tras separarse de Deg¨¤ por cuestiones de dinero y tras romper de mala manera su relaci¨®n. Desde entonces, Deg¨¤ y Campoy mantienen unadura batalla legal y comercial.
Miquel Deg¨¤ y Ricard Campoy, ambos de 37 a?os y relacionados desde siempre tanto desde el punto de vista de los negocios como el de la amistad, fundaron hace 15 a?os Max Music, la primera discogr¨¢fica independiente espa?ola, especializada en producir y vender megamix, discos recopilatorios caracterizados por su bajo coste y su alta rentabilidad. Se calcula que entre 1993 y 1997, ¨²ltimo a?o de la relaci¨®n comercial de la pareja, Max Music factur¨® m¨¢s de 9.000 millones. Un grave enfrentamiento por derechos de reproducci¨®n de discos y por la venta de una sede de la empresa acab¨® con el divorcio de la pareja. Como en la vida marital, los dos socios y amigos pasaron de la relaci¨®n a los tribunales instal¨¢ndose en el odio. Ricard Campoy, hijo de un directivo de la Federaci¨®n Catalana de F¨²tbol del mismo nombre, fund¨® el a?o pasado Vale Music y se llev¨® a la nueva empresa a muchos de los directivos y pinchadiscos de Max Music. Deg¨¤ se qued¨® con la marca matriz, que tiene sedes en Florida y Hollywood (Estados Unidos) y M¨¦xico, desde donde distribuye sus discos a todo el mercado latinoamericano, y adem¨¢s en Brasil, Portugal y Alemania. Pero ello no debi¨® de bastar y, en opini¨®n de la polic¨ªa, contrat¨® a los matones mexicanos para que eliminaran f¨ªsicamente a los directivos y propietarios de Vale Music. Para ello, hace unos meses contrat¨® en M¨¦xico a Enrique F., de 51 a?os y con pasaporte doble hispano-mexicano, a quien encarg¨® que le buscara los sicarios para eliminar a sus competidores. Secuestro equivocado Los matones aterrizaron en Barcelona el pasado d¨ªa 2 y se alojaron en un hotel del barrio de Les Corts. El d¨ªa 3, presuntamente ten¨ªan que secuestrar y asesinar a Campoy y despu¨¦s deb¨ªan hacer desaparecer su cuerpo en el pantano de La Baells. Los sicarios son desalmados, pero estos mexicanos han demostrado ser unos manazas o tener pocas luces porque se equivocaron de persona y secuestraron al pinchadiscos Josep Maria Castells, a quien abandonaron en las cercan¨ªas de Berga tras cerciorarse de su error y despu¨¦s de robarle la cartera, el reloj Rolex y las joyas. El mismo d¨ªa 3 por la tarde, antes del secuestro equivocado de Castells, Campoy recibi¨® una llamada desde M¨¦xico de un socio suyo en aquel pa¨ªs. En la llamanda, el socio le comunic¨® a Campoy que hab¨ªa sido objeto de un intento de asesinato y de que ten¨ªa noticia de que cuatro matones mexicanos estaban en Barcelona para atentar contra su vida. Campoy le dio una importancia relativa a la informaci¨®n porque llevaba tiempo recibiendo amenazas. Pero ya de noche se enter¨® del secuestro de Castells y de que el objetivo de los mexicanos era ¨¦l. Era la confirmaci¨®n de que la llamada de su socio mexicano era buena. Campoy denunci¨® ante la polic¨ªa el caso y la operaci¨®n policial dio su fruto el pasado mi¨¦rcoles con la detenci¨®n de los cuatro mexicano y de Deg¨¤. En el hotel donde se alojaban los matones, la polic¨ªa encontr¨® una pistola simulada y un machete, adem¨¢s de las joyas, el Rolex y la cartera de Castells. Asimismo encontraron una lista con las cinco personas que deb¨ªan asesinar. Uno de ellos ha confesado. Deg¨¤ se ha negado a hablar. Hoy pasan a disposici¨®n judicial. La polic¨ªa no tiene claro cu¨¢nto hab¨ªan de cobrar los sicarios por su sucio trabajo. Uno de los detenidos estaba en posesi¨®n de 5.000 d¨®lares (unas 750.000 pesetas). La polic¨ªa cree que esta cantidad podr¨ªa ser el dinero de bolsillo de los sicarios durante su estancia en Barcelona.
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