El Congreso de EEUU decide difundir hoy el informe acusatorio de Starr contra Clinton
Estados Unidos vivi¨® la jornada de ayer con la mayor sensaci¨®n de v¨¦rtigo pol¨ªtico desde la dimisi¨®n de Richard Nixon en 1974. Ni los locos se atrev¨ªan a apostar todo su patrimonio a favor o en contra de la permanencia de Bill Clinton en la Casa Blanca hasta el final de su segundo mandato. Siga o no all¨ª en el a?o 2000, Clinton, el tercer presidente acusado ante el Congreso de delitos susceptibles de destituci¨®n, el segundo en este siglo y el primero dem¨®crata, ya est¨¢ pagando un tremendo precio pol¨ªtico por haber mentido respecto a sus relaciones con la becaria Monica Lewinsky.
El caso Lewinsky ya no est¨¢ en manos del fiscal independiente Kenneth Starr, sino en las de un Congreso donde los republicanos son mayor¨ªa y los dem¨®cratas no est¨¢n muy entusiasmados con la idea de jugarse su futuro pol¨ªtico individual y colectivo en la defensa numantina del hombre que declar¨® en enero: "No he tenido ninguna relaci¨®n sexual con esa mujer, la se?orita Lewinsky". Y el Congreso, en concreto la C¨¢mara de Representantes, destinataria del informe de Starr, comenz¨® a trabajar.Su primera decisi¨®n fue hacer p¨²blico a trav¨¦s de Internet -probablemente hoy- parte de los documentos recibidos de Starr. El mi¨¦rcoles, la fiscal¨ªa independiente deposit¨® en el Capitolio un informe de 445 p¨¢ginas acompa?ado por dos entregas de 18 cajas, cada una con los testimonios y pruebas recogidos durante su investigaci¨®n del caso Lewinsky. All¨ª, declar¨® Charles Baklay, portavoz de Starr, hay "informaci¨®n sustancial y fidedigna que puede constituir la base para el impeachment [proceso de destituci¨®n] del presidente de EE UU".
El Congreso no est¨¢ maniatado por el secreto que pesaba sobre el gran jurado ante el que Starr realiz¨® su investigaci¨®n. Puede difundir el informe del fiscal, aunque Newt Gingrich, presidente republicano de la C¨¢mara de Representantes, desea que no salgan a la luz aspectos que "puedan da?ar a personas inocentes". Los abogados de Clinton intentaban ayer paralizar la difusi¨®n del informe.
Detalles escabrosos
Ese documento, que ayer era custodiado por la polic¨ªa del Capitolio, contiene detalles escabrosos que desmienten esa idea a la que Clinton sigue aferr¨¢ndose: que, al no haber habido penetraci¨®n, sus relaciones con Lewinsky no fueron sexuales. Seg¨²n filtraciones recogidas ayer por medios norteamericanos, se habla del famoso vestido azul manchado de semen, de las felaciones que Lewinsky dice haberle hecho al presidente en pleno Despacho Oval, de la gira sexual por Washington que Clinton le ofreci¨® a la becaria a bordo de su limusina y hasta de un episodio sical¨ªptico con un cigarro habano. Pero, sobre todo, hay acusaciones contra Clinton por perjurio -al negar bajo juramento la relaci¨®n-, obstrucci¨®n a la justicia -por intentar comprar el silencio de Lewinsky busc¨¢ndole a trav¨¦s del abogado Vernon Jordan un trabajo en la firma neoyorquina Revlon- y abuso de poder -por usar recursos del Gobierno para combatir la investigaci¨®n de Starr.El Congreso adopt¨® ayer una segunda decisi¨®n prohibir a sus miembros usar un lenguaje que pueda ser "ofensivo personalmente para el presidente de EEUU". Ello no impide que puedan criticarle e incluso pedirle la dimisi¨®n. Esto ¨²ltimo es lo que hizo ayer el segundo l¨ªder republicano en la C¨¢mara de Representantes, el tejano Tom DeLay. "No me conmueve el tard¨ªo arrepentimiento del presidente, lo mejor que podr¨ªa hacer es irse antes de que empeoren las cosas", dijo. En el campo dem¨®crata, el congresista por Pennsylvania Paul McHale reiter¨® su petici¨®n de dimisi¨®n de Clinton. Enfrentado a la mayor amenaza de su tortuosa carrera pol¨ªtica, Clinton convoc¨® ayer en la Casa Blanca a l¨ªderes dem¨®cratas en el Senado y al pleno de su Gobierno para pedirles perd¨®n. La reuni¨®n fue la primera desde el 23 de junio, cuando lo convoc¨® para que, a trav¨¦s de Madeleine Albright, sus colaboradores expresaran en p¨²blico que cre¨ªan sus desmentidos respecto a la relaci¨®n con Lewinsky.
Lo grave es que Clinton sigue sin encontrar el tono y las palabras que terminen de modo dram¨¢tico con la erosi¨®n de su popularidad personal entre sus compatriotas. El presidente, seg¨²n el senador dem¨®crata Robert Byrd, est¨¢ reaccionando ante el caso de "modo tan inepto" como Nixon lo hizo ante Watergate. Su ¨²ltimo gran cartucho es una posible aparici¨®n de su esposa Hillary ante la naci¨®n para informar que le ha perdonado y pedirle a los norteamericanos que hagan lo mismo. En varios Estados han comenzado campa?as publicitarias en la televisi¨®n pidi¨¦ndole a Clinton que se vaya.
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