Un novillero con ganas
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Miguel ?ngel Sierra, argande?o de vecindad, se present¨® ante sus paisanos y pudo apreciarse que ven¨ªa con ganas.
Todo un acontecimiento, si bien se mira, porque la mayor¨ªa de los novilleros de esta ¨¦poca llegan muy pagados de s¨ª mismos y parece que ya tienen comprados dos cortijos.
Vienen cargados de ¨ªnfulas, dominan toda la altaner¨ªa gestual que suelen emplear las figuras, se aflamencan ante la cara del burel, pero a la de torear ya es distinta cuesti¨®n. A la de torear lo que de verdad dominan es el instinto de conservaci¨®n.
Los taurinos veteranos suelen comentar que estos novilleros de ahora no se dejan pegar una voltereta por nada del mundo. Al rev¨¦s que los novilleros de antes (quiere decirse, los de toda la vida), que tendr¨ªan los conocimientos escasos, pero se arrimaban, y si en una de esas sufr¨ªan un revolc¨®n, se incorporaban presto y volv¨ªan a probar fortuna.
Martelilla / Bejarano, Ortega, Sierra
1981 (112 m.). Dir.: Richard Marquand. Int.: Donald Sutherland, Kate Nelligan.
Novillos de Martelilla, bien presentados serios, varios con casta, 3¡ã tambi¨¦n con poder
?lvaro Ortega: pinchazo hondo perpendicular, rueda de peones y estocada ca¨ªda (silencio); estocada ladeada (oreja). Miguel ?ngel Sierra: estocada atravesada que asoma y descabello (ovaci¨®n y saludos), dos pinchazos bajos, estocada atravesad¨ªsima que asoma, rueda de peones y descabello (aplausos).
Manolo Bejarano: dos pinchazos bajos, estocada corta ca¨ªda y rueda de peones (silencio); estocada -¡ªaviso-¡ª y se echa el novillo (ovaci¨®n y saludos)
5 corrida de feria. Lleno.
Lo del revolc¨®n le ocurri¨® a Miguel ?ngel Sierra probablemente por su mala cabeza. A qui¨¦n se le ocurre, ya en las postrimer¨ªas de la faena, ir a por el estoque, volver; echar de repente las dos rodillas a tierra y pretender que el novillo aceptara ingenuamente un molinete. Con el genio que ten¨ªa el novillo. Y lo que acaeci¨® fue que el animal se le ech¨® encima y le peg¨® un pitonazo que de poco lo desbarata.
Lo de ir a por la espada y volver tiene su miga. Lo habitual desde hace muchos a?os es que los toreros utilicen para las faenas de muleta la espadita simulada. Lo hacen pr¨¢cticamente todos —salvo Juan Mora— y cuando se hartan (le pegar pases, han de dirigirse a la barrera para hacer el cambio. Cuando vuelven, lo normal es que el p¨²blico ya se haya enfriado, el toro tambi¨¦n, y han de recalentarlos a base de reemprender el repertorio pegapasista. El p¨²blico puede que se recaliente; pero el toro a lo mejor no, pues en la larga pausa se cayo de un guindo, comprendi¨® que el de luces lo hab¨ªa estado burlando, y ya no le da la gana de cuadrarse porque —mugir¨¢— uno quiz¨¢ sea tonto pero no gilipollas.
Estas negativas circunstancias lidiadoras se dan cada tarde, a veces sin relevancia alguna porque con los borregos que suelen sacar por ah¨ª da igual cambiar la espada que mudar la camiseta; Sin embargo a veces da pena.
Da pena que una faena de buen corte se malogre por semejante tonter¨ªa. Le sucedi¨® a Manolo Bejarano. Hab¨ªa toreado estupendamente a su primer toro. Lo hab¨ªa toreado por naturales, que es gran novedad. Algo casi ins¨®lito: rematados los pases de tanteo ya estaba con la muleta en la izquierda y ya estaba ligando los naturales. Cuaj¨® as¨ª cuatro tandas y al abrochar la ¨²ltima, la faena estaba he cha, el p¨²blico complacido, el novillo dominado. Mas hubo de cruzar el cuadril¨¢tero, recoger en las talanqueras el esto que, volver... Y entonces se encontr¨® con que el novillo hab¨ªa pasado a reserv¨®n, que se resist¨ªa a cuadrar, que incluso se escup¨ªa de los muletazos que le tiraba para conseguirlo. Y el triunfo cantado pas¨® a la historia.
La segunda faena de Mano lo Bejarano fue totalmente distinta. La segunda faena de Manolo Bejarano no tuvo ni orden ni concierto y abus¨® de los pases por alto quiz¨¢ para librar la encastada embestida de la res.
Menuda novillada enviaron los Domecq —hierro Martelilla— por seriedad y trap¨ªo. Demasiado, seguramente, para la limitada experiencia de los matadores. ?lvaro Ortega templ¨® bien algunas ver¨®nicas, banderille¨® con entusiasmo, mulete¨® afanoso, y aunque le falt¨® templanza y sosiego en es tas suertes —casi todas de derecha—, el respetable agradeci¨® la voluntad demostrada.
Seriedad tra¨ªan los novillos y tambi¨¦n poder. El tercero de irreprochable trap¨ªo, levant¨® por los pechos al caballo de picar, lo empuj¨® codicioso contra las talanqueras y all¨ª lo derrib¨® con estr¨¦pito.
La fortaleza y el genio del novillo no amilanaron a Miguel ?ngel Sierra, que intent¨® el toreo ortodoxo, siempre sin permitirse concesi¨®n alguna a la galer¨ªa, igual en ese fortach¨®n tercero que en el m¨¢s avisado sexto. Como es debido. Como suelen hacer los principiantes que quieren ser, de verdad, toreros.
Triunfo de Caballero
Manuel Caballero fue el triunfador de la cuarta corrida de la feria de Albacete, celebrada ayer con lleno en la plaza, informa Efe. Se lidiaron toros de Alcurruc¨¦n. Manuel Caballero, oreja en los dos. Jos¨¦ Tom¨¢s, aviso y oreja; aviso y ovaci¨®n. Eugenio de Mora, vuelta y ovaci¨®n.
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