El relativo encanto de Europa

Robert de Niro habla un italiano bastante fluido, pero procura atrincherarse en el ingl¨¦s cuando concede una entrevista, aunque est¨¦ pisando suelo italiano. De la misma manera, el actor intenta mostrarse convincente cuando afirma que Europa le interesa mucho -"me encanta venir por aqu¨ª", apostilla sonriente-, pero est¨¢ claro que Europa se le ha atravesado un poco a ra¨ªz del incidente parisino del invierno pasado.En febrero de este a?o, el actor, furioso por la actuaci¨®n de un juez franc¨¦s que le detuvo en relaci¨®n con una oscura historia de call-girls en Par¨ªs, declar¨® rotundamente que no volver¨ªa a poner los pies en Francia.

No s¨®lo le decepcion¨® la justicia francesa, sino tambi¨¦n los periodistas que se dedicaron a perseguirle con sus c¨¢maras por toda la ciudad. En su actitud siempre un poco desconfiada, un poco tirante, se ve que la herida sigue abierta, pese a que en la pel¨ªcula estrenada ayer en la Mostra, Ronin, De Niro chapurrea aceptablemente el franc¨¦s.

Lo que qued¨® claro del todo ayer, sin embargo, es que ni el director, ni el guionista, ni los actores de Ronin dominan precisamente el japon¨¦s. Lejos de ser un noble samurai que ha perdido a su se?or -tal y como se explica al comienzo de la pel¨ªcula- el Ronin es un mercenario que no se siente obligado a mantener lealtad alguna hacia el se?or que le contrata. Es, en cierto modo, un bandido a sueldo, tal y como explicaron personalmente a De Niro dos periodistas japoneses durante las entrevistas que concedi¨® ayer en Venecia.