El Deportivo ridiculiza a Ranieri
Los coru?eses merecieron m¨¢s goles ante un lamentable Valencia
De vez en cuando el f¨²tbol deja en evidencia el viejo cuento italiano. Ranieri se hab¨ªa puesto de moda tras su exitoso agosto europeo, pero con partidos como el de anoche el cr¨¦dito se le puede acabar muy pronto. La l¨²gubre propuesta de catenaccio y patad¨®n qued¨® ridiculizada por un Deportivo que ejerci¨® una autoridad aplastante durante 75 minutos. Los coru?eses mostraron detalles muy esperanzadores aunque les falt¨® contundencia para alcanzar la goleada que hubiera hecho justicia a su buen juego y a la racaner¨ªa impresentable del rival.El Deportivo desperdici¨® en la primera parte la ocasi¨®n de resolver el partido por v¨ªa expeditiva. Frente a un adversario ausente, despreocupado del juego, los coru?eses dominaron con una autoridad insospechada. Hay en este Deportivo un inequ¨ªvoco aspecto de regreso a los or¨ªgenes, aquel f¨²tbol aguerrido, vertical y sencillo que nunca m¨¢s se ha vuelto a ver en Riazor desde la jubilaci¨®n de Arsenio. Anoche, el Deportivo volvi¨® a mostrar rasgos de aquel esp¨ªritu y se lanz¨® a por el partido desde el primer minuto. El Valencia no se dio por enterado del temprano gol de Schurrer, que esper¨® agazapado en el segundo palo un magn¨ªfico centro de Armando para acreditar su fama de cabeceador. El tanto obligaba al Valencia a variar su estrategia, pero Ranieri es de esa clase de gente que ve el f¨²tbol en una sola direcci¨®n. El Valencia sigui¨® jugando como si el marcador le fuese favorable: metido atr¨¢s, renunciando al bal¨®n, entregado a la siniestra man¨ªa del pelotazo, con un centro del campo inexistente y con dos delanteros reducidos a la condici¨®n de espectadores. Uno de ellos, Lucarelli, se qued¨® en la ducha durante el descanso dejando en el aire la duda de si detr¨¢s de su aspecto de fornido remero se esconde alguna cualidad futbol¨ªstica. A Ilie tampoco se le vio hasta el minuto 67, cuando el Valencia alcanz¨® la proeza de su primer disparo a puerta.
El Deportivo se movi¨® a sus anchas y, para solaz del p¨²blico, disfrut¨® del bal¨®n todo el tiempo que le dio la gana. Por encima, el Valencia ni siquiera fue capaz de ocultar su nulidad con cierta solvencia defensiva. Al contrario, dio toda clase de facilidades y por momento pareci¨® carne de goleada. Pero el Deportivo estrope¨® su lucida noche por una desesperante falta de pegada. En ese aspecto nadie como Djalminha acumul¨® tanto infortunio. Jug¨® un partido m¨¢s que aceptable pero lo fall¨® todo en los instantes decisivos. Para colmo, en el minuto 61 el portero le desvi¨® un claro penalti de Soria a ¨¦l mismo que acab¨® con el bal¨®n en el poste.
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