Sin socialistas ni populares

En la antesala de las elecciones vascas, la relaci¨®n de los partidos ha dado un vuelco de 180 grados. El PNV y HB han iniciado un camino que cada vez tiene menos posibilidades de retorno y que introduce desconfianza en la futura colaboraci¨®n entre nacionalistas y no nacionalistas. Una colaboraci¨®n que, sin embargo, y salvo un imprevisto giro electoral, ser¨¢ necesaria tras los comicios vascos. Aun as¨ª, el partido que lidera Xabier Arzalluz se ha declarado por activa y por pasiva comprometido con la pacificaci¨®n incluso a costa de parte de su electorado.El propio lehendakari en funciones, Jos¨¦ Antonio Ardanza, en sus primeras manifestaciones p¨²blicas tras el verano lleg¨® a asegurar que el PP y el PSOE no son imprescindibles para abordar un proceso de pacificaci¨®n.

Pero las habas del PNV est¨¢n contadas. Los peneuvistas, como partido, no pueden aportar por s¨ª solos las soluciones que el propio documento firmado ayer en Estella plantea como el n¨²cleo a resolver. Ni el posible refer¨¦ndum, ni una hipot¨¦tica modificaci¨®n constitucional, ni siquiera una m¨ªnima aportaci¨®n al problema de la territorialidad, sobre todo teniendo en cuenta que el PNV en Navarra es extraparlamentario. EA tiene all¨ª dos parlamentarios y HB cuatro, y entre los dos suman s¨®lo el 12% de la C¨¢mara. No son, por tanto, asuntos a los que el PNV pueda aportar soluci¨®n alguna sin el consenso de las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas. Y mucho menos para las provincias vasco-francesas.

La declaraci¨®n firmada ayer permitir¨ªa un inicio del di¨¢logo sin el PP ni el PSOE, pero la llamada "fase resolutiva" exigir¨ªa la presencia de ETA y la del Gobierno central, aunque estuviesen representados por terceros.