Un lugar para formar adolescentes "conscientes de sus l¨ªmites"
La Asociaci¨®n Catalana de Integraci¨®n y Desarrollo (ACIDH) lleva cuatro a?os dedicada a la educaci¨®n y tratamiento de disminuidos ps¨ªquicos leves. Antes en la Gran Via barcelonesa y ahora, desde hace un a?o, en Gr¨¤cia, en la calle de Siracusa, al lado de la plaza del Poble Roman¨ª. Su directora, Montserrat Bar¨®, se declara muy bien adaptada a la nueva situaci¨®n. Han pasado de ocupar un piso de 200 metros cuadrados a un edificio -alquilado a los jesuitas- de 1.800 metros cuadrados y que piensan comprar mediante una hipoteca. Un total de 85 alumnos, 16 internos, 10 maestros de educaci¨®n especial, 3 psic¨®logos, 8 educadores en la residencia, 4 profesores de nocturno, 10 objetores de conciencia y un n¨²mero fluctuante de voluntarios hacen que este centro dedicado a personas "ignoradas por la sociedad", como le gusta decir a la directora, mantenga una actividad incesante incluso en las vacaciones de verano. Y es que los chicos que asisten a la escuela tienen un nivel de inteligencia superior al l¨ªmite exigido para recibir ayudas econ¨®micas p¨²blicas (un 65%), pero demasiado bajo como para ser competitivos en el mercado laboral. La "originalidad" del centro, seg¨²n Montserrat Bar¨®, radica en su calidad integradora. En ¨¦l, los chicos, que pueden entrar a partir de los 14 a?os, "encuentran atenci¨®n acad¨¦mica, psicol¨®gica, laboral y familiar". Bar¨® dice: "Somos los ¨²nicos en Barcelona con estas caracter¨ªsticas". En el centro se les sondea para encontrar sus habilidades. Para ello, en primer lugar se cuida mucho el tratamiento pedag¨®gico: "Hay que tener en cuenta que son personas que salen rebotadas de las escuelas normales y no quieren saber nada de libros ni de maestros". De ni?os han empezado una existencia normal y "la vida les ha ido dando muchos palos". Cuenta Bar¨®, religiosa, enfermera y psic¨®loga, que es imposible saber cu¨¢ntas personas hay en Barcelona con inteligencia l¨ªmite porque "no pasan por los centros de atenci¨®n a los disminuidos y no est¨¢n controlados". Son personas "conscientes de sus l¨ªmites". Esta circunstancia les hace sentir frustrados y distintos: "Entre ellos hay trazos comunes. Muchos llegan de familias desestructuradas, de centros de tutela de la Generalitat. Tienen muchas carencias emotivas y buscan y necesitan depender de alguien. Tienen un yo muy d¨¦bil y son f¨¢cilmente manipulables. Cuando se sienten valorados son capaces de hacer muchas cosas porque son muy trabajadores y emotivos. Pero se les tiene que ayudar porque pueden ser muy irascibles". En la escuela pueden lograr el graduado escolar en dos cursos. Bar¨® lamenta que las aulas de integraci¨®n de la escuela normal no funcionen como es debido. Seg¨²n la directora del ACIDH, la ley de integraci¨®n y la creaci¨®n de estas aulas de educaci¨®n especial no estuvieron acompa?adas por una preparaci¨®n adecuada de los profesionales. Los chicos que no est¨¢n preparados para este t¨ªtulo siguen cursos de cultura general. Otros asisten a la escuela taller. Hay cuatro m¨®dulos: lavander¨ªa, carpinter¨ªa, peluquer¨ªa y cocina. Los alumnos pasan primero por todos los talleres y luego se concentran en el que han resultado m¨¢s h¨¢biles. El objetivo de la organizaci¨®n es integrarles en la sociedad, encontrarles trabajo, pero es muy dif¨ªcil: "Hemos colocado a chicos en tres carpinter¨ªas y en el campo de la hosteler¨ªa". Pero ha habido m¨¢s intentos que ¨¦xitos. Con el objetivo de solventar esta situaci¨®n, se est¨¢n buscando alternativas en el mismo centro. De momento est¨¢n intentando crear un servicio de peinados a domicilio y uno de lavander¨ªa que funcionar¨ªa en la casa de la calle de Siracusa.
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