Ceremonial b¨ªblico gitano

Compleja propuesta de Manuel de Paula, que alterna la m¨²sica coral con el cante jondo para hacer una narraci¨®n emocionada en torno a Majar¨ª Cal¨ª, la Virgen Gitana. No es una fusi¨®n de las hoy tan socorridas, sino la puesta a contribuci¨®n de dos sistemas musicales que, sin tener nada en com¨²n, propician quiz¨¢s por contraste sonidos de rara belleza. Los episodios que pudi¨¦ramos considerar vertebrales en la narraci¨®n se resuelven a trav¨¦s de estilos flamencos bien definidos, como la ton¨¢, el taranto, la albore¨¢, el romance, la siguiriya...Esta ¨®pera gitana, como ha sido calificada por los propios autores, es obra sin duda de enorme ambici¨®n, quiz¨¢s excesiva, pues pretende narrar la historia b¨ªblica desde el principio de los tiempos hasta la Asunci¨®n de la Virgen. Si los textos b¨ªblicos m¨¢s o menos van dando la pauta de lo que ocurre, escenogr¨¢ficamente ya es m¨¢s cuestionable, puesto que gran parte no queda suficientemente inteligible para el com¨²n de los espectadores, entre los que me cuento. Y ¨¦ste s¨ª es un problema de dif¨ªcil correcci¨®n. A medida que la obra avanza las dudas aumentan y acabamos sin saber realmente qu¨¦ ha ocurrido en m¨¢s de un pasaje de la obra, lo que trat¨¢ndose de una historia tan divulgada es inadmisible.

Por lo dem¨¢s salta a la vista el entusiasmo y el buen arte que pusieron en el empe?o todos sus participantes. Especialmente los flamencos que, evidentemente apasionados por lo que hac¨ªan, pusieron a contribuci¨®n todo lo mejor de s¨ª mismos. El de Paula y Joselito cantaron espl¨¦ndidamente, con el hondo sentimiento que era inesquivable. Inmaculada Aguilar incorpor¨® a la Majar¨ª Cal¨ª muy concentrada y recogida en s¨ª misma, si exceptuamos el baile por buler¨ªas final que nos pareci¨® un poco fuera de lugar tras el anterior sufrimiento de la Madre por lo que hab¨ªa pasado su Hijo. Excelentes igualmente los guitarristas, siendo tan distintos de concepto entre s¨ª, y muy bien encajadas en lo que de ellas se ped¨ªa las hermanas Le¨®n, cantaoras y bailaoras, que pusieron convicci¨®n y fuerza.

Evidentemente, obras como la que comentamos es dif¨ªcil que pueden ser presentadas fuera de un contexto como el de la Bienal, pues movilizan una cantidad de personal que comercialmente las encarecen excesivamente.

La Bienal tiene que afrontar producciones as¨ª, que a fin de cuentas ser¨¢n lo m¨¢s nuevo y audaz que presente, con todo el riesgo que ello supone. Hay gente creadora como Manuel de Paula que merece atenci¨®n, aunque a veces se equivoque, como ocurre parcialmente en esta singular¨ªsima obra.