El primer encierro de M¨®stoles acaba con un herido muy grave
Daniel Ortega, de 29 a?os, estren¨® ayer la lista de heridos en los encierros de M¨®stoles (196.500 habitantes). Pretend¨ªa ver pasar los toros desde la talanquera, pero un movimiento le hizo caer. Daniel qued¨® entonces a merced de un astado que lo prendi¨® por el pecho. Tras una cura de urgencia en un quir¨®fano m¨®vil, fue hospitalizado con pron¨®stico muy grave. Adem¨¢s, el encierro se alarg¨® 16 minutos, despu¨¦s de que un toro se quedara tan rezagado que hasta los organizadores se olvidaron su existencia y amagaron con cerrar las puertas de la plaza.
Un resbal¨®n inoportuno conden¨® ayer a Daniel Ortega, mostole?o, de 29 a?os, a pasar por la enfermer¨ªa con el pecho empitonado por un toro. La carrera no hab¨ªa hecho m¨¢s que comenzar. Los seis toros galopaban por la calle de Los Nardos, en el primer tramo del recorrido. Daniel, como otros 10.000 vecinos, se aferraba a las talanqueras tratando de conseguir la mejor vista de la carrera.Al paso de las reses, perdi¨® el equilibrio y cay¨® al suelo, con tan mala fortuna que un burel le meti¨® el cuerno en el pecho. De inmediato, los servicios de emergencia llevaron al herido hasta una UVI m¨®vil apostada en las cercan¨ªas. Despu¨¦s de una primera cura, la ambulancia le traslad¨® hasta el hospital de la localidad, donde ingres¨® en estado muy grave.
La tensi¨®n inicial se alivi¨® cuando los facultativos del centro sanitario informaron de que la herida no afectaba a ning¨²n ¨®rgano vital (los pulmones o el coraz¨®n), por lo que el paciente estaba fuera de peligro, dentro de la gravedad. El edil de Cultura de M¨®stoles, del PSOE, lament¨® el incidente: "No ha habido mucha suerte. Espero que los dos encierros que quedan vayan mejor".
Por lo dem¨¢s, la carrera dur¨® 16 minutos, algo que no ocurr¨ªa en el municipio desde la entrada en vigor de la normativa taurina del Gobierno regional. La culpa fue de un toro que se qued¨® rezagado en la mitad del recorrido. Los mozos le citaron varias veces para que continuase su marcha, en tanto que el resto de la manada entraba a la plaza de forma escalonada y barr¨ªa las tablas, dando a los participantes alg¨²n que otro revolc¨®n sin consecuencias graves.
El burel despistado tard¨® tanto en reiniciar la carrera que los organizadores se olvidaron de su existencia, hasta el extremo de que amagaron con cerrar las puertas de la plaza. Por suerte, rectificaron a tiempo, dejando el paso libre a los corredores y al toro retrasados.
Unas 5.000 personas presenciaron el encierro desde los tendidos de la plaza, y 10.000 m¨¢s en el recorrido, seg¨²n el edil de Cultura. Muchos aficionados no tuvieron m¨¢s remedio que lanzarse al ¨²ltimo tramo de la manga, al agotarse las entradas que permiten el acceso al coso. De hecho, el primer mozo penetr¨® en la plaza a los cinco segundos de sonar el chupinazo.
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