El PP de Alicante alega ahora que el alquiler firmado por el edil de Cultura era un borrador
El Ayuntamiento de Alicante acogi¨® ayer un tenso debate que sirvi¨® para casi todo menos para lo que fue convocado: despejar las dudas en torno al pol¨¦mico contrato de arrendamiento de un local destinado a sala municipal de exposiciones, por 350.000 pesetas mensuales m¨¢s impuestos. El concejal de Cultura, Pedro Romero, firm¨® el contrato sin contar con la preceptiva aprobaci¨®n de la comisi¨®n de Gobierno, y por un importe muy superior a las 195.000 pesetas mensuales que aconsejaban los t¨¦cnicos. Mientras Romero declar¨® que ese documento no era m¨¢s que "un borrador" sin validez alguna hasta conseguir el visto bueno del ¨®rgano competente, la oposici¨®n insisti¨® en calificar las gestiones de "chapuceras" e "irregulares", encaminadas a beneficiar al propietario del local.
El propietario del local es un ginec¨®logo al que se le presuponen lazos de amistad con el edil, y que revoc¨® el contrato cuando se desat¨® la pol¨¦mica. La comparecencia ante el pleno del concejal de Cultura para dar cuenta del expediente administrativo que desemboc¨® en el contrato de arrendamiento, acab¨® con solicitud de dimisiones, gritos, insultos, cruce de acusaciones, introducci¨®n en el debate de casos similares registrados en ¨¦pocas pasadas y amenazas de acudir a los tribunales para salvaguardar el honor. Al final, el p¨²blico abandon¨® el sal¨®n de plenos sin saber con exactitud si el contrato ya revocado, que tambi¨¦n investiga la fiscal¨ªa, era legal. Aunque el grueso del debate recay¨® sobre sus espaldas, Pedro Romero no estuvo solo frente a la oposici¨®n. El alcalde, Luis D¨ªaz Alperi, sali¨® en su defensa cuando m¨¢s apretaban las cr¨ªticas, y para despejar algunas dudas de corte legalista fue preciso que intervinieran incluso el secretario general y el interventor del Ayuntamiento. El edil llevaba escritas las respuestas a la casi veintena de preguntas formuladas con anterioridad, tambi¨¦n por escrito, y no se sali¨® ni un ¨¢pice del gui¨®n salvo para poner en marcha el ventilador y enumerar una serie de contratos de arrendamiento tramitados por la anterior administraci¨®n socialista, en su opini¨®n plagados de irregularidades. Farragoso en su conjunto, el debate plenario exig¨ªa disponer de dotes de taqu¨ªgrafo para anotar fechas importantes en el proceso seguido para completar el expediente. As¨ª, documentos incluidos en el legajo demuestran que el actual propietario adquiri¨® el local despu¨¦s de que la Concejal¨ªa de Cultura se interesara por ¨¦l, en marzo, y realiz¨® exactamente las obras que un informe municipal de ¨ªndole interno aconsejaban para habilitarlo como sala de exposiciones. La guinda fue llegar a la firma, por espacio de 10 a?os, sin conocimiento del ¨®rgano competente. La presi¨®n de la oposici¨®n al descubrir estas circunstancias forz¨® la revocaci¨®n del contrato a instancia del propio propietario del inmueble. El Ayuntamiento no lleg¨® a pagar una peseta por el alquiler, y ahora ha reiniciado la b¨²squeda de locales para habilitar una sala de exposiciones.
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