De la "alternativa KAS" a la "cintura pol¨ªtica" del acuerdo de Estella
En 24 a?os, ETA ha pasado de exigir la negociaci¨®n con el Estado a declarar una tregua
Entre el testamento pol¨ªtico que, de hecho, supone el ¨²ltimo comunicado de ETA y los cinco puntos de la alternativa KAS han discurrido 24 interminables a?os en los que ETA ha pasado de exigir la negociaci¨®n pol¨ªtica con el Ej¨¦rcito y los poderes f¨¢cticos a declarar una tregua unilateral e indefinida sin exigir contrapartidas al Gobierno y con la fe puesta en que en esta "segunda transici¨®n" que se abre en Euskadi se den "pasos decisivos hacia la independencia". ?Cu¨¢nto hay de cintura pol¨ªtica en este cambio?Aunque para algunos observadores el lenguaje del ¨²ltimo comunicado de ETA destila una visi¨®n alejada de la realidad, se ha dado un paso de gigante. Tampoco ha sido el primero. En abril de 1995, la llamada alternativa democr¨¢tica hab¨ªa arrinconado en el subconsciente abertzale la relaci¨®n de los cinco puntos de la alternativa KAS, unos objetivos que ETA militar tom¨® prestados de los polimilis tras la escisi¨®n del verano de 1974. Se han olvidado algunos de esos puntos, como la "legalizaci¨®n de todos los partidos independentistas", mientras que otros se han hecho inamovibles: la amnist¨ªa total, la autodeterminaci¨®n o la salida de las "fuerzas represivas".
Hubo otra ¨¦poca en la que ETA a¨²n so?aba con retomar el "proceso de conversaciones pol¨ªticas" que mantuvo con el PSOE en Argel, rotas en abril de 1989. Ya no exig¨ªa el cumplimiento de los "ocho puntos de Argel" y apelaba a "aplazar razonablemente" esos acuerdos.
ETA ha pasado en numerosas ocasiones del espejismo a la cruda realidad. De exigir la independencia y el socialismo y presentarse como garante de cualquier acuerdo, a sentirse acorralada. Marzo de 1992 marc¨® uno de sus puntos de inflexi¨®n. Meses antes de la desarticulaci¨®n en Bidart del colectivo Artapalo, ETA hablaba en sus documentos de "poner de rodillas al Estado" y advert¨ªa que " las acciones armadas no tendr¨¢n fin" y que los "poderes y responsables del Estado conocer¨¢n sin descanso las acciones militares hasta finales de siglo y el siglo XXI". Era la respuesta a las palabras del presidente Felipe Gonz¨¢lez de que los presos de ETA conocer¨ªan el nuevo siglo en la c¨¢rcel. La detenci¨®n de la troika de ETA fue un golpe del que la banda tard¨® a?os en recuperarse.
Hay un paralelismo entre la actitud de respaldo de ETA a las conversaciones PNV-HB de 1992 para establecer un "diagn¨®stico com¨²n sobre la violencia" y el di¨¢logo que ha propiciado la actual tregua. Pero, entonces, los terroristas a¨²n defend¨ªan que "el marco ETA-Gobierno es la ¨²nica base s¨®lida de la necesaria negociaci¨®n pol¨ªtica para resolver el conflicto" (junio de 1992) y cre¨ªan que "dif¨ªcilmente puede venir del PNV un proyecto de reconstrucci¨®n nacional" (diciembre de 1992). ETA encadenaba as¨ª el discurso y la pr¨¢ctica pol¨ªtica de HB a la autodeterminaci¨®n, a la negociaci¨®n pol¨ªtica y a la "acumulaci¨®n de fuerzas".
En 1994, ETA combina su lenguaje de victoria ("vamos a ganar") con una propuesta de unidad para todos los abertzales "en sectores en los que se pueda trabajar de forma unitaria".
Enero de 1995 marca un nuevo punto de inflexi¨®n: el asesinato de Gregorio Ord¨®?ez. El PP no hab¨ªa tocado a¨²n poder, pero ya era el enemigo a batir. Desde entonces los acontecimientos se precipitan. En abril de 1995, ETA presenta su Alternativa Democr¨¢tica, en la que fija el doble marco negociador: uno entre ETA y el Estado y otro entre todos los vascos. La base es la autodeterminaci¨®n y la unidad territorial y el respeto al resultado del proceso democr¨¢tico que se abrir¨ªa despu¨¦s. ETA declarar¨ªa despu¨¦s un "alto el fuego".
El documento de KAS sobre la "nueva cintura pol¨ªtica", de agosto de 1996, da un giro estrat¨¦gico: romper el aislamiento, "reconducir el tema con el PNV" y hacer micropol¨ªtica. Ya no hab¨ªa que esperar a la negociaci¨®n ETA-Estado. S¨®lo a que el PNV, EA y ELA y "muchos sinceros abertzales" admitieran que la v¨ªa estatutaria estaba muerta y rompieran "sus ataduras con Espa?a". En ese gui¨®n escrito antes del pacto de Lizarra, la tregua era el ¨²nico desenlace posible.
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