El pasado se cruza en el camino de Hyde
La revista de Internet "Salon Magazine" busc¨® en la vida de Henry Hyde, presidente del comit¨¦ del Congreso que decidir¨¢ la suerte de Bill Clinton, hasta encontrar una aventura estramatrimonial.
("SALON MAGAZINE")Henry Hyde, el hombre clave en la decisi¨®n sobre el procesamiento del presidente Bill Clinton, confirma que mantuvo un affaire de car¨¢cter secreto.
Fred Snodgrass, un jubilado del Estado de Florida de 76 a?os, dice que se enfad¨® mucho al ver al congresista Henry Hyde en televisi¨®n: "Casi me caigo del sill¨®n", coment¨®. Hyde, el republicano de Illinois que preside el Comit¨¦ Judicial de la C¨¢mara de Representantes, se ha convertido en un rostro frecuente estos d¨ªas en la pantalla de televisi¨®n. Precisamente su comit¨¦ es el que tiene que decidir si la aventura ad¨²ltera que el presidente Clinton mantuvo con una becaria de la Casa Blanca y sus esfuerzos para mantenerla oculta deber¨ªa remitirse a la C¨¢mara de Representantes para abrir un proceso de destituci¨®n. "Le vi [a Hyde] la otra noche en televisi¨®n", dice Snodgrass. "Hab¨ªa unos pol¨ªticos hablando de que deber¨ªa estar en el Tribunal Supremo, de la suerte que tenemos de que est¨¦ en la C¨¢mara a cargo del caso de destituci¨®n. Y lo ¨²nico que se me ocurre pensar es: aqu¨ª est¨¢ este hombre, este hip¨®crita que rompi¨® mi familia en pedazos".
Snodgrass dice que Hyde mantuvo una relaci¨®n sexual de cinco a?os con la que entonces era su mujer, Cherie, que destroz¨® a la familia. Hyde admiti¨® el mi¨¦rcoles a Salon Magazine que hab¨ªa sostenido una relaci¨®n con Cherie Snodgrass y que el affaire hab¨ªa acabado despu¨¦s de que su mujer se enterase del adulterio. En el momento en que ocurri¨® la aventura, que se prolong¨® desde 1965 hasta 1969, Fred Snodgrass era vendedor de muebles en Chicago, y su mujer era estilista de belleza. Ten¨ªan tres hijos, dos chicas y un chico. Hyde, que entonces contaba con 41 a?os, era abogado y una estrella en ascenso entre los republicanos de Illinois. En 1966 fue elegido por primera vez como representante para la C¨¢mara del Estado. Estaba casado y ten¨ªa cuatro hijos. (Su mujer, Jeanne Hyde, muri¨® de c¨¢ncer de pecho en 1992, despu¨¦s de 45 a?os de matrimonio.)
"Joven e ingenua"
"Cherie era joven e ingenua en aquel momento", asegura un amigo de los Snodgrass. "Era una reina del glamour con tres ni?os peque?os, obligada a estar siempre en casa. Entonces aparece el pr¨ªncipe encantador, Hyde. Ella estaba muy impresionada con ¨¦l. El futuro miembro de la C¨¢mara de Representantes ten¨ªa 12 a?os m¨¢s que ella, era brillante y conoc¨ªa a todos en la ciudad. Cherie no ten¨ªa nada, y ¨¦l se present¨®, se dej¨® ver. Ella era joven y bella".Alex Berke, un antiguo hombre de negocios de joyas e integrante durante 37 a?os de la C¨¢mara de Comercio de la ciudad de Chicago, que ha sido amigo durante m¨¢s de 50 a?os de Fred Snodgrass, tambi¨¦n confirm¨® la historia de la desintegraci¨®n de la familia. "Conoc¨ª a Fred y a Cherie cuando se casaron", dijo. "Eran una pareja ideal. Ella era alta y encantadora. ?l era un elegante hijo de puta. Convirtieron aquella pareja en un verdadero infierno. El affaire entre Hyde y Cherie hizo de la vida de Fred un aut¨¦ntico purgatorio. Aquello se prolong¨® durante varios a?os y cambi¨® por completo su vida. Y tambi¨¦n afect¨® a los ni?os. Siendo un hombre formidable, Fred, tras enterarse, acept¨® de nuevo a Cherie, pero el matrimonio no volvi¨® a funcionar despu¨¦s de lo ocurrido. ?l me lo cont¨® todo cuando estaba pasando. Fue un infierno para ¨¦l".
Snodgrass proporcion¨® a Salon Magazine dos fotograf¨ªas de su ex mujer con Hyde tomadas a finales de los a?os sesenta, incluida una de ella sentada en las piernas de Hyde una noche en Chicago. En otra imagen hay una dedicatoria que dice: "?Te quiero Cherie!", y firma "Hank, 30 de diciembre de 1966".
Hyde asegur¨® el mi¨¦rcoles pasado a Salon Magazine: "Hace tiempo que mis indiscreciones juveniles han prescrito. Baste decir que Cherie Snodgrass y yo fuimos buenos amigos durante mucho, mucho tiempo. Despu¨¦s de que el se?or Snodgrass se presentara ante mi mujer, la relaci¨®n [con Cherie] termin¨® y mi matrimonio permaneci¨® intacto. El ¨²nico prop¨®sito de hacer esto p¨²blico ahora es un obvio intento de intimidarme, pero no lo van a conseguir. Intento cumplir con mi deber constitucional y de manejar de manera juiciosa las graves alegaciones dolosas presentadas al Congreso en el informe Starr".
Deterioro matrimonial
Seg¨²n Snodgrass, su matrimonio empez¨® a deteriorarse en 1965 cuando su mujer, que entonces ten¨ªa 29 a?os de edad, empez¨® a salir hasta muy tarde y a volver a casa en estado de ebriedad. Ella se fue al a?o siguiente. Al cabo de alg¨²n tiempo, un amigo com¨²n y unos camareros de un famoso restaurante del centro de Chicago le dijeron que hab¨ªan visto intimar a Cherie con Henry Hyde. El mismo a?o, Cherie empez¨® a implorarle a Snodgrass que se mudara con ella y con los tres ni?os peque?os, y ¨¦l accedi¨®. Pero poco despu¨¦s de esto ¨¦l asegura que Cherie volvi¨® a salir hasta altas horas. "Yo miraba constantemente a la puerta, y finalmente ella regresaba a casa y empezaba a golpear la puerta", asegur¨® Snodgrass. "Yo le dejaba entrar y manten¨ªamos unas peleas tremendas que despertaban a los ni?os. Ella volv¨ªa a frecuentar a Hyde. Ella le confes¨® que se sent¨ªa miserable por estar casada y decidi¨® mudarse. Dijo que se iba a vivir a la casa de su madre y me dej¨® solo con los ni?os".Algunos meses despu¨¦s, Snodgrass se enter¨® de que su mujer viv¨ªa sola en un lujoso apartamento. Un d¨ªa, cuando decidi¨® volver a intentar hablar con su esposa, encontr¨® la puerta bloqueada por un hombre que se encontraba en el interior del apartamento. "Yo intent¨¦ entrar. Pude verla mientras se abrocha los botones de su blusa", cuenta Snodgrass. "Y el hombre que estaba sujetando la puerta era Hyde. Es un tipo grande. Yo no consegu¨ªa entrar. Mi mujer dec¨ªa que sol¨ªa decirle a ¨¦l [Hyde]: "?Qu¨¦ est¨¢s haciendo, intentando conseguir el premio gordo?".
"Yo le gritaba a Cherie: "S¨¢cale de la casa para que pueda hablar contigo". Estaba esperando fuera, sentado en mi coche, y entonces apareci¨® Henry Hyde. No me enfrent¨¦ nunca a ¨¦l y nunca le dije nada. No tengo agallas", reconoce el protagonista.
"Ella se qued¨® en ese apartamento durante un par de a?os. Siempre que volv¨ªa ten¨ªa ropa nueva, nuevos muebles. ?l la estaba conquistando".
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