?Por qu¨¦ publicamos este "affaire"?
Hace dos semanas, el editor del Salon Magazine, David Talbot, recibi¨® una llamada telef¨®nica de un hombre de 72 a?os de edad llamado Norm Sommer, que vive retirado en la ciudad de Aventura, en el Estado de Florida.Sommer asegur¨® que Henry Hyde, presidente del Comit¨¦ de Asuntos Judiciales de la C¨¢mara de Representantes, mantuvo entre 1965 y 1969 una relaci¨®n extramatrimonial con una mujer llamada Cherie Snodgrass. En el momento de ese affaire, Hyde era un representante del Estado de Illinois, casado y padre de cuatro hijos.
Sommer se enter¨® del asunto hace siete a?os a trav¨¦s del ex marido de Cherie, Fred Snodgrass.
Durante un partido de tenis, Fred, un amigo y compa?ero de pista de juego, dej¨® escapar la historia del affaire. Sommer dijo que record¨® el relato en enero de este a?o, cuando surgi¨® el esc¨¢ndalo de Monica Lewinsky y se empez¨® a especular con que el asunto terminar¨ªa en la comisi¨®n que preside Hyde.
Comprobamos todas las alegaciones de Sommer. Contactamos con tres fuentes, una de las hijas de Snodgrass, un viejo amigo de la familia y el propio Fred Snodgrass. Todos confirmaron la historia, de la misma manera que lo hizo la ex mujer de Snodgrass, que adem¨¢s proporcion¨® fotograf¨ªas de ella con Hyde. Por otra parte, el mi¨¦rcoles Hyde confirm¨® a Salon que estuvo involucrado sentimentalmente con Cherie y que esa relaci¨®n finaliz¨® cuando fue descubierta por su esposa.
Norm Sommer neg¨® que tuviese conexi¨®n alguna con la Administraci¨®n Clinton. La motivaci¨®n real de Sommer fue pol¨ªtica. Se declara un dem¨®crata de toda la vida. Sommer asegur¨® que se sinti¨® ultrajado por lo que ¨¦l denomina "un golpe de Estado incruento" dirigido por los republicanos contra la Casa Blanca.
Los enemigos de Clinton han cambiado las reglas del juego. En un mundo nuevo que ha sido creado en torno al esc¨¢ndalo Clinton-Lewinsky, las vidas privadas de las figuras p¨²blicas ya no tienen l¨ªmites. El presidente puede ser juzgado no por c¨®mo realiza su trabajo, sino por su comportamiento privado.
En este caso, los que juzgan la veracidad del presidente deben mantener igual actitud ante la persona que dirige la comisi¨®n que debe juzgarle, Henry Hyde. Si la opini¨®n p¨²blica tiene derecho a saber la vida sexual de Clinton, entonces tiene igual derecho a conocer la vida privada de un hombre que llam¨® a la familia "la base de la sociedad civil, la fundaci¨®n m¨¢s fuerte de las empresas libres, la casa segura de la libertad". Hyde es partidario de difundir el v¨ªdeo con la declaraci¨®n de Clinton.
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