Con trap¨ªo de cabras
Es el trap¨ªo la buena planta y gallard¨ªa del toro de lidia.?s¨ª lo define, recogiendo la acepci¨®n que tiene en el lenguaje del mundo de los toros, el diccionario de la Academia. Pero las cabras tambi¨¦n tienen trap¨ªo. Hay ejemplares de la especie cabruna que poseen tambi¨¦n su galanura, su buen aire y su palmito.Aire y palmito cabruno ten¨ªan los toros de Jos¨¦ Luis Pereda de la ¨²ltima corrida de la feria alcarre?a. Les pon¨ªan una varita con alevos¨ªa y malas artes -tap¨¢ndoles la salida, naturalmente- y quedaban suaves como un guante, aptos para la moner¨ªa y el dengue de los toreros. Y lo m¨¢s triste es que apenas se protest¨® su exigua presencia. Alguna voz aislada de alg¨²n espectador se acordaba, al verlos, de las cabras. La inmensa mayor¨ªa no dec¨ªa ni p¨ªo, a pesar de que el precio de las localidades era de los que dejan en enaguas monederos y carteras.
Pereda / Manzanares, Mora, Tom¨¢s
Toros de Jos¨¦ Luis Pereda (dos rechazados en el reconocimiento), anovillados,flojos, sin problemas; 3?, manso. 4? y 6?, de Victoriano del R¨ªo, aceptable y anovillado respectivamente, manejables.Jos¨¦ Mari Manzanares: pinchazo hondo, tres descabellos y se echa el toro (silencio); media ca¨ªda y atravesada (silencio). Juan Mora: dos pinchazos, estocada corta ca¨ªda tendida -aviso con retraso- y se echa el toro (palmas); estocada ida (oreja). Jos¨¦ Tom¨¢s: estocada tendida (silencio); primer aviso antes de matar, pinchazo, estocada corta -segundo aviso- y descabello (oreja). Plaza de Guadalajara, 20 de septiembre. 4? y ¨²ltima corrida de feria. Lleno.
Los toros m¨¢s acabritados fueron el primero y el quinto. Correspondi¨® el que abri¨® plaza al alicantino Manzanares, que le hizo una faena de tr¨¢mite, para cubrir el expediente. Empez¨® la labor con un trasteo f¨¢cil, en el que hubo alg¨²n muletazo de corte art¨ªstico. Luego vinieron los pases naturales con el pico y los derechazos ligeros y despegaditos. Con el retorno a la mano zurda se desacoplaron toro y torero. El diestro de las finuras no convenci¨® a nadie. Fue el cuarto el m¨¢s grande del encierro y Manzanares repiti¨® la faena del toro anterior. En esta ocasi¨®n con algunas precauciones porque el bicho carec¨ªa de recorrido y se paraba, a veces, con peligro.
La cabrita lidiada en quinto lugar le cay¨® en suerte a Juan Mora. Fue el suyo un trabajo -que no toreo- sucio, torpe y embarullado. M¨¢s esfuerzo que sentimiento. Trapazos y enganchones. Entre aquel traj¨ªn se le ocurri¨® dar un molinete y a la salida del mismo resbal¨® y cay¨® al suelo. Se defendi¨® de las tarascadas del toro poco menos que a bofetadas, y sali¨® del trance sin problemas.
Ese arte que le falt¨® en esa ocasi¨®n lo sac¨® con racaner¨ªa en su primer toro, en unos doblones art¨ªsticos y de buen gusto al inicio de la faena. A continuaci¨®n, se espatarr¨® exageradamente para dar varias series de mantazos. En definitiva, un torero trabajador, como gusta a las gentes de estas tierras y asombroso en un espada como ¨¦l, que sabe torear con arte y buen gusto.
Jos¨¦ Tom¨¢s empieza a resultar pesado y plomazo. Dicen que Manolete hac¨ªa la misma faena a todos los toros. Tom¨¢s sigue por los senderos del diestro de C¨®rdoba. Tal vez, por eso, la banda interpret¨® el pasodoble del torero cordob¨¦s durante la faena al sexto toro.
La labor de Tom¨¢s fue la de siempre. Las chicuelinas apretadas en el quite y los naturales realizados hasta pasar el tiempo reglamentario. Hay que reconocer que los da con mucha verdad y pureza. Pero tanta miel empalaga. Y si se lo hace a una cabrita, como en esta ocasi¨®n, pues ya me contar¨¢ usted.
El tercer toro, que correspondi¨® al torero de Galapagar en primer lugar, era tambi¨¦n anovillado pero ten¨ªa algo de m¨¢s cara. Fue manso en varas y lleg¨® entero a la muleta, en la que se frenaba y punteaba. Jos¨¦ Tom¨¢s lo lidi¨® sobre las piernas, pero sin pararse en ning¨²n momento. Fue una especie de baile, m¨¢s o menos r¨ªtmico, en el que el torero se iba al rabo, haciendo girar a la res en torno suyo. Algo as¨ª como aquel toreo de Domingo Ortega, con el que ganaba terreno a los toros hasta destroncarlos, pero con mucho meneo de pies.
Tal vez ha descubierto un arte nuevo para lidiar toros.
Babelia
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