La sombra de la ultraderecha
Los grupos neonazis, con sus consignas xen¨®fobas, est¨¢n m¨¢s interesados en las elecciones regionales que les sirven de altavoz
ENVIADO ESPECIALLas elecciones federales les importan bien poco, a¨²n, a los neonazis alemanes. Est¨¢n divididos en tres partidos -la Uni¨®n Popular Alemana (DVU), el Partido Nacionaldemocr¨¢tico (NPD) y los Republicanos (Republikaner)- y sus posibilidades de superar el list¨®n del 5% son m¨ªnimas. Pero quienes crean que se trata de un fen¨®meno anecd¨®tico surgido de la conmoci¨®n de la unificaci¨®n alemana y de pronta desaparici¨®n, deber¨ªan darse una vuelta por el Estado de Mecklenburg-Vorpommern, que tambi¨¦n celebra las elecciones a su propio Parlamento. La presencia de carteles de los tres partidos neonazis es muy superior a la de los partidos democr¨¢ticos. Y los j¨®venes parecen haberse puesto todos de acuerdo para cortarse el pelo al cero. "Trabajo alem¨¢n para los alemanes", "Contra los inmigrantes criminales", "Dinero alem¨¢n para el pueblo alem¨¢n", los lemas se repiten sin cesar en los pueblos y en ciudades como Rostock, Neubrandenburgo y Stralsund.
Muchos son los que consideran que el domingo los neonazis, previsiblemente a trav¨¦s del DVU, conseguir¨¢n entrar en este Parlamento en su segundo ¨¦xito despu¨¦s de haber logrado m¨¢s del 12 % en las elecciones de Sajonia-Anhalt. Los Parlamentos de los Estados son ahora su objetivo. El a?o pr¨®ximo, con las elecciones de Sajonia, prev¨¦n tener ya tres tribunas p¨²blicas desde las que no se les podr¨¢ negar la difusi¨®n de sus lemas de odio al extranjero, racismo y resentimiento social. Pero hay datos m¨¢s preocupantes que su eco electoral, especialmente entre una juventud en la que m¨¢s de un tercio se declara dispuesto a votar a estos partidos. Un resultado favorable es siempre reversible aunque sea a cuatro a?os vista.
Lo que tiene m¨¢s alarmada a la Oficina de Protecci¨®n de la Constituci¨®n es la enorme capacidad demostrada por estos grupos para establecer estructuras muy organizadas en todo el territorio de la antigua RDA. En Sajonia, por ejemplo, el NPD ha logrado crear en poco m¨¢s de dos a?os una infraestructura permanente que cubre todos y cada uno de los distritos del Estado. Seg¨²n dice Thomas Schade, experto en cuestiones neonazis, en el diario S?chsische Zeitung, el NPD ha conseguido con un trabajo sistem¨¢tico la integraci¨®n en sus filas de la mayor¨ªa de los grup¨²sculos de j¨®venes m¨¢s o menos violentos de la ¨®rbita de la extrema derecha. A esto se debe en gran parte, se?ala, que hayan cesado casi los atentados violentos contra asilos de inmigrantes. "Al NPD no le interesan las algaradas que asusten al votante de orden". En 1991, despu¨¦s de uno de tales ataques en la ciudad sajona de Hoyeswerda en el que murieron varios inmigrantes en un incendio provocado, la polic¨ªa de Sajonia estableci¨® una comisi¨®n especial para la lucha contra el neonazismo que se llama Sokorex, y que ha constatado el v¨ªnculo directo entre el final del terrorismo y vandalismo neonazi con la toma de control de estos grupos por parte del NPD. Luego nadie debiera interpretar que la falta de atentados se debe a la desmovilizaci¨®n de sus autores, que en gran parte siguen sin ser identificados.
Por otra parte, est¨¢ claro que los grupos y partidos neonazis cuentan cada vez con m¨¢s financiaci¨®n. Si la DVU vive ante todo del dinero de su l¨ªder, un editor nazi multimillonario b¨¢varo llamado Gerhard Frei, los otros tienen v¨ªas de financiaci¨®n mucho m¨¢s oscuras y algunas fuentes en Sajonia dicen que est¨¢ claro que hay comerciantes y gente de la clase media alta en general que est¨¢n d¨¢ndoles dinero. En los ¨²ltimos d¨ªas ha aparecido en buzones de la ciudad de Dresde un "Llamamiento a la naci¨®n alemana" que acusa a los pol¨ªticos de la democracia de genocidio contra el pueblo alem¨¢n por medio de la uberfremdung (extranjerizaci¨®n), llama al voto en favor del NPD y advierte que, ante el peligro de exterminio de la raza, ¨¦sta tiene derecho a actuar en defensa propia. Al parecer han sido editados 110.000 ejemplares. Y en el interior aparecen al menos medio centenar de firmas de ciudadanos, en gran parte con t¨ªtulos acad¨¦micos y direcci¨®n. ?stos consideran, al parecer, que han acabado los tiempos de ocultarse.
"Estamos hartos de estos politicastros corruptos que est¨¢n exprimiendo a Alemania de un dinero que los alemanes necesitamos y que nos inunda con extranjeros para acabar con nuestra identidad germana". Con frases como ¨¦sta arenga en Rostock a sus muchachos, unos rapados y otros con aspecto preocupantemente normal, un l¨ªder del WPD. Que este adalid de la pureza de raza alemana tenga el apellido polaco de Kowalski no parece importarle nada a ¨¦l ni a nadie. Oy¨¦ndole uno piensa en las enormes dificultades que habr¨ªa tenido este entusiasta nacionalsocialista para conseguir su Ahnenpass, el carnet de antepasados que, como prueba de pureza de sangre, exig¨ªa el r¨¦gimen nazi a quienes aspiraban a algo en su aparato. A su alrededor, un grupo de j¨®venes vigila a los transe¨²ntes. Todos llevan un brazaleta con el n¨²mero 88. La H es la octava letra del abecedario. El 88 es la HH, el Heil Hitler.
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