Arkan recibi¨® a Gil en el aeropuerto
"Un equipo que se llama de f¨²tbol, deportivo, no debe entrar en otras interpretaciones". Jes¨²s Gil, tras mucho pens¨¢rselo y consultarlo, acudi¨® a Belgrado. Sabe que pisa terreno resbaladizo, y quiz¨¢s por eso en esta ocasi¨®n no se ha hecho acompa?ar por su mujer y sus hijos -s¨®lo viaj¨® Miguel ?ngel Gil Mar¨ªn, en su calidad de director general de la entidad-, ni por su habitual corte de fieles -s¨®lo iba en el avi¨®n su n¨®mina de guardaespaldas y la gente del club-, pero acept¨® acompa?ar al equipo. Y se arriesg¨® as¨ª a cumplir con un protocolo que esta vez exige estrechar la mano de un pistolero, compartir mesa y mantel -anoche cen¨® en su domicilio en Belgrado- con la persona a quien se acusa de haber cometido las mayores atrocidades para hacer posible la limpieza ¨¦tnica serbia en Bosnia, sentarse al lado de Zeljko Raznatovic, Arkan, el presidente del Obilic, sobre quien pesa una orden de b¨²squeda y captura de la Interpol por robo a mano armada en Suecia. "Nosotros no vamos a ir a desairar a nadie", coment¨® un Gil distinto a la salida de Madrid, que por primera vez en mucho tiempo trat¨® de medir sus palabras, que se mostr¨® convincentemente preocupado por la situaci¨®n; "ellos son los anfitriones y nos tendremos que atener a la pauta que marquen, as¨ª ocurre siempre. La Embajada ya nos ha dicho lo que tenemos que hacer. Si la UEFA hubiera visto alg¨²n peligro, alg¨²n problema, nos lo habr¨ªa dicho".Raznatovic no desaprovech¨® la ocasi¨®n. Acudi¨® al aeropuerto de Belgrado a recibir en persona al Atl¨¦tico, a presentarse a su presidente, a agasajarle despu¨¦s como buen anfitri¨®n. A salir en la foto, en suma. Gil acept¨® el gui¨®n. "Yo soy bastante libre", contest¨® el due?o del Atl¨¦tico cuando se le record¨® que pod¨ªa herir la sensibilidad de mucha gente, que pod¨ªa estar actuando de una forma incorrecta cuando menos pol¨ªticamente. "Y si sacan fotos..., yo nunca he rehuido una foto. Si alguien me da la mano, se la doy. La responsabilidad que tenga cada uno con quien sea se la demandar¨¢ quien sea, pero yo no puedo entrar. El asunto es resbaladizo y tenemos que estar tranquilos". Franz Beckenbauer, el presidente del Bayern, se neg¨® hace un mes a viajar con su equipo a Belgrado. "Cada uno lo ve de una manera", insisti¨® Gil, "yo no puedo dejar a mi gente sola. Vamos a jugar un partido de f¨²tbol, a pesar de las interpretaciones que se puedan hacer".
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