La globalizaci¨®n en crisis
Media econom¨ªa mundial est¨¢ en recesi¨®n o casi (Jap¨®n y el sureste asi¨¢tico, Rusia y sus vecinos europeos, buena parte de Iberoam¨¦rica). De la otra mitad, los Estados Unidos llevan mucho tiempo en lo alto del ciclo, pero s¨®lo gracias a una Bolsa sobrevalorada; China crece, pero m¨¢s despacio que el a?o pasado, y en la Uni¨®n Europea (salvo en el Reino Unido), las econom¨ªas est¨¢n en ascenso, aunque en un ascenso que nadie llamar¨ªa imparable. Si en los pr¨®ximos cuatro meses no ocurre nada malo (?menudo si!), el crecimiento mundial en 1998 estar¨¢ por debajo del 2%. En 1999 se dejar¨¢ notar el peso muerto del medio mundo que no crece y, salvo que el otro medio d¨¦ un salto adelante, entraremos en una recesi¨®n global.En estos momentos, los menos afectados por la crisis son quienes m¨¢s pueden hacer por remontarla. Las pr¨®ximas decisiones sobre tipos de inter¨¦s en los Estados Unidos (del Fed) y en la Uni¨®n Europea (del Bundesbank y, a partir de enero, del BCE) pueden resultar cr¨ªticas. El crecimiento de los Estados Unidos pende de Wall Street. Son un pa¨ªs que debe m¨¢s de un bill¨®n de d¨®lares (un bill¨®n de doce ceros) y que ahorra menos del 0,6% de su producto, pese a lo cual su gente est¨¢ lanzada al consumo. ?Por qu¨¦? Porque la revalorizaci¨®n de la Bolsa en los ¨²ltimos a?os les hace sentirse ricos y confiados. Adivine qu¨¦ pasar¨¢ si la Bolsa vuelve a devaluarse bruscamente. En estos momentos, la econom¨ªa estadounidense es un gigante con un coraz¨®n muy sensible al infarto. Si los Estados Unidos dejan de crecer, la Uni¨®n Europea sola no podr¨¢ tirar del crecimiento mundial y entrar¨¢ tambi¨¦n en marcha atr¨¢s.
?Y Jap¨®n? Jap¨®n debe lanzar una pol¨ªtica fiscal ultraexpansiva, quiz¨¢ con tipos de inter¨¦s negativos (como propone Krugman), recortes permanentes de impuestos y fuerte gasto gubernamental, pero aun as¨ª no va a remontar en base a la demanda interna. ?Por qu¨¦? Respuesta: porque es Jap¨®n. Ya s¨¦ que no suena serio; sin embargo, lo es. Piensen en esta otra pregunta: ?por qu¨¦ no ahorran los Estados Unidos? Respuesta: porque son los Estados Unidos. Las econom¨ªas no funcionan con independencia de las pautas culturales de las personas que las integran. Los estadounidenses no ahorran, sobre todo cuando, como ahora, se sienten ricos. Los japoneses no gastan, sobre todo cuando, como ahora, se sienten pobres. No digo que vaya a ser as¨ª hasta el juicio final, pero s¨ª que no se puede esperar a que eso cambie para arreglar la crisis. Pero -se me dir¨¢- Jap¨®n debe arreglar su sistema financiero, corro¨ªdo por una gigantesca deuda mala. Cierto, de eso no hay duda, la duda reside en c¨®mo lo arregla. Los Estados Unidos quieren que lo hagan a su estilo, con quiebras de los bancos insolventes, liquidaci¨®n de activos, pago a los impositores con fondos p¨²blicos, etc¨¦tera, es decir, con buenos y malos. El estilo japon¨¦s es distinto, su esencia consiste precisamente en evitar los buenos y los malos distribuyendo responsabilidades por consenso, lo cual resulta muy lento. No creo que las cosas puedan resolverse tratando de imponer a Jap¨®n el m¨¦todo estadounidense. Es m¨¢s, podr¨ªa ocurrir que eso inhibiera a¨²n m¨¢s el consumo. Para arrancar, Jap¨®n tendr¨¢ que exportar m¨¢s con la ayuda de un yen d¨¦bil y los dem¨¢s (China incluida) deberemos aguantarlo porque m¨¢s da?o puede hacernos que toda Asia se pare.
?Y Rusia? Nada puede hacer Rusia para remontar la crisis, pero hay una cosa que s¨ª puede hacer para que no se agudice: formar un Gobierno que cuente con confianza popular. Rusia lleva a?os malviviendo de vender petr¨®leo y otras materias primas, mientras unos seudorreformadores se dedican a conjurar a los dioses del crecimiento con tres palabras m¨¢gicas: privatizar, liberalizar y estabilizar. Al final, les ha ocurrido lo que al aprendiz de brujo. Privatizando, privatizando, crearon a los oligarcas que se hicieron con buena parte del patrimonio del pa¨ªs. Liberalizando, liberalizando, olvidaron regular la propiedad, los impuestos y la competencia, lo que permiti¨® a los oligarcas malvender ese patrimonio, evadir al fisco y poner sus beneficios en el extranjero (Rusia viene siendo exportadora neta de capitales). Y estabilizando, estabilizando estaban, cuando lleg¨® la crisis asi¨¢tica y su inducida ca¨ªda de precios del petr¨®leo y los desestabiliz¨®. Y ahora, ?qu¨¦? Ahora, los rusos tienen que empezar de nuevo y los occidentales deber¨ªamos introducir una correcci¨®n fundamental en nuestro comportamiento. ?No decimos en Occidente que un Gobierno debe contar con confianza para que su pol¨ªtica econ¨®mica funcione? Entonces, ?por qu¨¦ Occidente se empe?a en confiar en quienes los rusos no conf¨ªan? Los oligarcas no existir¨ªan sin los seudorreformadores, y los seudorreformadores no pintar¨ªan nada sin el respaldo de Occidente. As¨ª que dejemos de repetir la cantinela, hay que seguir haciendo la reforma, porque cuando el ruso de a pie oye eso tiembla, no en vano desde que se empez¨® a hacer la reforma le han dejado sin pensi¨®n, o sin ahorros, o sin trabajo, o con trabajo, pero sin sueldo y sin sanidad p¨²blica y... ?para qu¨¦ seguir! De un Gobierno ruso que cuente con respaldo popular es posible esperar algo bueno; a fin de cuentas, la sociedad rusa est¨¢ dando una lecci¨®n de serenidad y civismo que emociona. De otro Gobierno como los anteriores, s¨®lo cabe esperar m¨¢s desprestigio para el mercado y para la democracia.
En ¨¦sas estamos, al borde de la recesi¨®n global. Los Estados Unidos y la Uni¨®n Europea deben estar dispuestos a bajar tipos de inter¨¦s y a aguantar un mayor d¨¦ficit comercial con Asia. Eso va a resultar m¨¢s ingrato en el otro lado del Atl¨¢ntico que en ¨¦ste. Adem¨¢s, los Estados Unidos deben dejarse de jugar con fuego y facilitar al FMI los medios que requiere para funcionar y ponerse de acuerdo con los europeos y japoneses en que funcione corrigiendo los errores cometidos. Tras lo que ha llovido, el Fondo habla ahora de estimular d¨¦ficit fiscales y ofrecer apoyo social a los trabajadores despedidos, admite que los bancos acreedores deben perder una parte de lo que arriesgaron, deja de respaldar los pr¨¦stamos internacionales a corto reconociendo que est¨¢n en el origen de la crisis, insiste en que hay que regular bien los sistemas bancarios nacionales y reconoce que la liberalizaci¨®n de los movimientos de capital debe hacerse de forma prudente y escalonada. En resumen, el
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FMI debe decir Diego donde dijo digo y promover una regulaci¨®n de los mercados de capitales que ponga orden en su movimiento y reduzca el riesgo de crisis sist¨¦micas como la que ahora amenaza. Claro que esto no va a poner contentos a los que en los Estados Unidos piden que se cierre el FMI.
Como puede apreciarse, no hay mucho terreno para liderazgos unilaterales. Obvio, pues es rid¨ªculo pensar que un mundo globalizado puede dirigirlo uno. Un error de los Estados Unidos, de la Uni¨®n Europea o de Jap¨®n, y de cabeza a una recesi¨®n que puede acabar con la globalizaci¨®n. Si la integraci¨®n financiera mundial no produce crecimiento (como ha estado produciendo en los a?os anteriores), sino que genera crisis financieras y recesiones reales (como durante el ¨²ltimo a?o), se interrumpir¨¢ el libre movimiento de capitales y reaparecer¨¢ el proteccionismo. En cosa de unos meses hemos pasado de una globalizaci¨®n que, a juicio de sus panegiristas, pod¨ªa acabar con las crisis a una crisis que amenaza acabar con la globalizaci¨®n. No deja de tener sorna, pero lo que implica es tan serio que hay que preguntarse: ?ser¨ªa bueno que se interrumpiese la globalizaci¨®n o ser¨ªa malo? La ¨²ltima vez que ocurri¨® algo as¨ª, a principios de siglo, supuso reducci¨®n del crecimiento, aumento del paro, enfrentamientos comerciales y, al final, guerras. Quiz¨¢ podamos ponernos de acuerdo en que la globalizaci¨®n debe seguir adelante, pero regulada, empezando por lo que al movimiento de capitales se refiere.
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