Isla Cristina, hipotecada
El pasado verano, mi mujer sufri¨® un robo en la playa de Isla Cristina. Persigui¨® a los chorizos (descalza y en ba?ador) a trav¨¦s del bosque, fue r¨¢pidamente hacia el tel¨¦fono m¨¢s cercano, telefone¨® en presencia de testigos a la Guardia Civil y el que atendi¨® la llamada cort¨® dici¨¦ndole que no pod¨ªa hacer nada hasta que presentase una denuncia. Elle aleg¨® estar con lo puesto, descalza y en ba?ador, y que los ladrones se escapaban. Interpuse denuncia y quejas. Exig¨ª que constase la llamada y la contestaci¨®n, que identificasen al actuante en el tel¨¦fono y anotasen mis se?as. El guardia que me atendi¨® se neg¨® inicialmente a todo y justific¨® el proceder en que hay llamadas falsas. Pero es que, adem¨¢s, la vergonzosa actuaci¨®n narrada no deja de ser el reflejo de una situaci¨®n absolutamente normal en Isla Cristina. Los robos son absolutamente habituales en playas y domicilios. Casas de veraneo reci¨¦n compradas se ponen a la venta por los robos, ruidos y consumo o tr¨¢fico de drogas. El argumento de venta m¨¢s sonado es "Casas dotadas de sistema de vigilancia privada". La situaci¨®n de permisibilidad con el peque?o tr¨¢fico de drogas es tan evidente que en los pinares, detr¨¢s del campo de f¨²tbol, existe a ojos de todos un aut¨¦ntico "barrio sin ley" de cuevas y tiendas-chozas donde, desde hace a?os, viven y trafican camellos y consumidores. La desgana de la Guardia Civil resulta pat¨¦tica. Se pueden ver controles para motoristas, la mayor¨ªa sin casco, con escape libre y ruidoso, y circulando dos en ciclomotor, todo ello con tal despliegue de patrullas, luces giratorias, trajes reflectantes y linternas de ordenaci¨®n, que todos los motoristas al ver semejante ferial policial se dan la vuelta antes de llegar al control, sin que se efect¨²e el m¨¢s m¨ªnimo esfuerzo en perseguirlos. M siento y soy de procedencia isla?o y por ello me duele que un pueblo tan bonito y hospitalario, en el que su Ayuntamiento hace tan palpable esfuerzos, est¨¦ hipotecado a la ineficacia de sus fuerzas del orden, particularmente la Guardia Civil.- . .
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.