?Poder civil o pol¨ªtico?
VICENT FRANCH Casi el mismo d¨ªa que el BNV presentaba sus candidatos a las previstas elecciones auton¨®micas y europeas del 13 de junio de 1999 se publicaba la noticia del lanzamiento de la llamada Declaraci¨® de Val¨¨ncia, acompa?ada de una emotiva foto muy expresiva de lo que podr¨ªa llamarse la rancia vieja guardia del nacionalismo a estas alturas ya pol¨ªticamente inactivo, proclamando algunas inocentes y loables pretensiones. Los dirigentes del BNV anunciaban su convicci¨®n de que en las pr¨®ximas elecciones municipales presentar¨¢n 250 listas en otros tantos municipios del pa¨ªs, dato que, se?alan, les permitir¨¢ llenar huecos y conseguir superar en las paralelas elecciones auton¨®micas la fat¨ªdica barrera electoral del 5% para acceder al Parlamento valenciano. Curiosamente, con motivo de la Declaraci¨® de Val¨¨ncia, los firmantes y correspondiente animador manifiestan que quieren llegar a abrir hasta 100 casals Jaume I, un invento a medio camino del tradicional casino valenciano y el batzoki vasco, desde donde impulsar la vertebraci¨®n y favorecer la dinamizaci¨®n del tejido organizativo de un poder civil valenciano capaz de impregnar de valencianismo la maltrecha piel identitaria del pa¨ªs. La intenci¨®n, pues, y los nombres parecen concitar una lectura di¨¢fana y quiz¨¢s, me pregunto, una cierta convergencia hacia la pol¨ªtica. Pero puede, tambi¨¦n, que no se trate de nada de eso, pues el propio nacionalismo pol¨ªtico valenciano, el de siempre, el que se re¨²ne en el BNV no parece convencido de que esa operaci¨®n, ni otras previas que ha venido protagonizando quien anima tambi¨¦n la Declaraci¨® vaya encaminada a facilitarle el camino. Por eso, y a la vista de la coincidencia de comparecencias, es oportuno preguntarse si realmente este overbooking de buenas intenciones hacia la causa nacional no encierra alg¨²n error de bulto, o intenciones de un alcance que a¨²n es pronto para calibrar. Porque si la operaci¨®n de los casals y de los Blocs de Progr¨¦s no fuera otra que la concreci¨®n de una estrategia pol¨ªtica de largo alcance dise?ada ahora por quien nunca apoy¨® realmente al nacionalismo pol¨ªtico, por quien lo debilit¨® permanentemente por acci¨®n m¨¢s que por omisi¨®n, por quien mantuvo la hoguera del radicalismo para favorecer al mismo tiempo el voto ¨²til hacia el PSPV-PSOE, si respondiera realmente al reto de preparar el camino del lanzamiento de un verdadero partido pol¨ªtico nacionalista capaz de ganar elecciones, el BNV deber¨ªa tomar buena nota del ninguneo al que le somete esa estrategia y reaccionar aceleradamente hacia alg¨²n lugar seguro, como la coalici¨®n con fuerzas pol¨ªticas reales de la izquierda o del centro-izquierda y conseguir con ello una posici¨®n de ventaja pol¨ªtica en el inmediato futuro. Pero si como sospecho, y creo que esta suposici¨®n m¨ªa deber¨ªa generar m¨¢s debate que pataleos, las banalidades que contiene la Declaraci¨® (aqu¨ª, por ejemplo, m¨¢s que una "segunda transici¨®n" lo que har¨ªa falta es llenar, primero, de contenido el Estatuto de Autonom¨ªa) son otro argumento m¨¢s (la ambig¨¹edad de la referencia a la "soberan¨ªa nacional" sin apelaci¨®n al actor pol¨ªtico que la ha de reivindicar donde corresponda resulta conmovedora) para distraer al nacionalismo cultural impol¨ªtico, al que vot¨® ¨²til al PSOE, para que ese nacionalismo pol¨ªtico que representa el BNV quede de nuevo apeado del poder pol¨ªtico, el BNV deber¨ªa declararse beligerante.
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