Arzalluz en martes
FIEL A su costumbre, Arzalluz se aplic¨® el martes a apagar el incendio que hab¨ªa provocado el fin de semana. Hab¨ªa dicho el domingo que el pueblo vasco "no cabe en ¨¦sta ni en ninguna otra Constituci¨®n espa?ola". Era su respuesta campestre a lo manifestado la v¨ªspera por Aznar en Anoeta. El desplante provoc¨® una destemplada reacci¨®n de los socialistas, que amenazaron con romper el consenso si el presidente no ped¨ªa explicaciones a su aliado nacionalista.Con la pradera as¨ª incendiada, Arzalluz se present¨® ayer en La Moncloa y, tras entrevistarse con el presidente del Gobierno, tranquiliz¨® a la opini¨®n p¨²blica diciendo que le hab¨ªa encontrado "interesado y preocupado, pero sereno": menos mal. Dijo que hab¨ªa diferencias en algunas cuestiones pero acuerdo en lo esencial: separaci¨®n del proceso de paz de la eventual modificaci¨®n del marco pol¨ªtico, asunto ¨¦ste sobre el que "no hay prisa"; tambi¨¦n se manifest¨® de acuerdo con el criterio del Pacto de Ajuria Enea en cuanto a rechazar cualquier intento de obtener ventajas pol¨ªticas derivadas del proceso de pacificaci¨®n. Finalmente, dijo estar sorprendido por las reacciones suscitadas por sus recientes manifestaciones sobre la Constituci¨®n, que, asegur¨®, son las de siempre de su partido.
?se es el problema. Todos los partidos serios, tras 20 a?os de democracia, han ido adaptando su discurso a la situaci¨®n, tan distinta de la existente a la salida de la dictadura. Menos el PNV. Que en 1978 desconfiara del rendimiento que pod¨ªa dar la Constituci¨®n en materia auton¨®mica puede considerarse dentro de la l¨®gica de las cosas. Que lo mantenga tras comprobar que ha hecho posible un estatuto que garantiza, seg¨²n dijo en su d¨ªa el propio Arzalluz, el r¨¦gimen de autogobierno m¨¢s amplio de Europa resulta incomprensible. E incoherente. Si ninguna Constituci¨®n espa?ola pod¨ªa satisfacer las aspiraciones nacionalistas, ?qu¨¦ sentido tiene su queja por la marginaci¨®n del PNV de la ponencia constitucional? Si ni siquiera la disposici¨®n adicional "ofrece marco para nuestro cuadro", ?por qu¨¦ recurri¨® a ella el PNV en la discusi¨®n del Estatuto de Gernika para obtener un tratamiento diferenciado en materias como Hacienda, polic¨ªa auton¨®mica o competencias en educaci¨®n?
Tiene raz¨®n Arzalluz en que no hay que mezclar eventuales reclamaciones pol¨ªticas con el proceso de pacificaci¨®n. Lo que significa que conviene advertir a ETA y HB -y nadie mejor que el PNV para hacerlo- de que no hay contrapartidas pol¨ªticas que negociar a cambio del alto el fuego; y que la expectativa que se abre tiene que ver s¨®lo con el proceso de reinserci¨®n previsto en el punto 9 del Pacto de Ajuria Enea, que exige a su vez una renuncia definitiva a la violencia. Es inasumible dar por sentado que un alto el fuego basta para sacar a los presos. Es posible que el Gobierno parezca demasiado inm¨®vil, pero Arzalluz ayuda poco a su aliado de La Moncloa cuando dice que el acercamiento de los presos al Pa¨ªs Vasco no sirve ni siquiera como gesto de distensi¨®n porque se trata del cumplimiento de la ley. La ley no obliga, sino que recomienda el acercamiento de los presos a su lugar de residencia. Y hay sobrada experiencia de c¨®mo interpreta el mundo radical ese tipo de declaraciones.
El PNV obtuvo en las ¨²ltimas elecciones el 25% de los votos en la Comunidad Aut¨®noma Vasca y el 1% en Navarra. En conjunto, los partidos nacionalistas obtuvieron algo menos del 50% en el Pa¨ªs Vasco y el 12% en Navarra. En las auton¨®micas mejoran sus resultados (hasta un 55%), pero la participaci¨®n es 10 puntos inferior a la de las generales. En esas condiciones, Arzalluz no puede pretender hablar en nombre de los vascos cuando dice que sus aspiraciones no caben en ninguna Constituci¨®n espa?ola. Seguramente muchos vascos que en 1978 votaron en contra o se abstuvieron votar¨ªan hoy a favor de la Constituci¨®n de la que naci¨® el Estatuto de Gernika.
La idea de que ese estatuto est¨¢ "agotado" resulta desconcertante. Se trata de un marco pol¨ªtico de convivencia entre nacionalistas y quienes no comparten esa ideolog¨ªa. Cada partido intentar¨¢ gobernar en ese marco con arreglo a sus prioridades si logra la mayor¨ªa necesaria. Lo que no tiene sentido es decir que, una vez completado en lo fundamental, su ¨¢mbito competencial queda agotado. Al rev¨¦s.
Precisamente porque se ha demostrado que el PNV conserva una influencia considerable sobre el mundo radical, ser¨ªa deseable que su discurso fuera m¨¢s compatible con el pluralismo y la realidad institucional de Euskadi. Es decir, no tan incendiario como el de Arzalluz el domingo en las campas de Salburua y m¨¢s parecido al del presidente del PNV ayer, a la salida de La Moncloa.
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