La Expo de Lisboa cierra sus puertas con el sentimiento de orgullo de un nuevo Portugal
El d¨¦ficit de 60.000 millones de pesetas es una "cifra aceptable", seg¨²n los organizadores
La Exposici¨®n Mundial de Lisboa, dedicada a los oc¨¦anos como patrimonio del futuro, ha logrado difundir la imagen del nuevo Portugal. Adem¨¢s, ha lanzado el mensaje de la preservaci¨®n de los oc¨¦anos como una de las fuentes de riqueza natural m¨¢s importantes del planeta y ha desencadenado un movimiento de autoestima y orgullo para todos los portugueses. Las puertas de la muestra se cerraron en la madrugada de hoy con cerca de diez millones de visitas, frente a los quince millones previstos. El d¨¦ficit provisional, de 60.000 millones de pesetas, es "una cifra aceptable para esta gigantesca operaci¨®n de imagen", seg¨²n el padre de la idea y responsable de la Expo, Ant¨®nio Mega Ferreira.
Mega Ferreira reconoce que la Expo-98 ha sufrido algunos problemas, pero se niega a aceptar otros: "Las cr¨ªticas a las colas me parecen aceptables, objetivas y procedentes, pero no as¨ª las dirigidas a los precios, que no han sido disparatados y han estado en la l¨ªnea de otras exposiciones. Por otro lado, hemos recibido una menor asistencia de espa?oles de la prevista y, sin duda, el fraude descubierto ha da?ado el buen impacto que hab¨ªamos causado". A pesar de estos contratiempos, la exposici¨®n consigui¨® invertir la baja afluencia de los primeros meses y en septiembre "alcanzamos nuestra velocidad de crucero con unas medias diarias superiores a los 130.000 visitantes".El ide¨®logo de la muestra se siente satisfecho a la hora del primer balance: "El proyecto ha contribuido a cambiar esa actitud pesimista y de cierta insatisfacci¨®n sobre nuestras propias capacidades, y hoy d¨ªa los portugueses han perdido ese complejo y se sienten realmente orgullosos de la Expo". Asimismo, la Expo de los oc¨¦anos ha contribuido decisivamente a lanzar el mensaje de que es necesario y urgente preservar este patrimonio que, evidentemente, debe ser una inmensa fuente de recursos para el futuro. Nada mejor para un pa¨ªs con una antiqu¨ªsima tradici¨®n de navegantes y descubridores para difundir ese mensaje. El propio Mario Soares, en su condici¨®n de presidente de la Comisi¨®n Mundial Independiente para los Oc¨¦anos, alert¨® sobre la necesidad de defender las aguas como "fuente de riqueza y desarrollo para las generaciones venideras", a la vez que solicitaba la inmediata creaci¨®n de un Observatorio Mundial de los Oc¨¦anos, "una especie de Amnist¨ªa Internacional para los mares", que Portugal y la propia Lisboa desean como sede.
Un motor
Por otro lado, la Expo ha servido para recuperar una zona de la ciudad que estaba completamente abandonda. El escritor Jos¨¦ Cardoso Pires lo explicaba a este peri¨®dico hace unos meses, poco antes de la inauguraci¨®n: "La Expo ha sido un motor que ha sacudido el pa¨ªs y le ha obligado a renovar una parte de la ciudad que estaba podrida. La muestra ha convertido a Lisboa en una ciudad m¨¢s libre, m¨¢s abierta y m¨¢s moderna". "Adem¨¢s", dec¨ªa Cardoso Pires, "ha sido una rara demostraci¨®n de eficacia de las autoridades; por primera vez un Gobierno ha cumplido una promesa y ha acabado un proyecto en el plazo previsto, algo realmente raro en Portugal". En este sentido, el historiador Fernando Rosas reconoc¨ªa que la Expo "ha sido un gran espect¨¢culo arquitect¨®nico", pero tambi¨¦n recordaba que ha constituido "una de las m¨¢s impresionantes operaciones de explotaci¨®n del trabajo ilegal" con el uso y abuso de millares de emigrantes de las ex colonias africanas portuguesas.Los responsables de la Expo ya han admitido que la muestra costar¨¢ dinero al erario p¨²blico. Mega Ferreira explica que "la muestra costar¨¢, a expensas de los ¨²ltimos encajes, un total de 370.000 millones de escudos, unos 70.000 m¨¢s de los previstos (los 60.000 millones de pesetas citados), que deber¨¢n ser asumidos por el Estado". "Creo que es una cantidad aceptable para esta gigantesca operaci¨®n de imagen para Portugal y de reconversi¨®n urban¨ªstica; de todas formas, una parte de ese dinero ser¨¢ recuperada por la revalorizaci¨®n de ese ¨¢rea; es algo que ya estamos notando".
Al margen de las competencias de la propia Expo, el pa¨ªs y la ciudad no finalizaron algunas obras que incomodaron a millares de turistas, a la vez que ocultaron algunos de sus encantos. No es l¨®gico que la autopista desde Badajoz a Lisboa a¨²n no est¨¦ concluida (falta un tramo de unos 40 kil¨®metros), que las obras en el puente Veintincinco de Abril (una de las entradas m¨¢s transitadas a la capital) provocaran enormes atascos diarios o que este puente, un s¨ªmbolo de Lisboa, no haya sido iluminado ni un solo d¨ªa durante toda la Expo. El padre de la muestra reconoce que estos casos han causado "leg¨ªtimas incomodidades": "Es cierto que hemos desaprovechado la oportunidad de ofrecer algunas de las maravillas de la ciudad. La propia plaza del Rossio ha estado tapada por obras durante gran parte de la exposici¨®n. Es inadmisible. Y menos mal que conseguimos parar las obras en la plaza del Comercio. ?Por amor de Dios! La sala de visitas no pod¨ªa estar en obras durante la Expo. Todo eso es cierto. Pero insisto en que eso estaba fuera de nuestras competencias".
Babelia
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