Los editores brasile?os quieren conquistar el mercado latinoamericano a trav¨¦s de Espa?a
Brasil intenta cambiar su imagen en el mundo de pa¨ªs de samba, mulatas, f¨²tbol y carnaval
La industria cultural brasile?a movi¨® 300.000 millones de pesetas en 1997, public¨® alrededor de 50.000 t¨ªtulos y vendi¨® cerca de 382 millones de ejemplares. Brasil tiene 160 millones de habitantes, la mitad de ellos -80 millones- en edad escolar. Su literatura es rica y variada, y cuenta con escritores como Machado de Ass¨ªs, Clarice Lispector, Jorge Amado, Rubem Fonseca o N¨¦lida Pi?¨®n, pero esto no impide que el gigante suramericano se sienta desesperadamente aislado, rodeado de pa¨ªses de habla hispana y a millones de kil¨®metros de distancia, f¨ªsica y ps¨ªquica, de Portugal, la madre patria.
"Nadie sabe que existimos", comenta con tristeza el narrador Jos¨¦ Jacinto Veiga. "Es duro ser menos del 1% en el mundo", ha declarado al diario A Jornal do Brasil la profesora Walnice Nogueira Galvao, que ha pasado cinco a?os dando clases en Francia y Alemania. "Brasil no tiene inter¨¦s en vender sus libros al extranjero", asegura el veterano Autran Dourado. Casi todos admiten que se sienten culturalmente aislados, aunque N¨¦lida Pi?¨®n, m¨¢s conciliadora, afirma que los escritores brasile?os quieren ser epic¨¦ntricos, pero a¨²n siguen siendo perif¨¦ricos. Muchos tienen vocaci¨®n de crust¨¢ceos. Reconocen la realidad cultural de Europa, pero no la ambicionan. No buscan la gloria fuera de Brasil".El Gobierno brasile?o parece no ser ajeno a las voces que reclaman atravesar fronteras. Desde hace unos a?os lucha con ah¨ªnco por romper el cerco en el que editores y escritores se sienten encerrados: viajaron a la Feria del Libro de Francfort, al Sal¨®n del Libro de Par¨ªs, a la Feria del Libro Infantil de Bolonia (Italia), y este a?o ha repetido con Espa?a. En 1997 fueron invitados al Liber, en Madrid, pero se arm¨® tal bronca entre los editores espa?oles y la Administraci¨®n por el precio fijo de los libros que los brasile?os desaparecieron del mapa. Se fueron de Espa?a desilusionados pero con humor. "Sentimos a partes iguales fracaso y familiaridad: los espa?oles pueden ser tan desordenados como nosotros", afirma Eduardo Portella, presidente de la Fundaci¨®n Biblioteca Nacional. "Hemos vuelto al Liber por decisi¨®n propia, porque hemos sabido superar el accidente madrile?o. Esperamos que los resultados de Barcelona sean mejores.
Reconciliaci¨®n
Los espa?oles tambi¨¦n deseaban la reconciliaci¨®n, no en vano Brasil fue el pasado a?o el primer pa¨ªs importador, con un volumen de 9.511 millones de pesetas (un 52,27% m¨¢s que en 1996). El grueso de la exportaci¨®n espa?ola al pa¨ªs suramericano consiste en libros impresos en Espa?a en brasile?o. "La edici¨®n en Espa?a es mucho m¨¢s barata que en Brasil", explica Elmer Correa Barbosa, director del Instituto Nacional del Libro brasile?o.
Para Sergio Machado, editor de la potente Record, "con Francfort 94 hubo una grave equivocaci¨®n: se export¨® m¨²sica, samba, f¨²tbol, cine y carnavales, no hubo libros. Par¨ªs 97 fue mucho mejor, ya no hubo mulatas como ¨²nica marca nacional: s¨®lo libros". La experiencia es un grado. Los brasile?os han viajado al Liber con m¨¢s modestia que a Par¨ªs (en la capital francesa se concentraron m¨¢s de cuarenta autores), pero con propuestas y objetivos concretos: han tra¨ªdo siete peque?as bibliotecas b¨¢sicas de 250 t¨ªtulos de autores brasile?os que se instalar¨¢n en otros tantos centros universitarios, y est¨¢n en la recta final de la entrega de 15 bolsas dotadas con 5.000 d¨®lares para la traducci¨®n de obras brasile?as. Primar¨¢ por encima de todo la calidad, manifest¨® Portella. Las editoriales que hayan adquirido los derechos de libros brasile?os tienen tiempo hasta el pr¨®ximo 30 de octubre para presentar sus solicitudes, que ser¨¢n estudiadas por una comisi¨®n. El fallo se dar¨¢ a conocer en enero.
Por encima de todo, el principal objetivo brasile?o en Liber es darse a conocer en Espa?a para dar el salto a Am¨¦rica Latina, seg¨²n Correa Barbosa. "Es el medio para llegar al p¨²blico latinoamericano. Para ir a Buenos Aires tienes que pasar por Madrid o Barcelona", dice Portella. Se percibe tambi¨¦n una pol¨ªtica extraeditorial, que Correa barbosa define como la "marca Brasil": cambiar la imagen que tiene en el mundo de pa¨ªs exotico. El poeta Armando Freitas Filho se muestra cr¨ªtico con la pol¨ªtica cultural del Gobierno: "Si hay una marca brasile?a llegar¨¢ por otros caminos que no sean los institucionales", aunque admite: "Hay un Brasil explosivo de mulatas, f¨²tbol y carnaval y otro Brasil, desconocido, que reflexiona". Tambi¨¦n cr¨ªtico, el poeta Jos¨¦ Ferreira Gullar reconoce que ya es hora de que cambie la imagen de su pa¨ªs. "No creo en esas promociones ni en las ferias. S¨®lo atraen a la televisi¨®n y a las estrellas del pop, pero a todos nos preocupa que s¨®lo aparezca Brasil como un pa¨ªs de salvajes en el que no se respetan los derechos humanos".
Portugal, tan lejos
Hay coincidencia general entre editores y escritores en que todos los caminos llevan a Espa?a y ninguno a Portugal. "Portugal tiene un total desinter¨¦s por los autores brasile?os, y viceversa", dijo J.J. Veiga. Para el dibujante Ziraldo, "el mapa del mundo es Europa". "Y la cultura europea no nos llega a trav¨¦s de Portugal. Todo el mundo sabe qui¨¦n es Cervantes, nadie sabe qui¨¦n es Camoens".
Ziraldo cita un ejemplo: de su popular libro O menino maluquinho ha vendido en Brasil un mill¨®n y medio de ejemplares, y en Portugal, apenas mil. El director de la Academia Brasile?a, Arnaldo Niskier, va a¨²n m¨¢s lejos, y considera que se entienden mejor con la espa?ola que con la portuguesa. La Academia Brasile?a acaba de sacar un nuevo vocabulario ortogr¨¢fico con 6.000 nuevas palabras, sobre todo referentes a inform¨¢tica y nuevas tecnolog¨ªas, y prepara un nuevo Diccionario, que no se hab¨ªa actualizado desde 1986, para el pr¨®ximo a?o. "El brasile?o es mucho m¨¢s abierto a la evoluci¨®n ling¨¹¨ªstica, y el portugu¨¦s de Portugal es mucho m¨¢s burocr¨¢tico", se?al¨® Veiga.
"Para Portugal somos como un hijo que no tiene m¨¦ritos propios", se?ala N¨¦lida Pi?¨®n.
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