Soplan vientos de cambio en las elecciones del esqu¨ª espa?ol

Los deportes de invierno espa?oles tienen ma?ana la posibilidad de cambiar de rumbo. Despu¨¦s de largos a?os de desastres, las elecciones a la presidencia que se celebrar¨¢n en Madrid pueden suponer el punto de inflexi¨®n necesario para que al fin Espa?a tenga en la ¨¦lite la presencia m¨ªnima que demanda un pa¨ªs con nieve suficiente para ello. De que haya m¨¢s de dos millones de esquiadores excursionistas, por ejemplo, no tiene por qu¨¦ extrapolarse un nivel entre los mejores pa¨ªses alpinos o n¨®rdicos, pero tampoco el rid¨ªculo cosechado en casi todas las grandes competiciones una y otra vez. Ya es hora de dejar de vivir de los solitarios ¨¦xitos de la familia Ochoa.Luis Algar, hombre vinculado durante muchos a?os al esqu¨ª, es el l¨®gico favorito para el cambio frente al continuismo de Joaqu¨ªn L¨®pez Lafitte, presidente de la Federaci¨®n Vasca y que ha logrado al final imponerse como candidato a Francisco Espert, de la Valenciana (ins¨®lito lugar invernal) y Jasone Mart¨ªnez de Murgu¨ªa, de la Navarra, que ir¨ªan como vicepresidentes. La uni¨®n de los tres era obligada, pues incluso tuvieron que prestarse los avales unos a otros para llegar a los 10 necesarios iniciales. La opci¨®n de m¨¢s de lo mismo viene propiciada de nuevo desde la sombra por Eduardo Rold¨¢n, aut¨¦ntico Richelieu del esqu¨ª, in¨²til director de los equipos nacionales, pero vinculado a la Casa Real. En esto ¨²ltimo, sin embargo, ya no gana a Algar, que ha tenido y tiene las mejores relaciones. Las cr¨ªticas al aspirante del cambio vienen porque tanto Algar, como el que ser¨ªa su director general y cerebro t¨¦cnico, Jos¨¦ Manuel Hurtado, llegan desde el CSD. Pero no se han aprovechado de sus estructuras y s¨ª de sus conocimientos del desastre continuo invernal. Por algo no van a contar con Rold¨¢n y han sido sinceros al dec¨ªrselo. Lafitte, en cambio, ha tenido tiempo sobrado de ser alternativa a Segismundo Fraile, el presidente casi perpetuo y bondadoso, pero in¨²til, y no lo ha sido. Dif¨ªcilmente ahora puede ofrecer algo distinto sin haber remediado antes tanto desaguisado.

Ser¨ªa triste, por tanto, que se frustrara el cambio en una parcela que parece haber ignorado el positivo golpe de tim¨®n del deporte espa?ol despu¨¦s de 1992.