Los dirigentes del PSPV cambian sus alianzas para ganar influencia en el seno del PSOE Lerma y Ciscar se juegan la continuidad en la pr¨®xima ejecutiva federal del partido
Paz a cambio de territorios. Los dirigentes del PSPV han vuelto a recurrir a esta f¨®rmula para resituar sus alianzas en la federaci¨®n valenciana con la mirada puesta en el pr¨®ximo congreso del PSOE. Un congreso que, como aseguran en privado, servir¨¢ de marco al pulso que mantienen Joaqu¨ªn Almunia y Jos¨¦ Borrell, que hoy celebra en Valencia un acto multitudinario. Los secretarios de Organizaci¨®n y Empleo del PSOE, Cipri¨¤ Ciscar y Joan Lerma, respectivamente, se juegan su continuidad en la ejecutiva federal y el secretario general del PSPV, Joan Romero, su supervivencia.
Desde julio de 1997 hasta el mes de septiembre de 1998 el baile de alianzas entre las distintas familias del PSPV ha provocado estupor y fatiga en la ciudadan¨ªa. Sentimientos a los que hay que a?adir los de incredulidad y desconcierto entre la militancia. Joan Romero logr¨® la secretar¨ªa general en septiembre del a?o pasado -con el apoyo del ex ministro Antoni Asunci¨®n y del dirigente de la corriente Izquierda Socialista (IS) Vicent Garc¨¦s- enfrent¨¢ndose a Lerma y a Ciscar. En noviembre, el secretario del PSPV pact¨® con Ciscar, pese a las reticencias de Asunci¨®n e IS, para pacificar el partido dejando en la cuneta a Lerma. En junio, Romero acudi¨® con los suyos a las primarias, Asunci¨®n se le enfrent¨® con el apoyo de Garc¨¦s y una parte del lermismo y Lerma y Ciscar optaron por avalar la candidatura de la ex alcaldesa Clementina R¨®denas. El mes pasado, los cuadros socialistas escenificaron, otra vez, nuevas alianzas: los de Romero junto a los de Lerma frente a los de Asunci¨®n, Ciscar e IS. La volatilidad de los pactos en el seno del PSPV ha llevado a sus principales dirigentes a hablar de "convergencia de intereses" para explicar la situaci¨®n interna del socialismo valenciano. Esta convergencia de intereses se asienta sobre dos pilares: la influencia org¨¢nica y los resultados electorales. Adem¨¢s, tiene un calendario: las elecciones municipales y auton¨®micas, por un lado, y las generales, por el otro, tras las cuales es m¨¢s que probable la convocatoria de nuevos congresos del partido. Despu¨¦s de tantos a?os de convivencia partidaria, Ciscar y Lerma se lo han dicho pr¨¢cticamente todo, pero ahora saben que su continuidad en la ejecutiva federal pasa por encima del otro. Ciscar ha optado por asumir el desgaste propio de su cargo y reforzar su condici¨®n de guardia pretoriana del secretario general Joaqu¨ªn Almunia. Su eterno problema, sin embargo, se mantiene: carece de base territorial, aunque sus maniobras en el PSPV le han permitido sumar a su feudo en L"Horta Sud alguna agrupaci¨®n m¨¢s. Lerma, que empez¨® situ¨¢ndose junto a Almunia, ha maniobrado para realinearse junto a a Borrell, con quien aparece con frecuencia en las im¨¢genes que las televisiones ofrecen en sus informaciones sobre la ejecutiva del PSOE. Un viraje que se basa en la convergencia de intereses con Romero. El secretario general del PSPV necesita estabilidad interna para intentar ganar las elecciones auton¨®micas. Algo que est¨¢ en condiciones de garantizarle Lerma, que se ha convertido en una especie de secretario de organizaci¨®n en la sombra. Una estabilidad que, de cuajar, permitir¨¢ a Romero volcarse en su papel de candidato y mantenerse sobre la grupa del PSPV a cambio de facilitar a Lerma -que aspira a ser cabeza de lista por Valencia en las generales- la base territorial necesaria con Borrell de referente. El propio Joan Lerma reconoce: "Tener peso territorial es importante, pero si no se ganan las elecciones nos vamos todos a casa". El dirigente socialista, que niega la existencia de pacto alguno, considera que es "necesario incrementar la cohesi¨®n [interna] porque el candidato no se ha de preocupar por la estabilidad". Por su parte, Joan Romero reconoce que se ha volcado en su papel de candidato y que la imagen de estabilidad en el PSPV se ir¨¢ "visualizando", aunque garantiza que tambi¨¦n se ver¨¢ la pluralidad de la federaci¨®n y que todas las familias estar¨¢n presentes. El secretario del PSPV no oculta que mantiene una "buena sinton¨ªa y relaci¨®n con Borrell", con quien asegura que comparte el "talante". Sin embargo, la convergencia de intereses entre Romero y Lerma han a?adido un elemento nuevo en el mapa que manejaba Borrell. Asunci¨®n, que sum¨® un buen n¨²mero de apoyos para Borrell en las primarias, mantiene ahora intereses convergentes con Ciscar. A ambos les conviene que no se consolide Romero en el PSPV para mantener ¨ªntegras sus expectativas en los pr¨®ximos congresos. Mientras que IS, en una posici¨®n inc¨®moda, espera a que se aclaren las cosas. Hacer carambola es dif¨ªcil cuando se juega a tantas bandas.
Ej¨¦rcitos, guerrillas y trincheras
Romero y Lerma saben que la estabilidad hay que visualizarla tambi¨¦n en Madrid. Eso ha llevado a los dos dirigentes del PSPV a postular al ex consejero Aurelio Mart¨ªnez como miembro del equipo en la sombra de Borrell, que cuenta con la candidata a la alcald¨ªa de Valencia Ana Noguera (IS), por lealtad y capacidad, como cara visible del PSPV en la comisi¨®n -pactada con Almunia- encargada de la redacci¨®n del programa electoral. Si Lerma y Romero han optado por el movimiento regular de ej¨¦rcitos, Antoni Asunci¨®n ha elegido la f¨®rmula de la guerrilla. "No me siento corresponsable con la direcci¨®n del PSPV. Ayud¨¦ en el congreso al secretario general y a partir de ah¨ª los caminos son divergentes", dice Asunci¨®n, que ha reforzado sus visitas a las agrupaciones socialistas para mantener y ampliar sus apoyos entre la militancia de cara al pr¨®ximo congreso. "All¨ª haremos el repaso", asegura. Las malas relaciones entre Romero y Asunci¨®n, han hecho que sea el propio equipo de Borrell -con la mediaci¨®n de IS- quien optase por invitar personalmente al ex ministro a la fiesta de la rosa que el PSPV celebra hoy. Por su parte, el dirigente de IS Vicent Garc¨¦s apuesta, por ahora, por las trincheras. La corriente, por el reducido n¨²mero de sus integrantes, pierde influencia si no ejerce de bisagra entre Romero y Asunci¨®n. Con el nuevo mapa de intereses y la diversidad de alianzas a nivel local, auton¨®mico y estatal, Garc¨¦s se juega la existencia de la corriente y, a¨²n no siendo as¨ª, debe decidir con qui¨¦n convergen sus intereses. En la c¨²pula del PSOE, Ciscar controla la poderosa ¨¢rea de organizaci¨®n pero la ausencia de peso en las bases le obliga a definir su estrategia en base a las t¨¢cticas de los dem¨¢s.
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