Norte-Sur, otra vez
La bondad de los consejos de muchos asesores privados en la actual crisis financiera, ha quedado seriamente deteriorada. El semanario alem¨¢n Der Spiegel escribe acerca de este asunto: "Hay asesores occidentales que, sin conocer la gente ni el pa¨ªs, quieren implantar el capitalismo en Rusia y el sureste de Asia. Sin embargo, sus ideas han fracasado y con sus estrategias han conseguido ante todo una cosa: la ca¨ªda de los Estados en crisis".Sobre uno de los m¨¢s conocidos asesores, el profesor de Harvard y consejero de Yeltsin (despu¨¦s de haber ejercido este papel en otros lugares tan distintos y tan distantes como Bolivia o Polonia), Jeffrey Sachs, opinan los autores del reportaje que cree que la cruda econom¨ªa de mercado, seg¨²n la definici¨®n de Chicago, vale para cualquier lugar del mundo; que su modelo hist¨®rico es la colonizaci¨®n del salvaje Oeste; que su credo irrenunciable es el de mercados libres, precios libres; pero que sus recetas se aplicaron por imposici¨®n en un pa¨ªs que todav¨ªa no ten¨ªa ninguna tradici¨®n capitalista. Y concluyen de esta manera tan gr¨¢fica: un cortejo de m¨¢s de 30.000 asesores se puso a recorrer el pa¨ªs. "Aparec¨ªan por todas partes como ladrones de cad¨¢veres", dice un consejero occidental en Mosc¨², "siempre a la caza de buenos encargos de asesor¨ªa. Lo mejor eran las privatizaciones, porque ah¨ª es d¨®nde hab¨ªa m¨¢s dinero de subvenciones".
Parad¨®jicamente, Sachs acaba de dar a la luz un largo texto en el que afirma que el tan pregonado triunfo del capitalismo global se ha ido empa?ando en las ¨²ltimas semanas, y que para que vuelva a funcionar es necesario integrar en ¨¦l a los pa¨ªses en desarrollo, los grandes paganos de la crisis. Vuelve la dial¨¦ctica Norte-Sur, que en los ¨²ltimos tiempos hab¨ªa pasado de moda y de la que no era de buen gusto hablar. Para Sachs, durante una d¨¦cada ha habido un falso consenso en Washington sobre c¨®mo alcanzar la prosperidad compartida, y pr¨¢cticamente ninguna discusi¨®n real entre pa¨ªses ricos y pa¨ªses pobres acerca de los retos que aguardan a un mundo en el que la desigualdad de la renta es mayor que nunca. El economista de Harvard propone que en lugar de la cumbre del G-8 (los siete pa¨ªses m¨¢s ricos, m¨¢s Rusia) se re¨²na un G-16 (el G-8 m¨¢s ocho representantes del mundo en desarrollo, entre los cuales estar¨ªan Brasil, India, Corea del Sur y Sur¨¢frica). "La sensaci¨®n de una administraci¨®n compartida por ricos y pobres", ha escrito Sach en The Economist, "contribuir¨ªa enormemente a tranquilizar a los mercados financieros cuando les entra el p¨¢nico... M¨¢s importante que tranquilizar a los mercados despavoridos es dar a los pa¨ªses pobres una participaci¨®n en el futuro compartido".
Una visi¨®n euroc¨¦ntrica, como la que solemos hacer, de la crisis de los mercados financieros, impide insistir en que es la otra parte del mundo quien la sufre m¨¢s. El informe de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) del a?o 1998, presentado esta semana, traza un panorama sombr¨ªo: por primera vez desde la crisis inicial del petr¨®leo, en 1973, los pa¨ªses subdesarrollados crecer¨¢n este a?o menos que los desarrollados. Los pa¨ªses del Primer Mundo crecer¨¢n un 1,8% como media, mientras que los del Tercer Mundo pasar¨¢n de casi un 5% en 1997 a un 1,7% en el ejercicio actual. Ello significa que aumentan las diferencias entre las dos zonas geoecon¨®micas y que la crisis financiera se ha cebado m¨¢s en unos ¨¢mbitos que en otros.
El organismo de las Naciones Unidas se alinea con los partidarios de generar mecanismos de control de los capitales (los flujos liberalizados de los capitales son altamente inestables y es dif¨ªcil identificar los factores que pueden desencadenar por sorpresa una crisis financiera; por tanto, es aconsejable "asignar un papel importante a los controles de capitales") e incluso de que los pa¨ªses azotados por la acci¨®n de los especuladores puedan declarar moratorias unilaterales de los pagos de su deuda externa.
El control de los movimientos de capitales, que era tab¨² hasta antes de la crisis financiera, est¨¢ levantando un debate muy profundo entre los expertos, e incluso en el sancta sanct¨®rum del liberalismo mundial (hasta que fue repudiado por los mismos liberales), el FMI.
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