Riqueza y nivel humano
Soy espa?ola y siempre me he sentido orgullosa de este pa¨ªs alegre, acogedor y que yo siempre consider¨¦ abierto y altamente hospitalario con los extranjeros. Sin embargo, hace algunos a?os se vino a vivir conmigo mi novio, brasile?o, y desde entonces asisto impotente a numerosas escenas de racismo que se repiten d¨ªa tras d¨ªa y que soy incapaz de comprender.?Acaso nos hemos olvidado de que Espa?a ha sido siempre un pa¨ªs de emigrantes? ?Qu¨¦ familia no tiene alg¨²n ser querido viviendo fuera? La memoria es flaca, y el resentimiento y la ignorancia, cada vez m¨¢s fuertes. Quiz¨¢s nos olvidamos de que trabajan en aquellos puestos que el espa?ol no quiere (por su dureza o por los bajos salarios), que contribuyen de este modo a generar una riqueza nacional que no comparten.
Los permisos de trabajo se cuentan con los dedos de la mano, las noches interminables haciendo cola a la puerta de la polic¨ªa para coger hora para recoger el carnet de residencia se han convertido en rutina. Las malas caras en los comercios, el que no les den informaci¨®n en ning¨²n sitio, el que les cobren enseguida en las cafeter¨ªas (?no vaya a ser que se larguen sin pagar...!) o el que les pidan la documentaci¨®n de malas maneras forma parte del d¨ªa a d¨ªa de un inmigrante en Madrid.
Estamos hablando de personas que han llegado a Espa?a con su documentaci¨®n en regla, a veces con una fuente de ingresos, con un nivel cultural alto e incluso con una titulaci¨®n superior... ?Ad¨®nde hemos llegado? Escucho at¨®nita que los famosos cupos de permisos de trabajo para extranjeros son s¨®lo para tareas de limpieza dom¨¦stica y construcci¨®n. No importa si tienen estudios superiores, si son blancos o negros..., simplemente son inmigrantes y que den gracias de estar trabajando en algo...
Yo he vivido en Brasil varios a?os y nunca he sentido rechazo por parte de nadie. En S?o Paulo, ciudad de 20 millones de habitantes, nunca he tenido que dormir en la calle ni madrugar para recoger mi tarjeta de residencia. No he tenido problemas para abrir una cuenta en el banco, para alquilar un piso o simplemente para recoger un traje de la tintorer¨ªa que est¨¢ a nombre de mi pareja. Es un pueblo hospitalario y abierto, como yo pensaba que era mi pa¨ªs. Hemos avanzado mucho en riqueza, pero muy poco a nivel humano.- . .
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